Capítulo IV

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Sé que está mal, sé que no debería de ir, pero tengo que hacerlo, solo la veré esta vez.

Si, esta es la última vez que la vea, solo una vez más y ya.

Ayer después de que Agatha se fuera, me dedique a observar aún más a las personas, para saber cómo comportarme cuando este con ella también le pedí a Belfegor que comprara un celular y me enseñará a usarlo.

Belfegor fue el primero en acompañarme a la tierra, antes de que él decidiera quedarse y tuviéramos que distanciarnos. 

Lo conozco desde hace demasiado tiempo, aun así, el conoce más el comportamiento de las personas, ha pasado mucho tiempo aquí, incluso tiene una casa y cuentas bancarias, o sea dinero, según lo que me explicó.

Es básicamente mi guía estando aquí. Así que después de marcharme del parque fui con él, al lugar donde ambos nos estamos quedando, una de sus casas aquí, y me enseñó lo que le pedí.

El tiempo se me ha hecho eterno, camine de vuelta al parque con la ansiedad comiéndome cada célula, algo que jamás había sentido, una nueva emoción para agregar a las cosas que no conocía.

Una vez en el parque, cheque la hora.

4:25

Cinco minutos más y veré de nuevo a Agatha, pero ¿y si no viene?

No, ella vendrá, si vendrá.

El tiempo pasó tan lento que se sintió tortuoso, miró a las aves y trató de relajarme, trató de no pensar, de concentrarme en algo más.

Una vibración proveniente de mi pantalón me hizo distraerme, saqué el pequeño artefacto y leí el mensaje de la pantalla:

*¿Ya llegó la señorita afortunada, dueña de tu oscuro y malévolo corazón?*

Belfegor es al único al que puedo llamar amigo, aunque tenga siglos sin verlo le tengo un gran aprecio, aunque eso no evita que en esta ocasión quiera golpearlo. 

Seguí las instrucciones que me dio del cómo usar el celular y escribí

*¿No tienes nada mejor que hacer?*

Espere la respuesta jugando con el celular entre mis dedos, llegó otro mensaje:

*Claro que sí jefe, pero no hay nada más interesante que ver al rey de las tinieblas en una cita*

Puse los ojos en blanco, definitivamente lo golpearía

*No olvides pedirle su número*

El segundo mensaje fue útil, no lo golpearé tan fuerte.

Él había insistido en que debo pedirle a Agatha su número de celular si quiero parecer normal.

4:32

Se supone que ya debería de haber llegado.

Jugué un poco más con el celular, comencé a desesperarme, suspiré resignado pensando que no vendría, hasta que mi atención se posa sobre una pequeña chica corriendo apresurada entre los árboles del parque, su vestido azul claro se ondea por el viento al correr, su cabello atado en una coleta alta va de un lado a otro dejándome hipnotizado, es aún más bella que ayer.

Agatha llega a mi lado- Siento mucho llegar tarde, espero no pienses que soy impuntual, porque no lo soy. Solo que el bus tardó bastante y después un perrito se atravesó en la avenida y el bus casi no frena a tiempo estuvo a nada de darle al perri...- Ella me miró frenando discurso y se sonrojó- Lo siento, hablo mucho.

Me gusta que hables, quise decirle, pero Belfegor dijo que un exceso de cumplidos la ahuyentarían.

-No te preocupes. ¿Qué paso con el perro? - Me recorrí un poco en la banca para que lo tomará a modo de invitación y tomará asiento, así lo hizo.

HIM -EN EDICIÓN- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora