Capítulo XVIII

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- ¿Dónde estaban? - Una muy enojada señora West está mirándome abajo al igual que a la rubia a mi lado

-Justo donde te dije que iba a estar- Traté de sonar lo más calmada que pude, cuando esta así es mejor no llevarle la contaría o subir el volumen de la voz, la señora huele el miedo.

- ¡Aaaaah, si! - Su mirada se suavizó y me acarició el cabello- Lo olvidé, vengan vamos a comer algo

La inestable señora que me trajo el mundo, fue hacia la cocina- Amo con locura a tu mamá, es mi madre también, pero a veces me da miedo.

Afirmé con la cabeza, dándole la razón- Tengo hambre. Le avisare a Alex que llegamos- Saque mi celular, Lisa solo asintió mientras por la misma dirección que mi mamá

Después de avisar a Alex que estábamos sanas y salvas, camine a la cocina, pero no recuerdo haber llegado.

Solo recuerdo oscuridad y a mi madre gritando.

Un dolor inmenso en mi cabeza y una sed espantosa me hicieron abrir los ojos, la luz estaba apagada y el frio me hizo temblar un poco, intente levantarme, pero al recargar mi mano la aguja que tenía clavada me lastimó, un grito ahogado salió de mí.

Lo que hizo que el bulto que estaba en la orilla de la habitación se moviera hacia mí.

-Mi vida ¿cómo te sientes, que necesitas? - La dulce y preocupada voz de mi mami lleno mi corazón de paz

-Agua, quiero agua. Me duele mi cabeza mami, ¿por qué hace frio?

-Pediré un vaso de agua, hace frio porque estamos en el hospital.

WAIT WHAAAAAT?????

- ¿Por qué hospital?

-Te desmayaste en casa, llame a la ambulancia. Iba a preguntarte que querías de comer cuando vi el cómo caías, me asusté.

- ¿Y por qué me desmaye?

Mi mamá se levantó de la silla en la cual se había acomodado y fue al interruptor, encendió la luz. Oh no, está molesta.

El tono dulce que uso antes desapareció cuando volvió a tomar la palabra- Agatha de nuevo tienes anemia.

Upsi

-Bueno ya comeré mejor, no es tan grave- Encogí los hombros con desinterés, no es la primera vez que tengo anemia, así que ya lo tengo controlado.

O eso creí hasta que vi la mirada cristalizada de mi mamá, la preocupación invadió sus bonitos rasgos, y no solo eso el sentimiento de impotencia pareció en su mirada. Entonces me preocupe.

-No es cosa de que comas mejor Agatha, el doctor dijo que la anemia que tienes está a nada de causarte leucemia. Tus niveles de hierro están por los suelos, también puede causarte una insuficiencia cardiaca- Las lágrimas empapaban las mejillas de mi madre.

Extendí mi mano para que la tomará, ella se acercó aun sollozando y tomó asiento donde había estado antes- Es severo A, me lo dijo el doctor. Tienes que estar bajo tratamiento y tomar mucha medicina, comer y descansar bien, además de estar bajo observación- Aún no paraba de llorar, incluso al darme ordenes su voz no tenía la fuerza suficiente para demostrar autoridad.

Mi madre siempre ha sufrido mucho con mi salud, no le niego ni resto mérito a mi papá, el también sufrió bastante pero nunca como mi mamá. Nunca.

Desde pequeña he tenido muchos problemas de salud, asma, problemas en el estómago, una arritmia cardiaca, migrañas, mi ya conocida anemia, sin contar que mi sistema inmune es bastante débil y por cualquier cosa me enfermo gravemente.

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