Capítulo 1. Primer día de clases.

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Es mi primer día de clases en el tercer semestre, tengo muchas ganas de ver a mis amigas, pero sobre todo a mi mejor amiga Stephanie o como todos le decimos Steph. En todas las vacaciones no la vi, sólo fueron unas cuantas llamadas, ya que ella se fue de vacaciones a Italia y yo, pues fui de “vacaciones” si se le puede decir así a casa de mi abuela.

No tengo ganas de levantarme, son las 7 am, todo sea por mis amigas que las he extrañado mucho. Después de tanto me levanto de mi cama, directo a darme una ducha; antes de darme la ducha llevo mi ropa al baño. Me ducho con agua tibia ya que no me gusta el agua fría, termino de bañarme y me pongo mi uniforme escolar, salgo del baño para ponerme mis zapatos y cepillo mi cabello.

Bajo a desayunar como siempre sola; ya que mis padres trabajan y soy hija única, todo el día estoy sola, excepto por las noches mis padres llegan a dormir más o menos a media noche y se vuelven a ir a las 5 am antes de que me despierte.

Termino de desayunar, tomo mi mochila y las llaves de mi coche para ir a la preparatoria, antes de subir al auto le mando un mensaje a Steph.

Yo 7:40am: Steph en 5 min estoy afuera de tu casa, por cierto... Buen día. Te espero. Te quiero.

Enviado el mensaje me subo a mi auto, ahora sí a casa de Steph. Podrán pensar cómo una chica de 16 años puede tener un auto y un permiso de conducir; pues sí, mi padre creyó que comprándome un auto iba a remplazar todo el tiempo que me falta para convivir conmigo y pues el permiso para conducir, mi madre me consiguió un permiso de conducir para menores de edad.

Llego a casa de Steph, estaciono el auto afuera de su casa y le mando un mensaje.

“Yo 7:48am: Estoy afuera de tu casa, corre que vamos tarde.

Dicho esto sale corriendo de su casa con una pequeña mochila, su falda escolar y su cabello lacio. Ella es de cabello rizado y castaño, en pocas palabras es hermoso. Stephanie es mi mejor amiga desde la secundaria, ella no es muy alta, mide 1,60 cm y es de tez clara.

—¡Steph corre, que vamos tarde!

—Ya estoy aquí, no te quejes — sólo ruedo los ojos.

—¿Sabes? Creo que hoy será un buen día — digo sin darme cuenta, mientras conduzco.

—Eso espero, porque no me tarde dos horas alaciando el cabello para nada — dice, a lo que suelto una carcajada.

Llegamos al estacionamiento para estudiantes, busco un lugar libre para poder estacionarme y por fin encuentro uno, me dispongo estacionarme. Salimos del auto, ya vamos tarde, mientras camino rápido acomodo mi falda y lo menos esperado, tropiezo con alguien; levanto mi cabeza y me doy cuenta que es un chico más o menos de mi edad, mide más o menos 1,70, su cabello es negro algo despeinado y es muy delgado.

—Lo siento — me disculpo.

—No pasa nada — dice con una sonrisa.

Sólo escucho eso y salgo corriendo, la campana comienza a sonar, llego toda agitada al aula, pensé que ya había llegado el profesor, por fortuna no está así que entro y pongo mi mochila en mi banca, a lado de las bancas de mis amigas. Me tapan los ojos con unas manos que ya conozco, pero no recuerdo de quien son.

—¿Quién soy? — dice una voz que no conozco, ya que es muy aguda.

—No lo sé — en ese momento quitan las manos de mis ojos, volteo a ver quién me tapaba los ojos era Michelle y detrás de ella estaba Lucia y Alma — ¡Hola, las extrañé muchísimo! — digo abrazando a Michelle.

—Yo también te extrañé muchísimo. No eres buena para preguntar por pistas. — me dice Michelle, empiezo a darles un abrazo a cada una, hasta que el profesor entra y nos indica que tomemos asiento.

Nos sentamos como lo indica, deja sus cosas en su escritorio y empieza a presentarse.

—Buen día muchachos ¿qué tal sus vacaciones? — muy pocos contestan su pregunta y comenzamos a hablar con nuestros amigos o compañeros de clase — perfecto, pero ya terminaron sus vacaciones. Comenzaré por presentarme para los que no me conocen, mi nombre es Ángel Cassie y soy su profesor de Literatura. Creo que ustedes ya se conocen así que no necesitan presentarse. Comencemos a trabajar... — nos empieza a dar la actividad.

Comenzamos a trabajar, en menos de 20 minutos ya he terminado, me recargo en mi banca y comienzo a tararear una canción en bajito. Tocan la puerta y levanto la vista para ver quién es, el profesor le hace una seña dándole la indicación que pase, la persona que entra por la puerta me deja sorprendida. Tengo tantas ganas de esconderme bajo mi banca, pero no, él siente mi mirada y voltea a verme, me dedica una sonrisa mostrándome sus dientes; yo sólo pongo los ojos como platos y miro hacia el cuaderno.

¿Enamorarme es un error? | TERMINADAWhere stories live. Discover now