Alex no tardó en llegar, lo vi caminar hacía mí desde el lado opuesto a donde yo estaba, caminó lo más rápido que pudo, me levanté de la banca donde había estado llorando mientras lo esperaba, Alex se paro frente a mi y yo solo me arroje a sus brazos, abrazándolo lo más fuerte que pude, mis sollozos ahora estaban siendo opacado por su pecho, mis lágrimas mojaron su camisa negra.
El puso una de sus manos en mi espalda y con la otra me acarició el cabello, no se cuanto tiempo pasó hasta que sentí que podía controlar un poco mis lagrimas y sollozos, me separe de él y mire al chico a la cara- Siento mucho que me veas así. Soy un desastre- Las comisuras de su boca se alzaron un poco, dejando ver sus lindos hoyuelos, uno más marcado que el otro.
-No eres un desastre, solo estas llorando- Me limpio una lágrima que había quedado en mi mejilla- Llorar no hace que se te quite lo hermosa, aunque sonriendo lo eres mucho más- Admitió mientras sus mejillas se teñían de rojo- Cuando sonríes eres irreal.
Sonreí porque con ese comentario podía hacer sonreír hasta al ser humano más frío del planeta- Gracias por venir Alex, en serio necesitaba de ti en este momento.
¡TRES DÍAS CONOCIÉNDOLO Y YA NECESITO DE EL! Necesito terapia.
-Me gusta que necesites de mi, estamos igual- Él también necesita terapia. Volví a sentarme y el imitó mi acción- ¿Qué pasó Agatha?- Preguntó con suavidad.
-Alguien me lastimó el corazoncito- Vi como se tensó ante lo que le dije- Fue mi papá. Él Hizo algo que me lastimó y yo...- Mis ojos volvieron a cristalizarse- Aunque en parte es mi culpa ¿sabes? Siempre lo apoye, no hice caso cuando mi hermano y mi mamá me debían que él me daría la espalda, creí que sólo era su rencor hablando.
Suspiré una vez más, recordando los momentos más valiosos que tenía con mi papá, una Agatha de nueve años bailando ballet mientras su padre aplaudió con orgullo en su mirada- Jamás creí que sería capaz de lastimar a sus hijos.
-¿Que pasó con tu hermano?
-Kai es unos años mayor que yo- Explique achicando los ojos a causa de él sol. En el estado de California el calor la mayor parte del tiempo era excesivo, pero estos últimos días era algo insoportable- La historia es complicada, desde el inicio- Hice una pausa, pensando en cómo iniciar la historia- Mi madre viene de una familia con buna posición económica mi padre no, mis abuelos no aprobaban a mi papá, pero mi madre no los escuchó, se casaron al poco tiempo de conocerse, mi hermano vino un año después, todo estaba bien supongo, y cuatro años después llegué yo, mi infancia fue buena, éramos una familia unida e incluso teníamos una economía bastante buena- Los recuerdos de mi aquella familia llegaron uno a uno, seguí con una sonrisa nostálgica y seguí con el relato- Admito que había problemas, mamá y él peleaban constantemente, aunque aún era dentro del parámetro de lo normal, eso fue hasta que papá conoció a Beatriz Smith, al principio solo eran colegas, con el tiempo... Bueno, es obvio lo que pasó.
≫Papá cada vez tenía menos tiempo y paciencia para nosotros, la mayor parte del tiempo él estaba en la oficina, empezó a tomar mucho más y las peleas con mi mamá fueron mucho más fuertes. Mi mamá es una persona difícil, muchas veces puede ser algo autoritaria, también es un poco pesada con muchas cosas, pero no es justificación para que mi padre la engañara- Tomé aire- Cuando mi madre se enteró de que estaba engañándola con Beatriz ¡Demonios! Fue horrible, ella enloqueció, pues mi padre había tenido el descaro de hacer que convivieran por un tiempo en fiestas y reuniones, incluso Kristal la hija de Beatriz fue inscrita en el mismo instituto que yo, mi madre se enteró de que Beatriz era madre soltera porque el padre de la niña la encontró en la cama con su mejor amigo, aun así mi madre jamás la juzgó. Como sea, cuando mi madre lo averiguó se pelaron tan fuerte que tuve un ataque de pánico, mi hermano me calmó, yo tenía quince años. Mi padre se fue de casa esa noche, era horrible tener que ver a Kristal en la escuela, con su sonrisa burlona y las cosas que mi padre le compraba.
