Capítulo XII

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-¿A que hora llega tu mamá?- Sentí como se movió debajo de mi al hablar

¿Lo habré imaginado? Por supuesto que si, puede ser un asesino pero no un vampiro. ¿No?

-Como a las seis- La respiración de Alex era calmada.

Me levante de su pecho y me acomode en posición de loto mirando al chico.

¡Que hombre! Agatha este muchacho si nos conviene, este lindo pecoso se ve que es de los que te cachetean durante...

Si, muchas gracias por tus comentarios, los tomaremos en cuenta.

-¿Que pasa?- Alex se removió incómodo- De nuevo me miras- Su vista fue a parar a sus manos, notablemente nervioso.

-Lo siento- Reí intentando relajarlo- No es nada malo, tranquilo- El seguía con la vista fija en cualquier lugar menos en mi. Me acerque un poco más a el- Tienes pecas, me gustan mucho, y tus lunares.

-¿Si?- Me miró un poco más confiado- ¿Por que?

Me encogí de hombros- Solo me gustan- Mire sus ojos- ¿A ti no te gusta algo así?

-¿Como así?

-Algo en especial que haga que alguien sume muchos puntos para gustarte, como a mi me gustan los lunares y pecas, o los ojos color café, detalles específicos que te atraigan de alguien.

Alex volvió la vista a sus manos y negó- En realidad no le he pesado

-A ver, hay que descubrir que te gusta- me levante de la cama y fui a mi escritorio en busca de una pluma y un cuaderno, tengo la manía de escribir cosas como esta- Dime las chicas que te han llegado a gustar ¿Cómo son? Encontraremos un factor que se repita y esa será la característica ¿si?

ALEX

¿Chicas? ¿Como decirle que jamás me ha gustado una chica hasta que llego ella?

-En realidad no tengo un tipo- Hable lo más seguro que pude

-¿Todas las chicas han sido diferentes?- Asentí

-Además no es como que salga con muchas chicas- Mi voz sonaba casi como un susurro

Jamás había estado tan incómodo, creo que nunca había estado incómodo ¿por que estoy incómodo?

Agatha sonrió como si le hubiera dicho una cosa muy bonita, no entiendo a esta chica- Eso es lindo Alex, significa que no eres un Fuckboy- Lo ultimo lo dijo mas para ella, mientras garateaba en su libreta

Yo solo tenia una duda:

¿Que demonios es un Fuckboy?

-Aunque me gustan tus ojos- La pequeña chica me miró, si, definitivamente sus ojos me gustan

-¿Mis ojos?- Casi gritó- ¿Que podrían tener mis ojos para que te gusten?- Me miro divertida

-Son enormes y muy transparentes, puedes ver cada emoción que cruza por ellos, además tus pestañas son largas y espesas- Debo dejar de hablar, la asustare si sigo hablando- También me gusta tu nariz, es pequeña y linda- Dios ayúdame a parar- Y cuando ríes aparece un pequeño hoyuelo en la comisura de tus labios, justo aquí- Señale la parte izquierda de su labio superior- Y cuando estas molesta arrugas la nariz, es tierno- ¡Alguien cálleme!- y tus labios...

Me detuve, como dije los ojos de Agatha son tan expresivos y en este momento sus ojos me dicen que esta apuntó de echarme de su casa.

-Lo siento, no debí de haber hablado tanto, ¿fue incómodo para ti?

Negó sin pronunciar palabra- ¿Entonces no estas enojada?

Repitió el movimiento de cabeza, ¡Me volveré loco sino dice algo! ¡Por todos los cielos Agatha, responde!

-¿Por qué crees eso?

-Pues yo... No lo sé, fui demasiado lejos.

-Jamás nadie me había puesto tanta atención como para notar que tengo un hoyuelo, ni siquiera yo lo había notado- Su expresión era neutra- Eres único Alexander.

Ella se levantó y volvió la libreta a su lugar, tomó asiento de nuevo a mi lado, un silencio se formó entre ambos- Me gustas Alex- Fue un susurro débil, casi imperceptible pero renunciaría a todos los sonidos del mundo por escuchar una y otra vez aquella oración.

Alcé la vista- ¿De verdad?

Bum, bum, bum latidos ensordecedores llenaban el silencio que se había formado en la habitación y ya ni siquiera sabía si eran míos o de Agatha.

-Si, no había conocido a alguien como tú, todos los chicos son tan... malos, y tu eres tan distinto. Eres como todo lo que una chica quiere tener, no entiendo como no es que no has tenido "tantas chicas" antes- Hizo comillas con sus dedos- Aunque supongo que por eso eres distinto

Agatha miraba sus manos, jugaba con sus dedos parecía nerviosa- ¿Y tu?- pregunté

-¿Yo que?- Me miró sin comprender

-Tu...- Ordene mis ideas, sin estar muy seguro de como seguir, hablé- Tu ¿tienes chicos?- Susurre, no se si pregunte algo que no debía pero la castaña frunció el ceño

-¿Que si he tenido algo con alguien más?- Asintió- Pues si- Le resto importancia encogiéndose de hombros

Silencio

Más silencio

Ay que incómodo

-¿Estas bien?- La dulce voz de Agatha me hizo darme cuenta de que estaba apretando los puños, ¿por qué? Ni yo lo sé

-Si- murmure- Pero... no sé, creo que no me gustó saber eso- Baje la mirada

-¿Estas celoso?- Su pregunta no fue exactamente una pregunta, más bien, lo afirmó

Negué con la cabeza y después asentí, supongo que no tiene caso mentor cuando ella esta tan segura, además es una emoción nueva, es emocionante y extraño a la vez.

Una risa suave se escuchó- ¿Yo te gustó?

¿Realmente me está preguntando es?

-Si

-Entonces quiero hacer esto de nuevo ¿puedo?- Asentí sin estar muy seguro a que se refería, ella extendió su mano hacia mi- Hola, soy Agatha y me gustaría conocerte ya que lo poco que conozco de ti me parece maravilloso y me gusta, me gustas Alex ¿me dejas conocerte?

Su mano seguía extendida, la tomé- Acepto

La sonrisa más hermosa apareció en sus labios, juro por Dios que esa sonrisa permanecerá en su rostro así me cueste el cielo.

HIM -EN EDICIÓN- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora