Marcela tomó un sorbo de su vino: ¿Finca raíz? Bueno yo no tengo mucho que decir sobre eso.
D: Quería saber su opinión sobre hacer unas inversiones en propiedades, aquí en Bogotá.
M: ¿Si?
D: Pues siempre estoy buscando nuevas maneras de renovar mi portafolio. ¿Estoy equivocado o es que me parece que Armando tiene unas propiedades que heredó?
M: Tiene una casa en el barrio Conquistadores que lo tiene ahí, abandonado, sin arrendar.
D: ¿No hay ocupantes?
M: No, él siente algo fuerte con esa casa, porque fue de su abuela y todo, y nada. Las cuentas le llega al apartamento las paga y no más.
D: ¿Conquistadores? Me acuerdo cuando iba para ese barrio para encontrarme con mis amigos.
M: Siempre ha sido un barrio de mucho caché.
D: Si. ¿Y adonde piensan vivir después del matrimonio?
M: Pues yo siempre quería ir a vivir en esa casa de Armando, pues me parece muy apto para una familia. No sé, primero en el apartamento de Armando y ya cuando empecemos una familia, en esa casa….

Y con eso Marcela siguió hablando de su tema favorito, de Armando y Daniel no tuvo corazón en compartir sus temores con su hermana. Por que en ese momento su corazón se estaba rompiendo.

EL APARTAMENTO DE DANIEL

Beatriz entró con rapidez al apartamento, sabía que él ya había estado ahí, pues el portero se lo había dicho. Pero que él no había regresado después de salir esa mañana. Sin embargo Betty quería ver todo con sus ojos y por eso siguió con su camino, pero las paredes de ese apartamento no le mostraban nada más sino lo que ya sabía. Veía su maleta, abierta, el closet abierto, la cama tenida no la sorprendía pues Daniel siempre era juicioso en esa manera. ¿Adonde estaba Daniel entonces?......

.Pues su Daniel ya había terminado su almuerzo con su hermana y ya la había dejado de nuevo en el trabajo. Lo que ella le había contado solo agrandó el sentimiento de angustia que residía en sus entrañas. Esa casa si era de Armando, como lo confirmaba el papel. No tenía inquilinos, estaba vacía. No había otra explicación, Beatriz había pasado la noche ahí, con él. Y no tenía que ser un genio para saber porque…Revisó su celular y encontró más llamadas perdidas de su novia. Decidió marcar….

Betty corrió hasta adonde había dejado tirado el bolso y sacó su celular, tenía que ser él….

A: Hola Betty, ¿como estas?
B: Ha.. Eras tu Armando.
A: Claro que soy yo te he estado llamando, no pasaste por mi oficina, te extrañé.
B: Yo no tenía por que pasar por ahí hoy. Yo no quiero ser indiscreta en la oficina.
A: Solo quería decirte que yo entiendo que la situación en que nos encontramos…
B: Yo realmente no quiero hablar de esto ahora ok, estoy esperando una llamada muy importante.
A: (Con sorna) ¿De su novio?
B: Si de mi prometido.

Con esto ella colgó para encontrar que tenía un mensaje en el buzón. Era Daniel.
D: Hola amor. Ya estoy de nuevo aquí en Bogotá. Estuve en la oficina por la mañana pero no me sentí bien entonces decidí pasar un rato por ahí y en eso me llamó Marcela para almorzar. No te había llamado porque quería sorprenderte, pero anoche llegué tan rendido que me quedé dormido. Bueno llámame. Chao.

Era su Daniel, su lindo Daniel y ya sus dudas empezaron a desaparecer. Todo sonaba bien, había explicado su llegada temprana, su ausencia del apartamento, todo. Ella sabía que podía confiar en su Daniel. Él nunca le mentía. La que mentía era ella.

32

UN MES HA PASADO……

La vida continuó para todos nuestros personajes. Daniel luchaba con la carga de un secreto solo, Marcela continuó con los planes de su matrimonio y Armando y Beatriz se continuaban a versen a escondidas cuando podían. Esto no pasaba desapercibido por Daniel, pues cada nada, se iba para la casa de Armando Mendoza y veía que ella llegaba y él también. Era lo más de obvio que ellos seguían con su idilio. Y con rabia se prometía que la iba a confrontar, a decirle que sabía todo, a exigirle que le contara la verdad, pero en el fondo de su ser, él quería que ella le confesara todo, que se arrepintiera y que le jurara que no volvería a pasar, que fue una debilidad de la carne. En su corazón, él sabía que la podía perdonar y que las cosas se podían arreglar entre los dos.

Historias de Betty, la feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora