Capítulo 27. La mudanza.

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Me despierto con una sonrisa, hoy por fin el gran día, por fin me mudaré. Me levanto de mi cama, ya tengo todo empacado así que sólo falta que venga la mudanza a recoger los muebles para llevarlos a la cabaña. Me pongo ropa cómoda y me hago un chongo en el cabello. Entro al baño a lavarme los dientes y lavar mi cara, empieza a sonar mi celular, voy hasta la cama y lo tomo; veo en la pantalla “Brooks”.

—Hola.

—Buen día hermosa — ¿hermosa yo? Já, si como no —, en media hora paso por ti, para que vayamos a desayunar y después te ayude con la mudanza.

—Gracias por ayudarme, te quiero.

—Yo te quiero mucho más, en un rato paso por ti. Te quiero. Adiós.

—Te quiero. Adiós.

Termino la llamada con Matthew, enseguida se me pinta una sonrisa. Hablo con la mudanza diciéndole la dirección de la cabaña, al igual que señas porque puede que se confunda. En menos de 5 minutos llega el camión de la mudanza y les ayudo a bajar algunas cajas que no están tan pesadas, pongo mi celular en el bolsillo del pantalón por cualquier cosa. Dos señores entraran a mi casa, un momento después sacan la base de mi cama, después el colchón, así sucesivamente.

[…]

Entro de nuevo a mi recámara, está completamente vacía, nunca la había visto así, aquí he vivido lindos momentos; se me escapa una lágrima y agacho la cabeza encontrándome con una foto en donde estoy con mis padres. Salgo de mi recámara cerrando la puerta y yendo abajo para despedirme de mis padres; están en la cocina, llego, les doy un beso a cada uno y los abrazo.

—Ya casi me voy, me quiero despedir de ustedes. Los quiero demasiado, gracias por apoyarme y gracias por cumplirme todo tipo de caprichos, gracias por quererme son los mejores padres. Hace dos años pedía que tuvieran tiempo para mí, ahora desde que fuimos a la cena de los Brooks, me prestan la debida atención. Me tengo que ir pero quiero decirles que el día que quieran visitarme ahí estaré, al igual que yo vendré a visitarlos.

—Gracias hija — dice mamá llorando —, te quiero mucho, no quiero que te vayas pero sé que tú lo quieres así que te apoyo en tú opinión.

—Hija, te quiero mucho, sabes que puedes volver cuando quieras — los abrazo a los dos y les doy un beso en la mejilla.

—Mamá necesito la cámara fotográfica, ya que tiene fotos de nosotros y quiero ponerlas en mi nueva recámara.

—Está bien, ahí está en la sala, tómala y después me la traes, por cierto ponte a desayunar que no quiero que te vayas con el estómago vacío.

—Este... me llevarán a desayunar, lo siento mamá.

Tocan la puerta y los tres nos asomamos para ver quién es, se me pinta una sonrisa al verlo, es Brooks, mi mamá va a recibirlo y lo trae a la cocina. Estoy de pie hablando con mi padre de la cabaña en donde viviremos Lucia y yo. Mi padre al ver a Matthew se levanta y estrecha su mano.

—Buen día muchacho, ¿así que tu llevarás a mi pequeña a desayunar?

—Sí, señor — dice Matthew con una sonrisa — ¿nos vamos?

—Sí, vamos. Adiós papá — le doy un beso en la mejilla —. Adiós mamá — le doy un beso en la mejilla —. Los quiero mucho.

Antes de salir de casa tomo la cámara fotográfica, salimos de casa, me subo al auto de Matthew, me pongo el cinturón de seguridad y me despido por último con la mano de mis papás. Espero que Matthew arranque a no sé donde para desayunar.

—No me has dado los buenos días correctamente — dice con un sonrisa.

—Lo siento, buen día — digo sonriendo.

—Yo no decía así — dice asiendo puchero, el semáforo cambia a rojo —, yo decía así — me da un beso, un beso tierno —. Listo ahora sí.

Vamos por el camino hablando sobre muchas cosas, algunas sin importancia. Le cuento cuando fuimos al lago y terminamos mojados, aunque después de que fuimos al lago se repitió más de 3 veces ir a mojarnos, pero esas veces llevamos trajes de baño.

Llegamos a un pequeño restaurant, pedimos el desayuno, comemos tranquilos y nos vamos directo a la cabaña, cuando llegamos el camión de la mudanza que contraté ya está aquí, los señores están bajando las cosas y metiéndolas a la cabaña.

—¡Lucia! — digo abrazándola — ¿quieres que te ayude en algo?

—No, Andrés me ayudará. Qué guapo tu novio — dice susurrando, me sonrojo porque no recordaba que está detrás de mí — ahora regreso, iré a ver qué hace Andrés.

Camina hasta su nueva recámara, miro a Matthew y le sonrío. El señor de la mudanza ha terminado de bajar las cosas, le pago y Matthew me ayuda a acomodar mis cosas en la recámara, me ayuda a pegar fotos mientras yo guardo mi ropa en el armario.

[...]

Nos la hemos pasado acomodando, son las 6 pm y sólo nos falta poco, pero cuando estábamos acomodando hubo guerra de cosquillas en la que terminé siempre perdiendo, besos... millones de besos, juegos, etc. creo que si no hubiéramos jugado ya hubiéramos terminado. Por fin terminamos, me acuesto en mi cama, estoy demasiado cansada para hacer algo, a un lado de mi se recuesta Matthew. Mis ojos pesan, tengo mucho sueño y es aquí en donde caigo en los brazos de Morfeo.

Despierto con el sonido de los pájaros, mi cabeza sube y baja no sé por qué, miro el reloj de mi mesa de noche, son las 6 am, mi cabeza está en algo duro pero sigo en mi nueva recámara. Trato de levantarme pero algo me lo impide, bueno ahora sé que alguien me lo impide; estoy recostada en el pecho de Matthew, me tiene abrazada de la cintura. Aún tengo tiempo para dormir así que con permiso, quiero seguir durmiendo en sus brazos.

Me despiertan unos gritos, levanto mi cabeza y veo a Matthew igual que yo, confundido. Miro a la puerta de mi recámara y ahí se encuentra Kevin enojado, me levanto sin importar nada.

—¡¿Qué sucede aquí Fabiola Barthory?! — rayos, está muy enojado.

—No te enojes Kevin, sólo estábamos durmiendo, o ¿nos has encontrado haciendo otra cosa?

—Pues no, pero... tú dijiste que este tipo no te caía bien.

—Este... Matthew y yo somos novios — doy una sonrisa.

—¡¿Qué?! — dice gritando, en este momento aparece Alice, Lucia y Andrés — Quiero hablar contigo — dice señalando a Matthew.

—Está bien — dice asustado.

¿Enamorarme es un error? | TERMINADAWhere stories live. Discover now