❄️Capítulo 24❄️

Start from the beginning
                                    

Caminaron juntos hasta el campus y cómo cada uno de los días que había pasado, ella miró al árbol del pecado. Leonard seguía sin aparecer. Con un nudo en el pecho, siguió caminando con Noah hasta que estuvieron frente a su padre.

El hombre miró al chico luciendo anonadado.

—¡Hola! ¡Woah! ¿Caleb Schmidt? ¿Usted es el papá de Candy? —Miró a la pequeña—. No me dijiste que tu papá era un cirujano plástico famoso —volvió a mirar al canoso, extendiendo la mano—. Un gusto, mi nombre es Noah. Soy su fan, y también compañero de salud pública de su hija.

La cara del padre cambió, a una sonrisa amistosa.

—Hola —le apretó la mano.

—Así que nosotros acabamos de terminar los exámenes. Candy es una excelente estudiante. La mejor de anatomía, todos la envidiamos, aj —chasqueó la lengua—. Es perfecta. ¿Usted qué dice?

—Podría ser mejor —asintió—. Hasta luego, Noah, ya nos vamos —comenzó a entrar al auto.

—Ah, claro. Pero, un momento. Hoy es mi cumpleaños. Y estaré celebrando en mi casa. ¿Cree que Candy pueda ir? Ya que no tiene nada que estudiar por ahora.

—Siempre tiene que estudiar.

—Pero no siempre cumplo años, ¿eh? Podría morir pronto —rió—. Venga, que es sólo una fiestecilla inocente. ¿Quiere ir usted también? No habrá adultos, mis padres están en reunión de medios, pero puede venir si quiere, invita a algunos amigos y les agrego un club de ajedrez en mi habitación mientras esperan.

Entonces el papá de Candy rió. Ella tragó saliva. No podía creer que se hubiese reído de un chiste de Noah.

—Eres divertido, niño. Me agradas. Está bien, puede ir, pero sólo hasta medianoche.

Candy exhaló. Aquello era imposible.

—¡Perfecto! Entonces la pasaré buscando a las nueve.

—Bien —asintió, entrando al auto.

Noah miró a Candy con una sonrisa reprimida.

—Nos vemos, caramelito —susurró.

Y para ese momento Candy estaba alucinando. Asintió, incrédula, y entró, con las mejillas entumecidas. Miró a su papá, pero él no la miró. Sólo condujo en silencio.

Su corazón golpeaba fuerte contra su caja torácica, estaba anonadada. No era posible que su papá la dejara ir a una fiesta, mucho menos con un chico.

Cuando llegaron al apartamento, su madre estaba cocinando.

—Tu hija irá a una fiesta ésta noche. Un pelirrojo agradable me pidió permiso personalmente para llevarla a su cumpleaños —contó su padre yendo a la nevera.

¿Un pelirrojo agradable?

La mujer los miró desconcertada un momento y luego a miró a su esposo. Volvió la mirada a Candy y asintió con la cabeza.

—Está bien. Diviértete.

La ponía nerviosa que hubiesen aceptado el permiso de aquella manera, así que entró a su habitación, dudando en si debía ir o no. Ya tenía el permiso, las ganas de ir era lo último, podía conseguirlas en el camino. De verdad quería tener una vida tranquila.

Así que le pasó su ubicación a Noah, y fue a bañarse. Se vistió con su abrigo azul favorito, y se maquilló un poco. Le gustaba lo que veía en el reflejo. Sonrió, aunque no sentía ganas de hacerlo.

Noah la llamó cuando estuvo afuera, y ella salió, pero en la sala esperaba su papá.

—¿Lista?

Hermosa Pesadilla [Completa ✔]Where stories live. Discover now