53. El extraño diario de Zac (y el secreto de Madie)

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El profesor nos llevó en su auto aún cuando Evan quería que fuéramos en el suyo. Pero como él era muy intimidante, Evan se quedó callado. Se unió a Laura y Ben en el asiento trasero para jugar a guerra de pulgares mientras duraba el viaje. Como ellos estaban ocupados y yo me encontraba sentado en el asiento del copiloto junto al profesor, decidí hacerle una pregunta que me había estado molestando desde que llegué ahí.

— Disculpe— le dije—, ¿Cómo es que sabe dónde viven los padres de Will? Porque George y Lucille no los conocen siquiera.
— No sé dónde viven pero sí donde trabajan— dijo él—. Son dueños de un hospital privado en la ciudad vecina. A Will no le gusta hablar de ellos pero una vez cuando Madie estaba ebria, me dijo que ella hizo unas prácticas profesionales con ellos.
— Y cuando la visitaron... ¿Se veía bien?
— Diría que como siempre pero no es así. La conozco tan bien que sé que estaba triste aunque lo disimulaba bien.
— No la entiendo para nada— dije—. Si está triste, ¿Por qué no quiere decirlo? Podríamos ayudarla.
— Siempre fue del tipo de persona que prefería lidiar con sus propios problemas ella sola.
— Pues no debería. Porque en veces hay cosas que son tan grandes que no podemos cargarlas sin que nos aplasten. Pero con ayuda de alguien más, podemos deshacernos de eso.
— Entonces asegúrate de decírselo— me dijo él—. Con lo distraída que es, no me sorprendería que no lo supiera.
— Eso fue lo que me dijo su padre— dije—. El de usted.

Él me dedicó una mirada rápida antes de volver a concentrarse en el camino.

— ¿Viste a mi padre?— preguntó escéptico.
— Me entrevistó hoy para la beca que ofrece su universidad— dije—. La misma que ganó Madie. De hecho ella me programó esa cita y por eso estoy muy confundido. Necesito hablar con ella. El profesor me lo aconsejó y creo que es una persona muy sabia.
— ¿De verdad? ¿Y te dijo algo sobre mí?— preguntó.
— Él no sabía que nos conocíamos— dije—. Preguntó por usted. Quería saber si lo había visto recientemente.
— ¿Por qué quería saber eso?
— Creo que se preocupa por usted porque no lo ha visto en mucho tiempo— dije.

El profesor no dijo nada, sólo parecía muy pensativo.

— Debería llamarlo— le dije—. A su padre. Al menos para saludar.
— Quizá lo haga— dijo pero no parecía feliz.

No entendí qué pasaba y estaba por preguntarle si tenía algún problema con su padre cuando Laura dijo tenía muchos libros que el profesor Callahan le prestó. Cuando ella lo mencionó, la cara del profesor cambió, parecía tenso, más de lo normal. Y no sólo eso, si no que Ben lo observaba preocupado. Al parecer sí había algo entre ellos.
Will no era el único con problemas familiares aparentemente.

Ben cambió de tema y pronto todos estaban hablando sobre comida.
Llegamos después de un momento a una zona apartada de las ciudades, con sitios boscosos a su alrededor. Fuimos por una calle hasta que al final estaba un enorme edificio con letras enormes que decía “Clínica Harper”. Nos estacionamos. Salimos. Hacía un poco de frío, ya era tarde.

— Qué curioso— dijo Evan—. Este lugar se apellida como Will.
— Porque es de los padres de Will— dije.
— Él nunca me lo dijo— agregó Laura—. Y eso que pensé que soy su mejor amiga.
— Tal vez no les dijo porque quería guardarlo en secreto— dijo Ben.
— Quizá pero... él no debería guárdame ningún secreto a mí— dije un tanto triste—, ¿Por qué no me lo dijo?
— Probablemente estaba buscando la forma de cómo hacerlo— me dijo Laura—. No te preocupes, él confía en ti.
— Sí, y quizá no es algo tan importante— me dijo Evan.

Ambos parecían preocupados por mí.

— Tienen razón— dije tratando de verme más feliz—. Es por eso.

Secretos de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora