64. El diario de Laura

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Llegó el fin de semana de exámenes de admisión para la universidad. Por alguna razón que sólo pude explicar como que ambas escuelas se odiaban terriblemente, Zac tenía que hacer el examen de la universidad del profesor Callahan (padre) en sábado y el de la universidad del profesor Callahan (hijo) el domingo. Jason sólo aplicaría este último.

Por lo que me contó Zac, el primer examen fue complicado pero no imposible. Yo no sabía qué significaba eso porque era muy listo, era confuso saber qué era complicado para él. Sin embargo para el otro todos los esperamos afuera de la escuela a modo de apoyo emocional.
Jason parecía preocupado. Sus padres le dijeron que no importaba si no lo pasaba, podía intentarlo luego pero él quería salir bien.
Lo despidieron en la entrada. Yo me acerqué a él.

— Todo saldrá bien, estoy segura— le dije.
— Yo también— dijo tranquilo.

Evan apareció y lo abrazó.

— ¡Tú puedes, sé que puedes!— le dijo mientras lo abrazaba muy fuerte.
— Evan, me estás asfixiando— le dijo Jason.
— ¡No puedo evitarlo, estoy muy nervioso por ustedes!— dijo.
— Nos irá bien, lo sé— dijo Zac.
— ¡Zac, tú también necesitas un abrazo!— le dijo Evan.
— ¡Aleja tus brazos de serpiente estranguladora de mí!— le dijo Zac.
— ¡No, tengo que abrazarte o estaré preocupado mientras espero!— le dijo Evan.

Zac se alejó pero Evan lo persiguió. Así que ahí estaban, corriendo alrededor del lugar mientras la gente los miraba.

— Jamás lo va a atrapar— dijo Will—. Zac es muy rápido.
— Y Evan se va a cansar pronto— dijo Jimi.
— Cinco billetes a que Evan va a terminar abrazando a Zac— dije.

Me observaron.

— Está bien— dijo Will.
— No me gustan las apuestas pero aceptaré porque creo que Evan no lo logrará— dijo Jimi.

Pero no, así no fueron las cosas. Zac se dejó atrapar porque aunque de verdad odiaba que lo abrazaran, le importaba mucho Evan como para dejarlo desamparado.

— ¿Cómo sabías que eso pasaría?— me preguntó Jimi.
— No lo sabía pero deseaba que pasara— dije—. Ahora páguenme.
— Perdí pero creo que es lindo que Zac haya hecho eso por Evan— dijo Will.
— Tú crees que todo lo que hace Zac es lindo— dije.
— A mí me lo parece— dijo él.

Comenzaron a entrar los aspirantes a ser alumnos de esa escuela.

— Bien ahora es el momento— le dije a Jason y a Zac—. Entren ahí y acaben con ese examen de admisión. Si todo sale bien, les compraré algo cuando vuelvan con el dinero que le estafé a Will y a Jimi.
— ¿Qué?— dijo Zac.
— ¡Rápido, vayan o los dejarán afuera!— les dijo Evan y los empujó hacia adentro de las instalaciones.

Los vimos irse.

— ¡Qué emoción, no puedo con los nervios!— dijo Evan.
— Creo ni ellos estaban tan nerviosos como tú— le dije.
— ¡No puedo evitarlo, quiero que les vaya bien!— dijo él—, ¡Iré con Jill al auto del señor Benette para tranquilizarme!

Los padres de Zac esperaban en su auto junto a los de Jason.
Evan se fue corriendo.

— Iré con él antes de que termine de asustar a todo el mundo— dijo Jimi.

Me quedé con Will.

— Me dijo Zac que no irás con él al baile— le dije.
— ¿Y cuándo te lo dijo parecía triste? Porque si es así entonces iré con él— dijo.
— No— dije—. De hecho se veía feliz por ti. Honestamente el baile no lo entusiasma mucho.
— Pero es algo importante, ¿No?
— ¿Tú fuiste al baile de graduación de tu escuela?— le pregunté.
— No— dijo él—. No soy un buen bailarín. Creo que ese tipo de ambientes no son lo mío.
— Tampoco de Zac— dije—. Pero debe ir porque todavía es presidente del consejo estudiantil. De otra forma apuesto a que no iría.
— Entonces espero que al menos se la pase bien. Madie lo acompañará. Ellos dos son muy buenos amigos, será divertido.

Secretos de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora