𝚇𝚇𝚅𝙸 - 𝚄𝚗 𝚊𝚖𝚘𝚛𝚎 𝚝𝚊𝚗𝚐𝚒𝚋𝚕𝚎

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『 Un amor tangible 』

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『 Un amor tangible 』

No quiero perderte nunca.

No quiero perderte nunca.

No quiero perderte nunca.

Jang Han-seok y yo entramos tras haber sido revisados y curados por un médico perito para entregarle al fiscal, dos actas donde conste la condición en cómo nos recibió.

—Bien, ¿puedes darme un breve resumen? —pregunta el fiscal de todos modos.

—La señorita tiene heridas superficiales en el rostro, ha necesitado dos puntadas. Aunque en su cuello, tiene marcas de manos y ello es indicio de estrangulamiento.

—¡Eres un hijo de...! —estalla mi hermana.

—Señorita, por favor, tome asiento.

Chayoung obedece de mala gana; Myung-hee se mantiene seria pero muy seguramente está pensando en cómo zafar a Han-seok de esto. Él y yo nos miramos con recelo —ahora somos completos desconocidos, y, Vincenzo tampoco aparta la mirada de él, a pesar de estar inexpresivo, es muy probable que esté maldiciéndolo.

—¿Qué puede decirme de él?

—Tiene golpes moderados, ha necesitado tres puntadas y nada más. Los detalles están en las actas.

—Gracias. Ya puedes retirarte —indica el fiscal. El médico asiente y sin más sale—. Primero, quiero oírles a ustedes dos.

—Discutimos. Todas las parejas suelen hacerlo.

—Eres un cínico. Eso fue más que una simple discusión, ¡casi matas a mi hermana! ¿Y por qué? Porque no ibas a permitir que saliera viva y dijera tus sucias verdades siendo el presidente de Babel.

—Excelente que hayas tocado ese tema porque mi cliente afirma que el señor Cassano lo ha amenazado y lo acusa de ser otra persona —interviene Myung-hee—. ¿Tienen pruebas?

De soslayo noto las manos de Vincenzo cerrarse en puños perfectos. Sus nudillos se tornan en un color más pálido. Poso una mano sobre su antebrazo y él se va relajando.

—No pero...

—Si no tienes pruebas, entonces no puedes comprobar nada.

—Silencio. Señor Jang, voy amonestarlo por esta ocasión, si vuelve a intentar algo contra la señorita Greco, nos veremos obligados a detenerlo. ¿Correcto?

—Si, señor fiscal.

Frunzo el ceño en donde decide concluir de forma abrupta algo tan severo. Él arroja dos pruebas en la mesa para avanzar con el siguiente tema.

—Señor Cassano, su arma resultó ser falsa. Y sus balas también —dice este en cierto tono despectivo.

Vincenzo tiene intención de hablar pero poso una mano sobre la suya y le doy un ligero apretón.

In love with the devil〘Vincenzo〙Where stories live. Discover now