Fiesta de Navidad

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Salió de su sala común con algo de prisa, llevaba un vestido negro platinado, zapatos planos y un pequeño bolso a juego

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Salió de su sala común con algo de prisa, llevaba un vestido negro platinado, zapatos planos y un pequeño bolso a juego. Comenzó a caminar con prisa hasta llegar a la puerta, encontrándose con alguien.

—Hola— saludó Mattheo —, estás muy linda.

—Hola— Ylenia le devolvió el saludo —... gracias, tú también te ves lindo, ¿con quién viniste?

—Con nadie— acomodó su chaqueta negra —, ¿tú?

—También vine sola, iba a venir con Harry, pero él tenía pareja...

—¿Quieres que vayamos juntos?— preguntó el azabache con normalidad.

—Sí, parece buena idea...

El Slytherin extendió su brazo para que ella lo tomara. Ylenia suspiró, y enredó su brazo en el de Mattheo para comenzar a caminar hacia la puerta de la fiesta.

—¡Lupin...!— Slughorn se acercó para recibir a los recién llegados —Riddle...

—Buenas noches, profesor Slughorn— saludó Ylenia mientras Mattheo solo asentía con la cabeza —, todo está muy bonito.

—Gracias a ustedes por venir— sonrió amablemente —, ¡vengan, vengan! tomémonos una foto.

La luz de la cámara inundó los ojos de la chica, haciéndola parpadear varias veces y luego sonreír para seguir con las fotos.

Ylenia vio como Harry se adentraba en una especie de cortina, soltó el brazo de Mattheo y caminó hacia allí para adentrarse tras la cortina.

—Hola— sonrió al ver a Harry —, te ves muy lindo, Potter— se acercó para ordenar el cabello del azabache y colocar bien su corbata —¿ya hablaste con Ginny?

—N-No.

La cortina se abrió, dejando que un rubio entrara.

—Lupin, aquí estás— Cormac se acercó a la chica, poniendo una mano en su cintura.

—Quita la mano de ahí, McLaggen— amenazó la chica con una mala mirada.

El Gryffindor tosió después de quitar la mano.
—¿Vieron a Granger?— preguntó cogiendo la bandeja que Harry traía entre sus manos —, su amiga es muy escurridiza — cogió el ten te en pie de la bandeja y se lo comió —, ¿qué es esto?

Ambos se rieron cuando McLaggen escupió la comida de la boca, pero sus risas desaparecieron cuando vieron a Snape abriendo la cortina, haciendo que el vomito cayera en sus pies.

—Esto te va a costar un mes de castigo, McLaggen.

Ylenia soltó una rápida risita viendo como Harry intentaba escabullirse.

—No tan rápido, Potter.

Ylenia salió de aquel lugar sin ninguna rechista de Snape, viendo como el profesor hablaba con ambos
Gryffindor.

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