Evan rio y negó con la cabeza divertido - Si fuera un asesino creo que hubiera actuado mucho antes. 

Sonreí - Nunca se sabe.

Salimos del auto y Evan me tomó de la mano para adentrarnos al bosque, ya estaba atardeciendo y la verdad es que la vista era asombrosa, el lugar estaba lleno de verde y pájaros cantando, los árboles eran enormes y había una gran cantidad de diversas flores. Casi llegando al final habían unas cabinas, lo cual supuse que eran baños y por el lado derecho se encontraba un puente de madera que te dirigía a un hermoso lago. 

Este lugar es realmente maravilloso.

Unos metros más allá me quedé shockeada, había una gran fogata con asientos de madera al rededor, los cuales estaban utilizados por Celeste, Hugo, Kevin y Daniela. Todos estaban ahí junto al fuego, conversando y con unas latas de cerveza en la mano.

-¿Qué hacen todos aquí? -pregunté sorprendida y entusiasmada al mismo tiempo-

-¡Mandy! -chilló Celeste al verme y se lanzó a mis brazos- 

Luego de su muestra de amor nos sentamos en los asientos que sobraban.

-Es nuestra despedida -dijo Evan con un tono melancólico-  Te vas a la ciudad a estudiar, Celeste y Hugo se mudarán a Chicago y con Kevin y Daniela debemos terminar nuestras carreras. Es probable que ya no nos veamos tan a menudo, y me pareció una buena idea reunirnos todos antes de seguir con nuestros planes.

Es verdad, no lo había pensado. Las cosas ya no serían como antes, no tendría a mis amigos cerca, no tendría a Evan cerca... ¿Qué pasaría con nosotros?

-Pero es momento de divertirnos, no de llorar -Hugo levantó su cerveza y todos le copiamos- ¡Un salud por la amistad! -Y se llevó la lata a los labios-

Unos minutos más tarde ya se había oscurecido, la verdad es que me asustaba un poco la idea de estar en un bosque totalmente aislado y de noche, lo bueno es que la fogata y la luz de la noche alumbraban el lugar y tenía a Evan a mi lado. 

Estuvimos bebiendo y comiendo malvaviscos asados mientras los chicos contaban historias de terror, fingí que no me aterraba pero la verdad es que tenía los pelos de punta y miraba hacia atrás cada cinco segundos para verificar que no hubiera ningún espíritu maligno.

Creo que he visto demasiadas películas.

Por fin se callaron, y cuando Evan sacó su guitarra para deleitarnos con algunas canciones me tranquilicé por completo y solo podía observarlo muy concentrado tocando acordes mientras sus dedos se deslizaban por las cuerdas y la luz de la fogata lo iluminaba haciendo brillar su cabello rubio.

¿Ya he dicho lo mucho que me encanta?

Pues lo vuelvo a decir, me encanta.

Y cada vez que lo veo, lo confirmo nuevamente.

Ya nos habíamos terminado unas cuantas cervezas, y cuando Celeste se dio cuenta de que ya no quedaban sacó de su bolso un tequila, todos lo celebramos y comenzamos unas rondas de shots. También habían puesto un parlante con música y cuando ya estábamos todos un poco ebrios nos pusimos a bailar al rededor de la fogata.

Cualquiera que nos hubiera visto pensaría que estamos locos.

Porque no eran bailes normales, eran pasos inventados y totalmente fuera de contexto, pero la verdad no nos importaba. Luego vi a Hugo y, Evan y Kevin hacer un intento de twerk y casi me hago pis de la risa. 

Un rato después Evan se me acercó y me tomó de la mano -Sígueme.

Comenzó a caminar en dirección opuesta de la fogata y de pronto todo estaba oscuro, solo escuchaba nuestros pasos y el sonido de las hojas romperse cuando caminábamos sobre ellas.

-¿Por qué nos alejamos? -pregunté cuando llegamos al puente que daba hacía el lago-

-Quería estar un momento a solas contigo -Evan se sentó en la orilla y sus piernas colgaron sobre el lago, pero sin llegar a tocarlo-

-Ya me extrañabas, Evansss -me senté junto a él-

La luna desde aquí se veía brillante y enorme.

-Siempre -sonrió y se acercó a mi-

Nuestros rostros estaban a solo centímetros y podía sentir su respiración agitada. El alcohol ya se había apoderado de mi sistema, y cuando eso sucedía lo único en lo que podía pensar era en... sexo.

No podía ser la única.

Creo que Evan estaba pensando exactamente lo mismo que yo, y pude notarlo cuando su mirada se oscureció y sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo con suavidad. Su tacto se sentía ardiente y eso me ponía aún más. Quería sentirlo cerca pero nuestros labios aún no eran capaz de rosarse. 

-¿Qué esperas? -susurré mientras me acercaba aún más-

-¿Quieres que te bese? -su voz sonaba ronca-

-Eso no es nada comparado a todo lo que quiero que me hagas -sonreí traviesa-

Eso parece haber provocado a Evan, porque en el momento que lo dije capturó mis labios y luego de tirar de ellos me besó con fuerza mientras me tomaba de la nuca para darle más profundidad al beso. Mis manos actuaban por si solas y se dirigieron hacia su cuerpo, comencé bajando por su espalda, para luego ir sobre su abdomen y finalmente llegar hasta su erección.

La cual era visible, muy visible.

Evan me tomó por la cintura y me sentó a horcajas sobre él.

Agradezco haberme puesto un vestido. 

Evan apretó mis muslos con fuerza y luego mi trasero sin dejar de besarme, levantó mi vestido y repartió caricias sobre mis bragas. Sus manos viajaban por todo mi cuerpo, dándome sensaciones de electricidad cada vez que sus dedos se acercaban a alguna zona sensible. 

Tomó las tiras de mi vestido y las deslizó por mis hombros para luego besarlos hasta llegar a mis pechos, quito mi corpiño con rapidez y lo dejó a un lado, tomó ambos pechos para masajearlos y luego llevarse mis pezones hasta la boca y comenzar a jugar con su lengua.

Unos leves gemidos salieron de mis labios ante la sensación. Pero necesitaba más. y él se dio cuenta de eso, porque mi cuerpo se lo pedía. Pedía sentirlo dentro de mí.

Con una de sus manos hizo a un lado mi braga, sus dedos comenzaron a acariciar mi zona logrando que esta se humedeciera aún más.

Si es que eso era posible.

Luego uno de sus dedos entro y mis ojos se cerraron ante el placer, a los segundos sentí un gran vació e iba a protestar pero las palabras se quedaron en mi boca cuando sentí su gran erección entrando en mi.

-Mier... da -dije con la voz entrecortada-

Evan comenzó con movimientos suaves para luego aumentar el ritmo, ambos soltábamos jadeos de placer y solo podía pensar en él, en sus besos, sus caricias y su forma de hacerme sentir en el puto cielo.

XX.

Holisss!, como saben ya queda poquito para el final :( y de verdad muchas gracias a todas las que han llegado hasta aquí y por apoyo <3


Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora