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『 Una guerra comienza 』
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「Vincenzo」
Y lo que en los últimos meses se convirtió en una pesadilla, se hizo realidad. Si de por sí todo esto es lamentable, agregar que ella pudo sentir algo por mí, me hace sentir fatal.
Lia piensa que jugué con ella... que mi gentileza, caballerosidad, paciencia y cariño fue una fachada ante un plan el cual ya no quise ser partícipe. Y es más desconsolador que al escuchar a mi hermano decir sobre los sentimientos de ella, haya tenido el descaro de darme cuenta de los míos.
Hasta para ser el diablo, hay niveles. Y yo soy el peor.
—Aish. ¿Dónde rayos estás? —escucho a Chayoung hacer coraje. Cuando nota mi presencia, corre hasta acercarse—. Vincenzo, ¿has visto a Lia? He estado llamándola desde el mediodía y no me responde.
Ese instinto de querer saber dónde se encuentra se activa pero debo quedarme con las ganas. Voy a estar igual que su hermana... sin recibir respuesta de su paradero.
—Vas a ser mujer muerta, Lia Greco —molesta, sujeta mi manga—. Vamos, ya nos están esperando.
Los familiares de las víctimas me reciben sonriendo, ofreciendo una falsa de mi parte. Tomamos asiento, manteniendo poca distancia del resto. Aguardamos apenas diez minutos cuando el mesero llega con nuestra cena.
—Reservamos un restaurante chino en un hotel, pero el señor Nam lo cambió.
—Pido disculpas en nombre de mi hermana, no pudo estar aquí con nosotros —dice Chayoung, apenada, antes de introducir comida en su boca—. Cielos. ¡Qué delicia! Es el sabor de la tierra natal de ella y Vincenzo.
—Qué pena. Todos queríamos verla también para agradecerle —dice una de ellas.
—Debimos hacerlo antes, perdón por retrasarlo.
—No pasa nada —respondo un tanto desconectado del momento—. Por cierto, oí que hubo un pequeño escándalo la semana pasada.
—Si. Los accionistas de Babel Pharmaceutical vinieron a nuestra reunión y nos culparon por la caída de sus acciones.
—Afortunadamente, solo nos insultaron y luego se fueron —agrega uno como si fuese alentador.
Intento participar entre las conversaciones. Sin embargo, me limito a sonreír, asentir o responder usando frases cortas.
Al cabo de hora y media, nos toca despedirlos. Chayoung es quien los abraza —seguramente ella también lo habría hecho encantada. El señor Nam y yo observamos manteniendo nuestra distancia.
—Volvamos a vernos cuando no haga tanto frío. Podemos ir de picnic. Mi hermana querrá verles en otra oportunidad.
