Apenas entré en contacto mi cuerpo se refresco, estuvimos nadando y lanzándonos agua por un largo tiempo. Evan a veces se hundía y me asustaba tomándome de las piernas para que creyera que era un tiburón o algo por el estilo.

Idiota. Lo peor es que si caí.

(...)

Ya era Lunes, lo que significaba... que hoy era mi primer día en la Universidad. Me sentía muy nerviosa ya que no conocía a nadie, y el lugar era enorme. Ojalá y no perderme. 

Me levanté temprano para poder alcanzar a hacer todo con tiempo, me vestí con unos vaqueros y un top corto, arreglé mi cabello y apliqué maquillaje ligero. Cuando por fin estaba medio decente salí de mi departamento, que por cierto, cada día me sentía más encantada con él.

Iba bajando por el ascensor cuando recibí un mensaje.

Evan: ¡Suerte en tu primer día! Sé que lo harás genial. Nos vemos luego, preciosa. Te amo.

Sonreí ante la pantalla y ese "Te amo" se me quedó grabado durante todo el día, era increíble como con dos palabras me podía hacer sentir tanto. 

Cuando estaba fuera del edificio y vi a todos los alumnos con sus libros o mochilas andando por ahí, me sentí aún más nerviosa. La mayoría andaba en grupos, pero también habían personas que iban solas, así que por ese lado no me sentí tan mal.

Debo admitir que estuve un buen rato buscando el salón que tenía indicado en la hoja que me habían entregado, donde se encontraban todos mis ramos y especificaciones de la universidad. Pero finalmente di con él y al entrar ya habían algunos alumnos sentados, fui hasta un puesto vació y dejé caer el bolso a mi lado. 

Minutos después entró el profesor, y detrás de él una chica que entró apresurada y sentó a mi lado al ver que el sitio estaba disponible. 

Era de estatura baja y tenía el cabello rojizo y sobre los hombros. Se veía como una chica muy dulce y algo despistada. Ella me observó y me sonrió.

-Hola, soy Ivy.

Yo le sonreí de la misma manera -Amanda. ¿También eres nueva?

-Sí, ¿Da un poco de miedo, no?

Reí -Sí. 

El profesor interrumpió nuestra conversación ya que se presentó a la clase y comenzó a explicarnos de que trataba el curso y todo lo que iríamos aprendiendo. Él era un hombre de mediana edad, y al menos hasta el momento no se veía como alguien que quiere arruinarte la vida.

La hora pasó bastante rápido y tenía un descanso de media hora hasta la próxima clase. 

-¿Vas a la cafetería? -me preguntó Ivy- 

-Sí, o bueno, a intentar averiguar donde está. 

Ella rio -¿Vamos juntas?

-Claro -sonreí-

Salimos de la clase y luego de preguntar a unos chicos donde se encontraba la cafetería, fuimos hasta ahí y compramos unos cafés y rosquillas, luego nos sentamos en unas bancas y comenzamos a conocernos un poco más. 

Ella venía de Florida, dijo que ya estaba algo cansada de estar siempre en el mismo lugar, así que estuvo ahorrando unos años y decidió venir a estudiar a Nueva York, ya que sentía que aquí la esperaban nuevas oportunidades y aventuras. También nos dimos cuenta de que nuestros departamentos estaban muy cerca, así que podríamos visitarnos con facilidad. Me comentó que en Florida no tenía muchas amistades y que había terminado hace poco con su ex novio. 

-Así que simplemente me vine, no tenía mucho que perder -sonrió con nostalgia-

Me sentía mucho más entusiasmada después de haber conocido a Ivy, al menos ahora tenía una amiga y no estaría tan sola en este enorme lugar.

El resto de las clases fueron como la primera, ya que al estar recién ingresando, los profesores solo solían presentarse y explicar de que iría todo el curso. Nada del otro mundo.

Cuando ya eran las cuatro de la tarde, mi jornada había acabado así que salí de la facultad y pude ver entre todos los alumnos a él. 

Oh. Por. Dios.

Evan estaba apoyado sobre su auto, vestía de negro y tenía puesta una chaqueta de cuero que iban a juego con sus botas, sus manos estaban dentro de sus bolsillos y su cabello se encontraba algo desordenado.

Apenas lo vi el corazón se me aceleró y caminé lo más rápido posible hasta llegar donde él y poder rodear su cuello con mis brazo y juntar sus labios con los míos en un cálido beso.

-¿Qué haces aquí?  -pregunté sorprendida después de separarme de él-

-Quería venirte a buscar en tu primer día -sonrió- ¿Cómo ha ido?

Subimos a su auto y comenzó a conducir hacia mi departamento mientras yo le contaba todo lo que había sucedido, y también de que había conocido a Ivy y lo bien que nos habíamos llevado.

-Me alegro mucho por ti princesa -tomó mi mano y besó mis nudillos sin dejar de conducir-

Lo observé por unos momentos. Joder, que sexy se veía conduciendo.

Bueno, se veía sexy hasta respirando.

Cuando ya estábamos en el departamento me lancé sobre el sofá agotada y Evan se sentó a mi lado mientras acariciaba mi cabello, eso me relajó tanto, y al haberme despertado temprano caí en un profundo sueño.

Cuando desperté abrí los ojos de golpe y me di cuenta de que ya había oscurecido, me incorporé y vi a Evan en la mesa con sus gafas puestas y un cuaderno en sus manos, estaba muy concentrado mientras garabateaba algo.

Me acerqué a él en silencio y cuando ya estaba a su lado el levantó la mirada y se sobresaltó, luego cerró su cuaderno con rapidez.

-Me asustaste... ¿Dormiste bien? .preguntó levantándose de la silla-

-Sí, ¿Qué hacías en el cuaderno? -pregunté curiosa-

-Nada, solo dibujaba -sus mejillas se sonrojaron-

Recuerdo que en algún momento me había mencionado que dibujaba, pero la verdad es que nunca había visto ninguno de sus dibujos y la curiosidad me empezó a abordar.

-Quiero ver -dije observándolo-

-No son tan buenos... -se rascó la nuca nervioso-

Cosita.

-De todas maneras quiero ver.

No espere respuesta y tomé el cuaderno, cuando lo abrí tenía un montón de dibujos. Comencé a pasar las páginas con los ojos muy abiertos, no podía creer lo que estaba viendo.

Eran realmente hermosos. La mayoría eran paisajes y figuras a las cuales no les encontraba mucha forma, pero que definitivamente transmitían algo.

Cuando llegué a la última página Evan se removió nervioso. Era yo, durmiendo. Eso es lo que estaba dibujando y que le avergonzaba que viera. Sonreí como tonta al verme dibujaba por él.

-Evan, esto es... es increíble. Dibujas muy bien -sonreí aún sin poder creerlo-

-Eres la primera persona que dibujo -dijo con timidez- Nunca me llamó la atención hacerlo, pero ahora que te vi así, durmiendo, simplemente pasó.

-Me encanta -sonreí- ¿Puedo quedármelo? 

-Por supuesto, eres tú -rio-

-Quien lo diría, mi novio es todo un artista -deje el cuaderno de lado y lo envolví con mis brazos-

Él me sonrió aún con algo de timidez y tomo mi rostro con su mano para luego besarme, besarme como solo él sabía hacerlo.

XX.

Holaaa! Ya solo queda el capítulo 40 que es el último:(










Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora