Capítulo 2. El chico nuevo.

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El profesor y él hablan por unos cuantos minutos, el profesor se levanta de su lugar y nos empieza a hablar.

—Muchachos pongan atención. El chico que aquí esta a lado de mí se llama Daniel Jones y es su compañero de hoy en adelante — termina de hablar y yo pongo mis ojos como platos, no puedo creer lo que dice, aquel chico con el que choqué hace un momento va hacer mi compañero en curso — Stephanie, ¿podría moverse de lugar?, el joven Daniel se sentará con Fabiola y le dirá como trabajamos.

Quiero que todo sea mentira, él no puede sentarse conmigo y menos estar en mis clases, le pido con la mirada a Steph que no se vaya, pero todo es en vano ya que toma sus cosas y se va, ahora le toca sentarse conmigo a Daniel...

—Hola, no pensé que estuvieras en esta aula.

—Hola, yo tampoco — contesto cortante, ¡no quiero que él este conmigo, quiero que Steph se siente a mi lado!

—Bueno, el mundo es pequeño así que... ¿Cuál es tu nombre completo? Sólo sé que te llamas Fabiola.

—Me llamo Fabiola Bathory — no tengo ganas de hablar con él.

—Muy bonito nombre para una chica igual de bonita — lo admito, eso sonó bonito pero aún así sigo enojada.

—Gracias, pero no soy bonita, es mejor que vayas copiando el trabajo para que lo termines y no termines castigado.

—Está bien, pero quiero hablar contigo al termino de esta clase — no quiero hablar con él pero si no, no dejará de molestarme.

—Está bien, pero termina — digo recostándome en la banca.

Suena la campana, anunciando que por fin termina la clase. Me levanto sin que Daniel se dé cuenta, ya que le prometí quedarme con él a platicar. No doy ni el primer paso cuando siento que algo o alguien me jala hacia atrás, me doy un sentonazo del cual sólo me pude quejar... “ese algo o alguien” se llama Daniel, no sé en qué momento se dio cuenta de que me iba, si fui muy sigilosa.

—¡Auch! — me quejo por el golpe que me doy en el trasero.

—Lo siento, me debes está platica; recuérdalo.

—Lo sé, pero me lo tenías que decir y no jalonearme — digo enojada.

—Ya dije lo siento — tengo ganas de golpearlo pero no lo haré, sólo porque es nuevo aquí. Suspiro pesadamente.

—Está bien, ¿de qué quieres hablar?

—De ti... ¿cómo eres? — dice mirándome atento.

—¡¿Y por qué de mí?! — digo.

—Bueno si es que quieres. — dice en un suspiro, para chantajearme y lo peor de todo es que caigo en el chantaje.

—Está bien, soy una chica asocial que puede pasar desapercibida en casi cualquier lugar. — le digo lo básico, jamás le contaré mi vida privada de la cual sólo mis amigos saben.

—Oh... pero a lo que vi el profesor te habló por tu nombre.

—Es porque entrego trabajos y me junto con Stephanie. — entra de nuevo el profesor Ángel.

—Muchachos se me olvidaba, hoy salen en 10 minutos para que guarden sus cosas. Adiós. — sale del aula y Daniel me mira.

—Bueno... estamos a punto de salir de clases... no sé... — me está molestando esto, ¿por qué rayos no va directo al grano? — ¿me podrías... pasar tu número de celular? — lo sé, no soy muy social pero ¿por qué rayos no lo dice rápido? Sé que si yo estuviera en su lugar haría lo mismo, pero lo que cambia es que él es hombre y los hombres son más directos.

—Ah claro, aquí está. No quiero ser grosera pero me tengo que ir se me hace un poco tarde y mis amigas me esperan. Adiós.

—Sí, está bien. Adiós. — escucho mal o me lo dijo ¿un poco desanimado pero feliz a la vez?

Tomo mis cosas y camino hacia la salida en donde se encuentran mis amigas, camino lo más rápido que puedo para encontrarme con una sonrisa en sus caras, mientras susurran y me miraran.

—Hola... ¿nos vamos?

—Claro — dicen al unísono.

—Y esa sonrisa que tienen las cuatro ¿a qué se debe?

—A nada — dice Stephanie, lo cual me hace dudar.

—¡Por favor, díganme! — hago un puchero, como niña pequeña que quiere un dulce.

—Está bien, yo le digo — dice Michelle.

—¿Qué pasa? — digo asustada.

—Nada malo, pero todas concordamos que te gusta el chico nuevo.

—¿¡Daniel!? — grito casi oyéndose en Japón — claro que no, tiene lo suyo pero no me gusta y jamás me gustará.

—Claro que sí te gusta, nosotras vimos como te quedaste hablar con él — dice Lucia.

—Que me haya quedado hablando con él no significa que me guste o ¿sí?

—Pues no, pero vimos como te mira — dice Alma.

—Olviden ese tema por favor, suban al auto si no aquí las dejaré — me molesta un poco por lo que dijeron, pero la verdad es que no me gusta, si yo le gusto a él es otra cosa muy diferente (lo cual dudo).

—No te enojes pues, ya no diremos nada de ese tema — dice Michelle.

Llegamos al auto, subimos y para que no sea tan tenso el ambiente enciendo la radio, en ese momento comienza la canción “Sin bandera - Entra en mi vida” nos ponemos a cantar, quien nos escucha cantar me imagino que dicen «pobres tipas cantan horrible» pero no nos da importancia. Dejo a cada una en sus respectivas casas y me voy a la mía, como siempre estoy sola... me entra una llamada de un número desconocido.

¿Enamorarme es un error? | TERMINADAWhere stories live. Discover now