𝑬𝒍 𝒇𝒖𝒓𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑫𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐

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Chengling gritaba con desespero, su cara estaba empapada, sentía como si su cuerpo estuviera siendo picado por mil agujas. Pero aún así no hablaría.

El muchacho le había escupido en la cara a la mujer, Du Pu Sa se rio ante la acción del muchacho. Xiao le dio una cachetada haciendo que el joven escupiera un diente.
El no se dejaría vencer por ellas, sabía que tenía miedo pero no lo demostraría, sería valiente hasta el final.

Xiao sentía como su  ser hervía, aquel chico la sacaba de sus casillas al retarla con tanto devoción. Maltrataría al muchacho sin importarle si le decía sobre la pieza o no, ya no le importa el porque lo tenían ahí, ahora solo quería matarlo a base de sus torturas para que se arrepintiera antes de dar su último suspiro y pidiera benevolencia.

Por desgracias su plan no pudo ser ejecutado pues las puertas fueron azoteas, por un cuerpo que caía al suelo.
Zhou había hecho acto de presencia su cara mostraba enojo y paño blanco yacía en su mano derecha.

¿Quién eres? ¿Cómo osas atacar a los cuatro asesinos? —Las dos bellezas se encontraban a la defensiva, nadie había logrado derrotar a sus hombres sólo.

Un montón de escorpiones apestoso no merecen saber mi nombre—La alfa se había dado cuenta que era un Omega. Se rio jactándose  y soltó sus feromonas para intimidar al hombre y tenerlo a su merced. Tal vez luego le daría una lección por desafiar su mando.

Zhou aspiro el aroma y se burló, aquellas feromonas le parecían más una burda sensación que miedo. Sonrió con efusividad el era un Omega pero no uno cualquiera. Era un Dominante sangre pura y no cualquier alfa lo haría caer de rodillas.

Xiao se asustó por el simple hecho de que sus feromonas no hacían acto en cuerpo del hombre.

Tus feromonas son escuetas, no tienen gracia ni para doblegar a un Gamma—La mujer con enojo empezó a atacarlo, había manchado su orgullo con claridad ante tal respuesta.

Du Pu Sa  a pesar de que no le cayera bien su compañera tenía que ayudarla, los sonidos de espadas y cadenas no se hicieron esperar.
Zhou había roto las cadenas que mantenían cautivad la manos de Chengling.
Esto miraba con Asombro al hombre frente a él, pero de inmediato captó el aroma de su maestro y la espada que portaba en su mano se le era conocida.

¡Maestro! —Estaba feliz al fin había podido ver a su maestro de nuevo.

La pelea volvió al tan solo escuchar el sonido de una arma siendo dirigida a Zhou, los sonidos del metal eran tan claros que con sólo escuchar por un momento sabía que había una pelea.
Esta se estaba volviendo injusta al entrar otro de los escorpiones al recinto. Ahora eran tres contra uno.

Zhou empezó a sentir dolor en su pecho levemente, casi era el momento del actuar de los clavos. Tenía que terminar con aquella lucha de forma rápida o estos tomarían ventaja de su situación.

¡Mátenlo! —Xiao no reparo en palabras y fue directa en atacar al Omega, de igual manera todos lo habían hecho, siendo un ataque en conjunto de tres, pero Zhou no los dejaría vencer.

Zhou por descuido fue atacado y fue a dar hasta donde esta Chengling, la sangre brotaba de su boca y su cachorro se acercó al él a ver que no podía contra aquellas tres personas.

Sin importarle si moría ahí, ni las amenazas que sisaban las mujeres, dejaría de luchar, todo sea por que el muchacho estuviera a salvo.

Nadie puede evitar que mate a quien quiera  y obtenga lo que quiero—Con rapidez Zhou se levantó y con firmeza se erguio mostrándose orgulloso e imponente ante esos tres individuos.

Con un movimiento de mano lanzó varias agujas al aire, las mujeres se movieron con rapidez ante tal movimiento y sin tiempo aquellas fueron a dar al mounstro Jiang, quien murió pues estas estaban envenenadas y daban en puntos claves.
Esta era una espacialidad de tantas de la Ventana en el Cielo.

El equilibro de Zhou se vio afectado y Chengling lo sostuvo para que siguiera en pie. El hombre se nota cansado y con falta de energía espiritual en su cuerpo. Pero aún no se rendiría daría batalla hasta su último suspiro.

Casi no da más. ¡Ataquémoslo juntas! —Chengling miró con miedo a aquellas mujeres, temía que su maestro muriera y volver a quedarse solo.
No lo quería, ese no debería ser el destino de su maestro ni de él.

Captúralo vivo, tendré mi dulce venganza por nuestro compañeros y haré que gima ante mi alfa pidiendo clemencia—Xiao no dejaría pasar ante tal belleza y haría que ese hombre rogara perdón cuando ella tomará su cuerpo llenándolo de marcas hechas con sus armas.

Antes de que pudieran dar un paso o mover una extremidad, un cuerpo fue lanzado a sus espaldas, Qin Song yacía semimuerto, dando sus últimos gimoteos.
Un hombre con un aura amenazante y feromonas marcando todo el lugar, avanzaba con imponencia y elegancia hacia ellas.

Las mujeres tragaron duro, jamás habían sentido tales feromonas, estas parecían calarse en su cuerpo y paralizándolas como veneno.
No podían hablar ni siquiera, un simple jadeo salía de sus bocas, el sudor frío empezó a hacerse notar en sus frentes.

¡Señor Wen! —Kexing quién había fijado sólo su vista en aquellas arpías, redirigido su mirada a quien le hablaba. El tan sólo ver como su Omega tenía un leve rastro de sangre en su boca y que no poder sostenerse en pie, hacia su sangre hervir en ira.

Habían lastimado a su más preciada posesión y eso no lo permitiría, mataría aquellas personas lentamente hasta que rogara piedad por lastimar a su Omega.

El aura del lugar se volvió más pesada, las mujeres cayeron al suelo arrodillada, no podían respirar, sus gargantas se había cerrado con rapidez impidiendo que el aire entrará por sus fosas nasales.

Zhou e Chengling de igual manera se arrodillaron, Kexing no había medido su alcancé y ahora estaba perjudicando por igual a todos.

Sim importarle apartó a las mujeres con un simple movimiento y fue directo a ver a su A-Xu, levantando lo con delicadeza y Cambiando sus feromonas para calmar a su Omega.

¿Quién te lastimó? —Kexing estaba preocupado y no era para menos su hombre apenas y se podía mantener de pie por si sólo.

Señor Wen, me secuestraron y lastimaron a mi maestro—Como si de un niño se tratase explicando la situación a su padre y que esté cobrará venganza por sus propias manos por lastimar a su familia.

Kexing iba a ir detrás de aquellas mujeres, pues estas habían huido del lugar cuando tuvieron oportunidad.
Él iría detrás de ellas pero ZiShu lo detuvo con tan sólo pedírselo.

Debemos sacar a Chengling... De aquí—Ya no podía más, su cuerpo pesaba, la falta de oxigeno se hacía presente en sus pulmones, los clavos habían hecho un gran trabajo esa noche restringiéndole su poder.

¡No, destruiré a quien te haya lastimado! —Zhou por un momento aprecio las palabras de Lao Wen. Los rugidos de bestias hicieron eco en el lugar.
Zhou no se podía permitir desmayarse en ese momento, asique con dificultad y apoyado el hombre salieron a ver que era aquel sonido.

Afuera habían varios hombres droga, estos gruñían sin una dirección exacta. Kexing los apuntaba con su abanico por si los atacaban.

Maestro ¿Qué es esto? —Zhou miró como el muchacho se movía con miedo y soltaba su aroma sin darse cuenta.

No tengas miedo—Las miradas de los destinados quedaron a la vista de cada uno, sabían que debían proteger al cachorro sin importar que.

Toma a Chengling y vete—Kexing no dejaría que lastimaran a su pareja más de lo que estaba.
Pero al ser un Omega testarudo no le hizo caso y se irguió con firmeza para poder afrontarse contra la amenaza en ese momento.

Con una sonrisa en cara al ver como hasta el final su Omega era valiente. Se sentía orgulloso de tener a un destinado tan valeroso.

Esta bien si no te vas, morir contigo también es un buen final. —Los dos cruzaron miradas y no había palabras de por medio con tan solo esa simple acción se habían dicho todo.

❣️ 𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝑳𝒂𝒛𝒐 ❣️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora