—Lo entiendo Noelia. ¿Pero qué tiene esto que ver con Evan? —Abro la boca.

—¿Acaso has escuchado algo de lo que te he contado? —Pregunto. —Jonathan mató a la madre de Evan. ¿No te parece suficiente motivo? —Pregunto. Él me mira expectante.

—No, no me lo parece. Esos han sido vuestros padres. ¿Porque te culpa a ti? ¿Porque siquiera se atreve a enfadarse contigo? — Lo miro sorprendida.

—Lucca... —Quiero protestar, pero mi móvil suena. —Disculpa. —Le digo a Lucca antes de contestar.

—¿Si? —Pregunto, nada más contestar, sin mirar de quien se trata.

—¿Noah? — La voz de Shelly se escucha desde el otro lado de la línea.

—Dime.

—¿Donde estas? Todo el mundo dice que te han visto irte con el bombón nuevo. —Miro a Lucca, esperando que no haya escuchado eso.

—Bueno, si. Estamos en una cafetería.

—¡No jodas! —Exclama emocionada. —Eres una crack, Noah. Primero Evan, luego Christian, además de James y ahora el sexy de Marinelli. —Me muerdo el labio.

—Oye, tengo que dejarte. —Balbuceo antes de colgar.

—¿Todo bien? —Pregunta Lucca.

—Si, era mi mejor amiga. Hay veces que parezca que no tenga filtro y no deja de soltar perlitas por esa boca suya. —Lucca se rie, antes de llevarse el vaso a la boca.

—Oye Lucca, tengo que irme. —Empiezo a recoger mis cosas. Antes de que vuelva a sacar el tema de Evan.

—¿Vas a volver allí? —Asiento.

—Sobre todo, no se lo cuentes a nadie, por favor. —Él me guiña el ojo.

—Solo si prometes que mañana me enseñarás el instituto. Hay que ver. El primer día y no me presento. —Mueve la cabeza y sonrío.

—Claro. Gracias. —Le doy un beso en la mejilla y salgo corriendo hacia la frontera.

Donde minutos después tendré que afrontar de nuevo a todo el mundo. Y entre ellos Evan.

Bajo corriendo las escaleras. Y me sorprende ver que todo el mundo está sentado y callado, mientras que Evan, Seth y Grace permanecen de pie. Discutiendo algo.

Y no me equivoco al acertar que debe de ser sobre el tema de Lucca.

Cuando planto mis pies en el suelo, se callan y me miran.

—Lucca, no os va hacer nada. —Digo.

—¿Como podemos confiar en su palabra? —Pregunta Evan. Me encojo de hombros.

—No puedes. —Anuncio. —Tendras que quedarte con mi palabra. —Si busco que Evan me odie más, parece que lo estoy consiguiendo. —Y Seth. —Miro al chico, él me devuelve la mirada esperando que continúe. —Te lo contaré todo, como a ti Grace. —La miro. —Pero no aquí. —Ellos asienten y me siguen fuera.

Mientras caminamos hacia el río, me dedico a contarles toda la historia. Ellos me escuchan sin mediar palabra, atentos a toda la explicación.

—Lucca parece ser buena persona, y ahora mismo sólo nos queda confiar en él. —Concluyo mi relato.

Se miran entre ellos. Y luego me dedican una mirada.

—Espero que no te equivoques Noah. No por nosotros, nosotros saldríamos de esta, pero tu... —Grace no acaba la frase, ni falta que hace. Pero tiene razón. Si Lucca me denunciara ellos no tendrían problema, ya que podrían luchar, o irse a otro lugar, mientras que yo no. Yo no saldría de esta con vida. Es más, lo más seguro es que el que me ejecutara fuera Jonathan.

—Lo se. —Digo con un nudo en la garganta, al pensar en Jonathan matándome.

—Noelia, confiaré que ese tío no vaya hacerte nada. Pero cuida tus espaldas, a la mínima que pienses que corres peligro, ven aquí. —Me advierte Seth.

—¿Me dices de huir de la ciudad? —Le pregunto con una sonrisa. Él se encoje de hombros.

—A la mínima. —Me vuelve a advertir. Asiento y le doy un abrazo, antes de abrazar a Grace.

—Vale, pero no creo que Lucca vaya a traicionarme.

—Para conocerle de hace unos días tienes mucha confianza impartida en ese chico. —Se ríe Grace dándome un golpe de cadera. —Además no está nada mal. —Se ríe. Seth la mira arqueando las cejas.

—¿De verdad Grace? ¿Acaso no me ves? Yo estoy mucho mejor. —Grace hace un gesto vago con la mano.

—Lo que tu digas. —Sonríe. Ahora me mira. —Ten cuidado. —Asiento. Me despido de ellos, y les veo desaparecer mientras Grace arrastra a Seth. Y le dice:

—Tengo una idea, cuando nos pregunte... —Y no logro oir mucha cosa más, ya que desaparecen detrás de los árboles.

Suspiro.

Lo que Grace y Seth dicen es cierto. Ellos siempre saldrían de esta, yo no.

Y mas vale que esté al tanto. Aunque confío mínimamente en Lucca, la experiencia me ha enseñado a no dar todo el brazo a torcer.

Cuando camino de vuelta a la fábrica mi móvil empieza a sonar.

El corazón empieza a latirme con fuerza cuando veo el nombre de aquel que me ha causado tanto daño, en la pantalla.
Papá

Estoy tan sorprendida y asustada, que no me doy cuanta de que ya le he dado a la tecla de contestar. Sabiando que ahora tendré que hablar con él.

Noelia, necesito que te plantes aquí, ahora. —Dice con voz firme. Trago saliva. ¿Para qué? Me hubiera gustado replicar. Pero él continua hablando. —Y más vale que sea rápido. Ahora mismo no estoy para los juegos que parece que juegas últimamente. —Dicho eso cuelga. Sin esperar a que responda. Y sus palabras causan un efecto enorme.

¿Es posible que Lucca...?

Suspiro.

No, debo de darle un voto de confianza.

Seth a dicho que a la mínima sospecha...

Inspiro y expiro mientas camino con lenta agonía hacia mi casa.

OASISWhere stories live. Discover now