Capítulo III: Realidad

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Entre estar juntos, conversar y comer se terminó el día, mañana tendríamos que volver a H.Y.D.R.A., fue un buen día, sobre todo inolvidable.

- Vaya forma de pasar el día – le dije a lo que él rio.

- Lo sugeriste involuntariamente, pero esto no acabara – dijo para mi sorpresa – no quiero dejar de sentirme así.

- Ya lo veremos, Soldado, un paso a la vez – le sonreí – debemos estar listos para mañana antes de que vengan por nosotros.

- Entonces es hora de descansar – dijo para abrazarme y quedarnos dormidos así, hasta la mañana siguiente, nos alistamos temprano, nos recogieron y volvimos a nuestra realidad.

Le entregamos a Strocker los planos y la bolsa con las prendas usadas en la misión para que se deshiciera de ellas, habían transcurrido tres días, el Soldado y yo no habíamos podido hablar porque fue enviado a otra misión, pero hoy teníamos una misión, debíamos robar unos reportes de la casa del Dr. Selvic, nos dijeron que habría una fiesta, por lo que entraría infiltrada, me dieron un vestido rojo y esta ocasión una peluca pelirroja, me acerqué al auto donde me esperaba el Soldado, quien no podía dejar de verme.

 Selvic, nos dijeron que habría una fiesta, por lo que entraría infiltrada, me dieron un vestido rojo y esta ocasión una peluca pelirroja, me acerqué al auto donde me esperaba el Soldado, quien no podía dejar de verme

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- La vista al frente, Soldado – le dije mientras conducía.

- Me encanta como se te ve ese vestido, es mi favorito hasta ahora – le sonreí, paramos frente a la puerta, tomé la invitación – dejaré el auto encendido, no tardes – bajé del auto entre a la fiesta, era un coctel y me mezclé entre la gente, observé que estaba la agente Romanof en la reunión, me oculté de ella, tropecé con alguien quien derramó champaña en mi vestido, alcé mi mirada y me topé con la mirada azul cielo del Capitán América, era más atractivo de lo que pude imaginar, hice como si no supiera quién era él.

- Perdón – me dijo avergonzado – déjame buscar una servilleta.

- No te preocupes es solo un vestido – le sonreí – ¿me podrías indicar dónde está el baño?

- Sí, por supuesto, ve por el pasillo, la tercera puerta del lado izquierdo – asentí.

- Gracias – le sonreí, él camino detrás de mí.

- Otra vez, lo lamento, estaba distraído, creo que las fiestas no son lo mío – reí.

- Otra vez, te repito que solo es un vestido – me acerqué sutilmente – solo necesito ir al baño, quitármelo y lavarlo – dije con la intención de ponerlo incómodo y se marchara, logré ponerlo incómodo, él bajo la mirada.

- Unos amigos quieren conocerte, cariño – dijo una rubia apareciendo en la escena, tomando al Capitán del brazo, era perfecto, así él podría estar distraído.

- Con permiso, señorita – me dijo el Capitán para retirarse con su novia celosa, se fueron y rápidamente busqué la oficina del Dr. Selvic, encontré su computadora, coloqué unos códigos y saqué el USB que estaba entre mi pecho, descargué la información y saqué el USB.

Solo tú (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora