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—Vane , por favor.

—¿Por favor qué? —murmura entre mis pechos.

—Te quiero en  mí.

—¿Ahora?

—Por favor

Mirándome, aparta mis piernas con las suyas y se mueve de manera que se eleva por encima de mí. Sin quitar sus ojos de los míos, encaja su sexo con el mío y comienza a moverse a un ritmo deliciosamente lento.

Cierro mis ojos, disfrutando de la plenitud, la exquisita sensación de su posesión, instintivamente levantando mi pelvis para encontrarla, para reunirme con ella , gimiendo en voz alta. Se mueve como si estuviera penetrandome. Mis dedos
encuentran su camino en su sedoso cabello rebelde, y se mueve oh-tan-lentamente .

—Más rápido, vane , más rápido… por favor.

Me mira fijamente con triunfo y me besa con fuerza, entonces realmente empieza a moverse, Santo cielo, un castigo, implacable… oh joder, y sé que no duraré mucho.

Establece un ritmo constante. Empiezo a acelerar, mis piernas se tensan bajo ella .

—Vamos, nena —jadea—. Dámelo.

Sus palabras me deshacen, y exploto, magníficamente, con la mente abrumada, en
un millón de piezas alrededor de ella, y sigue llamándome por mi nombre.

—¡Moni ! ¡Oh joder, moni! —Colapsa sobre mí, su cabeza enterrada en mi cuello.

Cuando la cordura regresa, abro mis ojos y veo hacia arriba el rostro de la mujer que amo. La expresión de vane es suave, tierna. Acaricia su nariz contra la mía, apoyando su peso sobre los hombros, sus manos manteniendo las mías a los lados de mi cabeza. Tristemente sospecho que es para que no la toque.

Planta un beso gentil sobre mis labios mientras se desliza por última vez sobre mi.

—He extrañado esto —exhala.

—También yo —susurro.

Me toma de la barbilla y me besa fuertemente. Un apasionado e implorante beso, ¿pidiéndome qué? No lo sé. Me deja sin aliento

—No me dejes otra vez —implora, mirando fijamente a mis ojos, su rostro serio.

—Está bien —susurro y le sonrío. Su sonrisa de respuesta es deslumbrante; alivio,
júbilo y alegría infantil se combinan en una mirada encantadora que fundiría el más frío de los corazones.

—Gracias por el iPad.

—Más que merecido , Mónica .

—¿Cuál es tu canción favorita de ellas?

—la quiero a morir . —Sonríe—. Vamos, terminemos de cocinar , me muero de hambre —agrega sentándose repentinamente y jalándome con ella.

—¿y el "nena" ? —Río tontamente.

—nena . Comida, ahora, por favor.

—Ya que lo pides tan dulcemente, señorita, me pondré en ello justo ahora.

Mientras me apresuro fuera de la cama, dejo caer mi almohada, revelando el desinflado globo de helicóptero debajo. Vanesa lo alcanza y me mira, desconcertada .

—Ese es mi globo —digo, sintiéndome posesiva mientras alcanzo mi bata y la envuelvo alrededor de mí.

Oh Jesús… ¿Por qué tenía que encontrarlo?

—¿En tu cama? —murmura.

—Sí. —Me sonrojo—. Me ha estado haciendo compañía.

—Suertudo Charlie Tango —dice sorprendida.

... MÁS OSCURAS Where stories live. Discover now