CAPÍTULO 46

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El silencio está presente en cada milímetro de nosotros seis. Nadie ha dicho nada desde que llegamos al parque y nos sentamos en el césped, para disfrutar los rayos de sol de los días de verano.

Elías, Olivia, Vicky, Fernández, Mati y yo estamos mirándonos sin saber cómo empezar la conversación que cada uno guarde dentro de sí mismo.

- ¿Quién quiere empezar? – dice Vicky para romper la tensión y el silencio. Pero nadie dice nada por unos segundos.

-He besado a Iván. — el primero en hablar es Fernández dejando a varios sorprendidos.

- ¿Y qué sentiste? – pregunta Mati curioso.

- ¿Qué vais a hacer? – pregunta esta vez Vicky.

-Nada – dice el chico que se está confesando. — No vamos a hacer nada. Me sentí genial, como si volase. Cuando nos separamos nos quedamos en un silencio, cuando empezó a hablar tuve miedo y me fui sin decir nada.

- ¿De qué estuvisteis hablando antes? – le pregunto yo.

-Me pidió perdón sobre lo que pasó y que se arrepiente mucho, también me dijo que quería volver a intentar ser los amigos de antes, que le importaba mucho. Después de eso estuvimos hablando sobre cosas triviales y a la mañana siguiente le besé. Fue un impulso, pero no volverá a ocurrir.

- ¿Quién sabe, a lo mejor también le gustó? – pregunta Mati intentando ver algo positivo en la situación.

-No creo, me miró como si acabase de ver un extraterrestre. – describe él – puede que hasta me mirara con miedo después.

-Todo saldrá bien. – dice Vicky con una sonrisa. Hoy está bastante feliz, teniendo en cuenta que mañana volvemos a clases. Este año es el último antes de ir a la universidad. Todos estamos muy nerviosos. Nos enfrentamos a largas horas de estudio y a los exámenes de acceso a la universidad. Todavía no puedo creer que en un año estaremos en diferentes universidades estudiando lo que verdaderamente nos apasiona, cosa que todavía no tengo muy claro. Tengo algunas ideas en mente, pero todavía no sé si es a lo que me quiero dedicar toda mi vida.

Volvemos a hundirnos en un silencio. No podemos hacer nada sobre la decisión ya tomada por nuestro amigo.

La siguiente en habar es Olivia.

-Elías y yo nos vamos a dar un tiempo. – dice tímida pero segura, dejándonos a el resto menos Elías descolocados. Miro al chico y veo como su mirada está baja mirando las briznas de hierba que ha arrancado segundos antes. Con un rápido movimiento su mano se acerca a su ojo y lo rasca rápidamente. No sé lo que significa en un principio, hasta que lo vuelve a hacer en su otro ojo y sé que lo que está quitando son las lágrimas.

"¿Cómo ha sucedido esto?" pregunto para mi "Ella parecía tan decidida a perdonarle y arreglar el problema."

La noticia hace que se nos olvide como hablar.

De todo lo que podría pasar que ellos decidieran darse un tiempo es lo menos esperado.

— ¿Qué? — pregunto yo la primera. Pero ambos me ignoran, creo q todavía no están preparados para hablar sobre lo que pasó.

La chica mira a Elías, que está sentado a su lado, pero con un pequeño espacio entre ellos, y hace una mueca. Ella también se ha dado cuenta que está llorando, ahora mismo todos lo sabemos. Elías no es una persona que muestre sus sentimientos a todas las personas; pero con nosotros, por una extraña razón si lo ha hecho. Le hemos visto llorar muy pocas veces, tan pocas que se podrían contar con los dedos de una sola mano. Verle llorar por Olivia dice mucho de él.

SOLAMENTE NOSOTROS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora