SOLAMENTE NOSOTROS DOS

MOMENTOS SOLAMENTE NUESTROS #4

Llamo a la puerta de la habitación de mi hermana, y sin esperar respuesta paso.

Mi hermana está mirando ropa en el ordenador, seguramente para comprarla cuando vuelva mamá.

Me tumbo boca-abajo en su cama y lanzo un dramático suspiro. Emma gira la cabeza y me mira dos segundos, pero vuelve a mirar el ordenador, una camiseta rosa en concreto. Como no me hace caso vuelvo a suspirar, pero esta vez más fuerte y dramático. Ahora no se gira, sino que me ignora. La relación que tengo con mi hermana es lo más normal en el mundo, normalmente discutimos por tonterías varias, pero siempre estamos el uno para el otro. Suspiro de nuevo, mucho más fuerte y dramático que antes; esta vez Emma se gira a verme.

– ¿Qué quieres, pesado? – me pregunta cansada.

– ¿Crees que Ana tendría una cita conmigo? – le pregunto temiendo su respuesta.

Se queda unos segundos en silencio.

– ¿Por qué no la tendría? – contraataca ella.

– Nos conocemos desde pequeños – admito yo. – Puede que me vea como un hermano mayor.

– Escúchame Dani – dice mi hermana sentándose en la cama a mi lado y acariciándome el pelo. – Soy amiga de Ana, por no decir que soy su mejor amiga; y te aseguro que para ella no eres su hermano mayor.

Sin decir más vuelve a sentarse en su silla a mirar ropa por internet. Me levanto de la cama de Emma pensando en sus palabras. "¿Qué quiere decir?" pienso yo.

Estoy tan perdido en mis pensamientos, que no me doy cuenta cuando choco con mi padre.

– Lo siento papá – digo para luego seguir mi camino a mi habitación. Al pasar por la puerta decido cerrarla, pero la voz de mi padre me detiene.

– ¿Qué te pasa, campeón? – pregunta llamándome como lo hacía cuando era pequeño.

– ¿Cómo supiste que te gustaba mamá? – le pregunto como un niño curioso. –¿Cómo supiste que estabas enamorado de ella? ¿Qué ella era con la que estarías toda tu vida?

Mi padre me mira sorprendido.

– ¿Crees estar enamorado? – me dice el en respuesta.

Lo pienso.

¿Lo estoy? ¿Me he enamorado de Ana con el paso del tiempo?

– No lo sé papá, un día era esa niña pequeña que protegía como si fuese mi hermanita; pero un día me di cuenta de que ya no era así. Empecé a verla como la mujer que es. Pero tengo miedo de que ella me siga viendo como su hermano mayor. No me gustaría dejar de ser el chico de sus ojos como cuando era pequeña. Quiero estar ahí para ella. Ser su mejor amigo, pero también quiero besarla. – expreso mis sentimientos sin mirar a la nada.

– Para mí, tu madre fue la chispa que me faltaba en toda la oscuridad donde vivía. Llegó un día y todo se descontroló. Empecé a ver las cosas de otra manera diferente. – dice mi padre sonriendo, creo que recordando como pasó todo. – No me di cuenta cuando fue. El primer día no quería que caminara por casa de los abuelos y otro día acabó pintándome las uñas. Enamorarte es sin querer y sin poder evitarlo. Fue verla un día y saber que estaba enamorado.

– ¿Había chispitas? ¿Corazones por todos lados para que te dieses cuenta? – le pregunto infantilmente desesperado por no saber mis sentimientos.

– Cada uno se da cuenta de que está enamorado a su manera. – me dice mi padre después de reírse por mis tontas preguntas.

– Pero tengo miedo – confieso. – Tengo miedo a que no le guste tal y como soy.