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—¡Joder , Moni ! —Vanesa  me sacude para despertarme.

Estoy desorientada. Estoy en casa… en la oscuridad… en la cama con Vanesa . Sacudo
mi cabeza, tratando de aclarar mi mente.

—Nena, ¿estás bien? Estabas teniendo un mal sueño.

—Oh.

Enciende la lámpara entonces somos bañados en esa luz tenue. Me mira hacia abajo, su rostro marcado con preocupación.

—La chica —susurro.

—¿Qué es? ¿Qué chica? —pregunta en tono tranquilizador.

—Había una chica fuera de AIPS cuando salí esta tarde. Se veía como yo… pero no
realmente.

Vanesa vacila, y mientras la luz de la lámpara al lado de la cama nos calienta, veo que su rostro ha cambiado .

—¿Cuándo fue? —susurra, consternada. Se sienta, mirándome hacia abajo.

—Cuando salí esta tarde. ¿Sabes quién es ella?

—Sí. —Pasa su mano a través de su cabello.

—¿Quién?

Su boca presionada en una dura línea, pero no dice nada.

—¿Quién? —presiono.

—Es inma .

Trago. ¡La ex–sub! Recuerdo a vanesa hablando acerca de ella, una conversación que no debía haber escuchado .
Repentinamente, está irradiando tensión. Algo pasa.

Me mira con ansiedad.

—¿Dijo algo?—

—Dijo: “¿Qué es lo que tienes que yo no?” y cuando le pregunté quién era, me dijo: “nadie”.

Vanesa  cierra sus ojos como si le doliera. Oh no. ¿Qué ha pasado? ¿Qué significa para ella?

Mi cuero cabelludo pica como agujas de adrenalina a través de mi cuerpo. ¿Qué pasa si ella significa mucho para ella ? ¿Quizás la extraña? Sé tan poco sobre su pasado… um, sus relaciones. Ella debió haber tenido un contrato, y debió haberle dado lo que
quería, darle lo que necesitaba con alegría.

Oh no, cuando yo no puedo. El pensamiento me da náuseas.
Saliendo de la cama, Vanesa  se arrastra en sus jeans y se dirige a la sala. Un vistazo a mi despertador muestra que son las cinco de la mañana. Ruedo fuera de
la cama, poniéndome su camisa, y siguiéndole.

Santa mierda, está al teléfono

—Sí, fuera de AIPS, ayer… temprano en la tarde —dice calmadamente. Se gira hacia mí mientras me muevo hacia la cocina y me pregunta directamente—: ¿A qué hora exactamente?

—Alrededor de diez para las seis —murmuro. ¿A quién en la tierra está llamando a esta hora? ¿Qué ha hecho inma? Pasa la información a quienquiera que esté en la
línea, sin quitar sus ojos de mí, su expresión oscura y seria.

—Averigua como… sí… no lo hubiera dicho, pero entonces no pensé que podría hacer esto. —Cierra los ojos como si le doliera—. No sé cómo se vino abajo… sí, hablaré con ella… sí… lo sé… síguelo y hazme saber. Sólo encuéntrala; está
en problemas. Encuéntrala. —Cuelga.

—¿Quieres algo de té? —pregunto.

Té, la respuesta de Jesús para todas las crisis y la única cosa que hace bien en la cocina. Lleno la tetera con agua.

—Ahora, me gustaría regresar a la cama. —Su mirada me dice que no es para dormir.

—Bien, necesito algo de té. ¿Quieres unirte a mí con una taza?

... MÁS OSCURAS Where stories live. Discover now