CAPÍTULO 45

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Me despierto sin su calor, por un momento pienso que todo fue un sueño, uno donde me llegaban mensajes, Olivia estaba desaparecida, el beso de Elías, Fernández e Iván...

Abro mis ojos.

No, no fue un sueño, estoy en asa de Iván.

Vuelvo a cerrar mis ojos mientras me giro hacia el otro lado y me enrollo más a la sábana, haciéndome un rollito.

-No sabia que eras tan remolona por las mañanas. – dice Adrián desde algún punto de la habitación con tono de burla, y lo conozco tan bien que me imagino una sonrisa igual que su tono dibujada en sus labios.

Un gruñido es lo que recibe de respuesta por mi parte.

Adrián tira de las sábanas, pero no para quitármelas ni nada de eso, sino para juntarme a él. Cuando estoy cerca del borde de la cama deja de moverme y me da un beso en la frente.

-Voy a ver cómo está Olivia, pero con lo borracha que estaba ayer, dudo que se haya levantado ya. —dice tranquilo. – Y voy a hablar con Iván, esta mañana me crucé con cuando fui al salón cuando me llamó mi madre. —ha sonado algún teléfono?" me pregunto desorientada al no haber escuchado el ruido—Si, me llamó mi madre esta mañana – responde a mi pregunta como si me leyese la mente. — Llamó para decirme que luego vengas a mi casa directamente; pero no estamos hablando de eso. Hoy vi a Iván ¿extremadamente contento? – pregunta mas para él mismo que para que yo le conteste.

Abro mis ojos para mirarle confusa.

—Ahora hablaré con Fernández. — digo con pesadez, no por lo que voy a hacer, son que tengo que levantarme de la cama para hacerlo.

Adrián me acaricia el pelo suavemente mientas cierro mis ojos ante sus caricias.

—Tienes un cepillo de dientes sin estrenar en el grifo del baño.

— Ajam...— en estos momentos puede decirme que es un asesino en serie, pero estoy tan perdida en sus mimos que no proceso bien lo que me está diciendo.

Noto que su mano se esta separando de mí, pero con un movimiento rápido mi mano la atrapa, sujetando la suya por la muñeca y la vuelvo a poner en mi cabeza y muevo mi mano para que el siga acariciándome lentamente. Cuando creo que lo ha entendido le suelo y meo mi mano entre las sabanas.

Adrián solo se ríe por mi reacción, pero sigue acariciándome con cariño y sin rechistar.

— Ahora sí, cielo, me voy a ver a Olivia. – dice, pero su voz se oye a lo lejos aun teniéndolo cerca, sin querer darme cuenta Morfeo vuelve a abrazarme, cayendo en un profundo sueño que no dura mucho.

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Un suave meneo me despierta. Al abrir los ojos me encuentro a un Fernández sonriente sentado en el borde de la cama.

—Hola — digo intentando situarme. Mi mirada vaga por la habitación encontrándome a una Olivia sentada en la esquina de la habitación abrazándose sus rodillas y la mirada perdida. Con mucha torpeza me levanto de la cama y voy directa a abrazarla. En cuanto mis brazos la rodean llora todo lo que tenía guardado dentro de ella.

No puedo hacer nada mas que dejarle mi hombro para llorar, al igual que ella dejaría el suyo si alguna lágrima cae por mi mejilla. Se agarra a mi como si fuese su salvavidas, que posiblemente en estos instantes lo sea.

SOLAMENTE NOSOTROS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora