A escondidas || FW | +18 ||

Partido de fútbol muggle

—Sí— Ylenia sostenía su estómago mientras se despedía de sus amigos —, estaré bien— terminó de abrazar a Harry y sonrió —... no olviden mandarme sus apuntes, por favor.

—Lo haré— Harry sonrió.

—¡Sí! Hermione también lo hará— Ron bufó y todos soltaron una pequeña risa.

—Mejora, y cuídate, Lizz— el azabache acarició su mano y miró al pelirrojo que había al lado de Ylenia—, y tú cuídala también.

—No se preocupen— Fred acarició la espalda de su chica —, estará bien.

—Los quiero mucho a todos, chicos— dijo antes de que estos se dirigieran a la chimenea.

—Típico de mi Hufflepuff— se burló Ginny.

—Típico de tu novia— Ron miró a Fred.

—Típico de ti— Harry sonrió.

Remus y Tonks habían decidido que lo mejor sería que su hija se quedara un pequeño tiempo más en casa, no podían mandarla a la escuela ahora. Ylenia al principio no estaba de acuerdo con la idea, pero acabó aceptando eso, al menos pasaría mas tiempo con su familia y con Fred, y con los Weasley, ya que... Bill se estaba quedando últimamente en su casa desde que comenzaron a restaurar la Madriguera.

No había suficiente espacio en el piso de Fred y George así que hicieron un buen plan. Fred se quedaba en la casa Lupin, con su novia, por la mañana iba a la tienda para trabajar y volvía por la noche. George se quedaba en el piso, con Molly y Arthur que se estaban quedando en la habitación de Fred. Y el matrimonio Lupin-Tonks le ofrecieron a Bill quedarse en casa, y lo hizo últimamente, aunque a veces prefería irse solo al Caldero Chorreante, o no estaba tan solo, quizás...

En todo caso, Ylenia seguiría haciendo sus tareas desde casa, todo estaba hablado con Dumbledore, ella le mandaría las tareas finales a cada profesor con una lechuza.

—¿Vas a ir a la tienda?— Ylenia se giró para mirar al pelirrojo.

—Lamentablemente— asintió —, pero iré poco rato— sonrió y se acercó, tomando su rostro con ambas manos —... sólo iré a firmar unos papeles y volveré cuanto antes, ¿sí?— ella asintió, y él, se inclinó para dejar un duradero y dulce beso en sus labios —No tardaré... ¿vas a ayudar a tu papá con el almuerzo?

—Sí— acarició su propio estómago y se sentó en la silla, le molestaba estar mucho tiempo de pie —... aunque conociéndolo no creo que me deje hacer nada, sólo dirá que me siente y observe como él cocina.

—Seguramente— soltó una leve carcajada —... volveré para almorzar, te quiero.

—También te quiero— dijo la Hufflepuff y el chico se acercó una vez más para besar sus labios rápidamente y luego irse.