-¿No contestaras? -dijo Evan señalando mi celular-

Estaba por responder su pregunta cuando apareció nuevamente una llamada entrante del mismo número, mi ceño se frunció y está vez decidí contestar para ver quien insistía tanto.

-¿Si? -dije mientras caminaba hacia la salida para poder escuchar bien-

-Buenas noches, ¿Me comunico con Amanda Ricci? -dijo la voz de una mujer-

-Si con ella -dije extrañada- ¿Qué sucede?

-Señorita Amanda lamento informarle que sus padres han sufrido un accidente automovilístico, han sido trasladados con urgencia al hospital del pueblo...

La mujer siguió hablando, pero yo no escuchaba, mi celular se había resbalado de mis manos temblorosas, las lágrimas caían por mis ojos con fuerza y sentía que en cualquier momento me iba a desvanecer sobre el suelo.

Esto no puede estar pasando, no, mis padres no, como es posible.

Me llevé las manos a mi rostro apretando con fuerza, tenía pena y rabia, sentía como mi mundo se desvanecía. Evan se acercó corriendo hacía mí, pero ni siquiera podía girarme a verlo.

-¿Amanda qué sucede? -dijo con preocupación abrazándome- ¿Quién era?

Yo solo lloraba, intentaba hablarle, pero no podía, las palabras no salían de mi boca. Evan me abrazó con más fuerza mientras me acariciaba el cabello.

-M-mis papás, hay que ir al hospital -dije entre sollozos y temblando-

Evan me tomó mi celular que aún estaba en el suelo y luego mi mano para llevarme hasta el auto, me abrió la puerta y me sentó, estaba acelerado, pero al mismo tiempo me trataba muy suavemente.

Camino al hospital Evan iba manejando lo más rápido posible y yo solo miraba por la ventana con lágrimas aún en el rostro. Bajamos con rapidez y me dirigí hasta la recepción para preguntar por mis padres, estaba alterada y asustada. Con Evan subimos hasta el piso que nos habían indicado, era en donde estaban los pacientes con prioridad, o sea el de emergencias.

Un doctor salió de una habitación justo cuando el ascensor se abrió y me fui corriendo hacia él.

-¿Sabe dónde se encuentran Alice y Mark Ricci? -dije agitada-

-¿Es su hija? -preguntó y asentí- Soy el doctor que los está atendiendo, tus padres están estables por suerte, pero han sufrido lesiones graves, como fracturas en costillas, cuello y brazos, debemos operar de inmediato, probablemente nos lleve toda la noche pero le aseguro que todo saldrá bien -dijo consolándome-

-¿Puedo entrar a verlos? -pregunté mientras me secaba las lágrimas con mi mano-

-Aún no es posible, lo siento. Debemos trasladarlos a la habitación de operaciones -dijo con una mueca de lamento y se fue-

Evan me tomó por el hombro detrás de mi y yo me giré para abrazarlo, sus brazos alrededor de mi se sentían muy reconfortantes y me sentía agradecida de tenerlo aquí conmigo.

-Amanda de verdad lo siento mucho por tus padres, escuché lo que dijo el doctor y estoy seguro de que saldrán de esta, no te preocupes, todo estará bien -me dijo con dulzura y compasión mientras aún me abrazaba-

Evan se separó de mí y me sonrió para motivarme, luego acaricio mi mejilla con suavidad y secó mis lágrimas.

Es tan lindo y tierno.

-Gracias Evan, y gracias por traerme, pero el doctor dijo que tardaran toda la noche y yo quiero quedarme aquí con mis padres, así que si quieres ve a tu casa -le dije mirándolo- no tienes porque quedarte.

-No Amanda, te acompañaré, no te dejaré sola.

Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas y lo abracé nuevamente.

Evan me llevó hasta unos asientos y nos quedamos esperando mientras mirábamos el frío pasillo del hospital, daba muy mala vibra. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y el posó sus manos sobre las mías para acariciarlas y mantenerme calmada, nuevamente mi estomago se agitó ante su contacto, pero esta vez no me molestó.

Me quedé pensando por un buen rato, ¿Por qué habían salido tan tarde? ¿Cómo había sucedido? ¿Había otras personas involucradas?

Me sentí mal por no pasar tanto tiempo con ellos, últimamente no estoy tanto en casa, y bueno ellos también trabajan todo el día.

Abrí mis ojos con rapidez, me había quedado dormida. Evan estaba a mi lado derecho durmiendo y Celeste a mi lado izquierdo mirando su celular.

¿En qué momento llegó?

-Amanda -dijo y me abrazó apenas notó que desperté - Lo siento tanto nena, Evan me llamó desde tu celular y vine enseguida, le dije que si quería se marchaba, pero no quiso.

-Gracias por venir -le dije sonriendo-

-Tus padres son muy fuertes, sé que se van a recuperar muy rápido -me dijo con aliento--

Evan despertó por mi conversación con Celeste y luego de eso estuvimos unos cuantos minutos en silencio, pero no era incomodo, creo que ninguno tenia ganas de hablar.

-¿Qué hora es? -pregunté-

Evan sacó su móvil para revisar -5 am, te dormiste mucho tiempo.

Una hora después el doctor se acercó a nosotros y me levanté de mi asiento.

-La operación fue exitosa, tus padres tuvieron mucha suerte, ahora están en recuperación así que no podrás verlos hasta la tarde, y se deberán quedar internados un par de días -dijo y me sonrió-

Sentí un gran alivio recorrer todo mi cuerpo, todo salió bien, Celeste y Evan me abrazaron fuerza. Aunque ansiaba verlos faltaban muchas horas para eso.

-Si quieres podemos ir a mi casa, así puedes cambiarte y dormir un poco, también debes comer algo -me dijo Evan con ternura- Después puedo traerte en la tarde para que puedas verlos.

Definitivamente no me merezco a Evan.

Cuando llegamos a su casa Evan me prestó ropa y me dio una toalla para que pudiera ducharme y quitarme el olor a hospital. Una vez lista fui hasta su habitación y él se encontraba ya acostado mirando su móvil, así que me acerqué a su cama y me recosté a su lado.

-Evan -le dije y el se giró hacia mi dejando su celular de lado- Gracias por todo, no sé qué habría hecho sin ti -dije con sinceridad-

-Cuando desees -sonrió-

Me acerqué a él para abrazarlo, mi cabeza estaba sobre su pecho y el me envolvía con sus brazos, no quería que me soltara nunca, me sentía tan cómoda y a gusto a su lado. Después de unos minutos intentado dormirme no lograba conciliar el sueño, así que me incorporé quedando frente a frente con Evan.

-Veo que tú tampoco puedes dormir -le dije-

-Me está costando un poco -sonrió-

Dios, sus sonrisa. De tan solo verla me derretía por dentro. 

¿Cómo es posible?

-Evan...

-¿Si Amanda? -dijo con tranquilidad observándome-

-Lo siento.

-¿Por qué? -pregunto extrañado-

-Por esto -dije y junté mis labios con los suyos-  

XX.

omgg, griten conmigo.

Muchas gracias por todo su apoyo <3

Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora