Ylenia Lupin Tonks
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Por mucho que la vida nos separe,nuestras almas son una. Estamos predestinados.
-Ylenia Lupin.
-"Prométeme que esto es para siempre."
+"Te lo prometo."
Fred Weasley x OC.
1 M de lecturas
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Todos los personajes pertenece...
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A la mañana siguiente, Ylenia se despertó por un pequeño dolor en el brazo, giró la cabeza, viendo como Fred le daba pequeños mordiscos en el brazo.
—¿Se puede saber qué haces?— gimió con voz de dormida.
—Levántate, levántate.
—Es muy temprano, déjame— se dio la vuelta para seguir durmiendo, o al menos a intentarlo, pero el pelirrojo no la dejaba.
—Tenemos que ir a la Madriguera.
—Iré mas tarde— contestó alargando las palabras —, sólo déjame dormir un rato más.
Fred comenzó a dejar pequeños besos en el hombro de su chica.
—Remus y Tonks están en la Madriguera...
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Pasó algo?— se sobre saltó.
—Tranquila— soltó una pequeña risa —... Molly los invitó a almorzar, mandó a Errol avisándome de que fuéramos también— explicó comenzando a besar su mejilla.
Ella giró la cabeza, haciendo que sus labios chocaran con los de Fred en un dulce y corto beso.
—¿Sabes si Harry está en Hogwarts?— preguntó Ylenia incorporándose para quedar sentada en la orilla de la cama —, ¿o está en la Madriguera?
—Creo que se quedó en Hogwarts este fin de semana...— se puso detrás de su espalda para dejar varios cariñosos besos en el hombro de la Lupin —, ¿crees que debo avisar a Bill para que venga con nosotros?, ¿O será mala idea que él y mamá se junten?
—Quizás todavía está todo muy reciente...deja que las cosas se enfríen, yo hablaré con Molly hoy, tu también deberías de hacerlo.
—Lo haré.
El pelirrojo metió su mano en el suéter de la chica, acariciando suavemente su cintura, haciendo contacto entre sus fríos dedos y la cálida piel ella.
Ella hizo la misma acción, metió la mano en su suéter , acariciando la mano de Fred; que a la vez acariciaba su piel.
—Te quiero, y me encantaría estar toda la mañana aquí contigo sin hacer nada— suspiró Ylenia, echando la cabeza hacia atrás para apoyarla en el hombro de Fred mientras él seguía acariciando su torso —, pero tenemos que irnos.
—Lo sé— dejó varios besos en su cabello y sacó las manos de su suéter.
Perezosamente se levantaron de la cama para darse una rápida ducha y luego vestirse. Dejaron una nota en la cocina para Bill y fueron a la Madriguera a través de polvos flu.
