Capítulo 6

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(***)

• Luisa Leine •

Lo primero que siento al despertar es un cuerpo junto al mío y claro, una resaca para querer irse al infierno.

Intento ubicarme cuando veo a mi alrededor; me encontraba en una habitación grande, de colores sombríos, había una mesa de noche a mi izquierda y suponía que había otra a la derecha. Tenía un escritorio, en el que había libros desperdigados. Y por la poca luz que entraba a la habitación, las cortinas debían de estar corridas. Además de que había una estantería como la mía llena de libros. Cuando me doy la vuelta me sorprendo un momento al ver a Jefferson a mi lado, durmiendo con un brazo rodeándome la cintura como si fueran grilletes, estaba a centímetros de mi rostro, su respiración me golpeaba los labios y se veía tan sereno.

Con delicadeza paso mis dedos por su mejilla, subo hasta tocar sus cejas, su nariz y sus labios, se mueve un poco apretando su agarre en mi cintura, pegándome a él aun más si es que eso era posible, entierra su cara en mi cuello con su respiración tranquila haciéndome cosquillas en la nuca. Subo la mano a sus rizos para acariciarlos logrando que se aferre más a mí.

—No dejes de hacer eso —susurra apenas y sigo acariciándolo.

Trato de recordar qué fue lo que pasó anoche, estábamos en la fiesta bailando— muy cerca del otro para ser exactos—, sus caricias en mi cadera, sus labios en mi cuello... Y después se fue llamándome nena, un rato después comencé a buscarlo y ahí fue cuando me tropecé con Lucas, lo había seguido cuando me dijo que Jefferson estaba arriba, pero cuando llegamos a la habitación estábamos completamente solos. Él cerró la puerta tras de si y tomando en cuenta en el estado en el que me encontraba fue muy fácil para que maniobrara y me tuviera recostada en la cama en cuestión de segundos. Después de eso se había lanzado sobre mí para besarme, pero minutos después Jefferson derribó la puerta y me sacó de ahí, me había tomado en brazos y no me había hecho sentir sola, todo lo contrario, me sentía segura a su lado, me sentía segura ahora.

Recordar lo lindo que se había comportado me saca una sonrisa, me demostró que aunque sea siente un poco de estima por mí. Sabía que era uno de esos chicos que no sabía sentar cabeza, no quería que me lastimara, pero al final era yo quien decidía si darle ese poder o no. Pero de eso me preocuparía más tarde, ahora solo disfrutaría tenerlo junto a mí, mientras acariciaba sus hermosos rizos, estar entre sus brazos era perfecto. Por la poca luz que entraba aun era temprano, así que cierro los ojos para seguir durmiendo.

***

No sé cuánto había dormido cuando siento que se mueven a mi lado, cuando Jefferson se levanta me pega el frío, ya que era él quien me mantenía caliente, por instinto busco su mano. A los segundos siento como toma la mía entrelazando nuestros dedos, su caricia me hace sonreír y abrir los ojos.

—Buenos días —dice con una sonrisa.

—Buenos días —le devuelvo la sonrisa soñolienta.

—¿Cómo te sientes? ¿Qué tal la resaca? —pregunta sin dejar de acariciarme la mano.

—Esta de los mil demonios —digo un poco más despierta, mientras él se ríe a carcajadas, su risa...era hermosa, era música para mis oídos.

—Te traeré algo para que te sientas mejor —dice levantándose—. ¿Quieres comer? Bueno, en realidad lo necesitas.

—Sí, creo que comeré un poco.

—Te prepararé algo. Si quieres ducharte este es el baño —señala una puerta frente a la cama—, si necesitas algo solo pídemelo y puedes usar una de mis sudaderas con un mono para que no estés incómoda por el vestido.

Un amor fuera de los libros © [+18]Where stories live. Discover now