Capítulo 8

1.1K 110 24
                                    

(***)

• Luisa Leine •

Era lunes, no sé si lo que había pasado el viernes cambiaría la forma en que Jefferson me trataba. Aún tenía la duda de porque no me había besado —quizás no era lo suficientemente atractiva para él—, ese pensamiento no había dejado de rondar por mi cabeza todo el fin de semana. Sabía que no era una súper modelo, siempre usaba ropa que no era de mi talla, ni siquiera me peinaba antes de ir al instituto, pero algo muy dentro de mí pensó que quizás si tenía una oportunidad con él, pero simplemente no quería terminar como esas chicas que se encerraban en su habitación a llorar hasta quedarse dormidas. Tenía que reforzar mi fuerza de voluntad, porque me di cuenta que si él me hubiera besado, no lo hubiera detenido.

Cuando llego al instituto los nervios me recorren todo el cuerpo, creo que lo mejor que podía hacer era evitarlo —sí, un apto muy cobarde de mi parte—, pero también se trataba de supervivencia.

Salgo del auto y me preparo mentalmente para el resto del día. Tenía clases con el Sr. Wuolterck, así que no lo vería. No presto atención a la clase, ya que mi mente solo tenía un objetivo; repetir como una película la noche del viernes, en específico, la parte donde dormíamos juntos. El solo recordar tenerlo abrazado a mí, lo bien que olía, su pelo, todo de él me encantaba.

Maldición, las pocas neuronas que me quedaban solo pensaban en él.

No sé qué locura podría cometer si seguía así, el día que lo vi con Clara había sentido celos, no lo había querido aceptar hasta ahora, pero él y yo solo éramos amigos y no tenía porque estar sintiéndome así —¿Qué tan estúpida puedes ser Luisa? Él no va dejar de hablar con todas las chicas del mundo solo por ti—. El apoyo que me daba mi conciencia era sorprendente.

Intento concentrarme el resto de la clase y cuando creo que estoy prestando atención, sus ojos y sus labios se me vienen a la mente.

Mierda, tenía que detenerme.

No lo podía ver hoy, estaba literalmente fantaseando con él, terminaría en un manicomio al final del día.

La clase termina y salgo casi corriendo para el otro lado del instituto, para mi desgracia me tocaba clases con la Sra. Adams. "Por favor que no le toque clases a él también hoy" —le pido a mi virgen de los abdominales—, enserio me estaba afectando leer wattpad.

Tomo asiento en un rincón del salón, tal vez si venía no me vería, pero simplemente no viene a clases aunque hoy si le hubiera tocado conmigo.

A lo mejor se había enfermado o tampoco quería verme —por alguna razón pensar eso me dolía—, lo cual era ilógico, porque era yo quien lo estaba evitando, era una ingenua, tenía que dejar de pensar con el maldito corazón y comenzar a usar el cerebro para algo que no sea pensar en él.

El resto de la clase hago el mayor esfuerzo para mantenerlo alejado de mis pensamientos y con suerte lo consigo. Lo que queda de la mañana lo paso sin pensar en él, pero regresa de inmediato cuando llega la hora del almuerzo.

Puede que no hubiera querido entrar a clases, pero nada le impedía buscarme en el comedor —¿Enserio Luisa? ¿Aún crees que te buscara?—, cuando entro intento no buscarlo con la mirada, pero fallo ridículamente, lo busco encontrándolo, como decía el dicho, el que busca encuentra.

Estaba sentando en nuestra mesa, estaba segura que me había visto en cuanto entré y ahora no me quitaba los ojos de encima, compro algo de comer y me dirijo hacía él.

Nunca más contaría con mi fuerza de voluntad para algo.

—Hola —digo tomando asiento frente a él, estaba nerviosa, eso no lo negaría, pero si alguien me ofreciera desaparecer ahora mismo sin duda aceptaría.

Un amor fuera de los libros © [+18]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora