Capítulo 19. La charla.

53 1 0
                                    

Después de desayunar, dejamos la cabaña en orden y cierro las puertas y ventanas bien; no es que tenga muchas cosas, sólo tengo dos camas una en cada recámara y dos sin cama ya que la persona que vivirá conmigo traerá su cama y yo la mía, los tres sillones de la sala, el televisor, el reproductor de DVD, un comedor, la estufa y el refrigerador. Son pocas cosas pero son lo básico para poder hacer las reuniones aquí.

Subimos al auto, comienzo a dejar a cada una en sus respectivas casas, creo que en el trayecto de dejar a cada uno en su casa, hago más o menos una hora, sin contar que nos pusimos a platicar.

[...]

Hoy es lunes de nuevo, sábado y domingo estuve aburrida, pensando, comiendo y pensando. En el trayecto de esos días recibí llamadas que no atendí, ya que son de Daniel y no quiero más problemas con él. Hoy hablaré con él, tengo que ser fuerte y no echarme para atrás como en muchas decisiones lo he hecho.

Hago mi rutina matutina, me doy un baño, me pongo mi ropa, me peino, desayuno y por último voy por mis amigas a sus respectivas casas; me doy cuenta que esta mañana nos es como las anteriores, hoy hay un día muy nublado con probabilidades de que llueva.

Llego por cada uno a su casa, no sé como rayos cupieron todos, iba tan distraída que no me di cuenta que en el auto se encuentran: Steph, Carlos, Luna, Sebastián, Michelle, Lucia, Alma, Andrés y por último yo. Sí que somos muchos en un pequeño auto; llegamos a la prepa y me estaciono, bajo del auto y Andrés enlaza mi mano con la suya, lo miro y le sonrío.

—¿Estás segura de lo que harás? — me dice mientras caminamos.

—Sí, yo no puedo con esto, es una carga pensar que alguien pueda fijarse en mí.

—Si se fijó en ti es porque eres linda, es más si yo no te amara como mi amiga serías mi novia.

—Gracias, te amo — digo abrazándolo.

Me toma por sorpresa, me toma por las piernas alzándome, quedando mi cara en su trasero «bájame» grito y comienzo a patalear, cuando digo eso comienza a correr conmigo en su hombro, haciendo que mi cara choque unas cuentas veces con su trasero. Antes de llegar a nuestra aula me baja y le doy un golpe en su hombro, le abrazo y me toma de nuevo de la mano, estamos riendo cuando entramos al aula.

No por mucho tiempo, ahí se encuentra Daniel hablando muy animadamente mientras sonreía con Octavio, al verme al igual que a mí se le borra la sonrisa.

Paso por un lado junto a Andrés, los que saben que tenemos un noviazgo empiezan a murmurar mientras nos miran. No me importa, sólo llego a mi banca y Andrés comienza hacerme reír, pero no por mucho tiempo ya que el profesor Ángel entra. Muchos fueron a sentarse a sus bancas, no pasan más de 10 minutos cuando me llega una nota.

Necesito hablar contigo. atte. Daniel.”

“¿Estás loco?, después de lo que me dijiste ¿crees que hablaré contigo?”

“Fabiola perdóname enserio quiero hablar contigo para aclarar las cosas.”

“Está bien, en el receso hablamos, por lo tanto no quiero hablar contigo. Te espero atrás de las aulas.”

[...]

Pasan las horas muy lentas, Andrés mandándome chistes para que no me duerma, por suerte hoy no me toca la clase con Cristián. Llega la hora del receso, estoy más nerviosa que nuca, que rayos le voy a decir; Andrés insiste en acompañarme, pero este es un tema que tenemos que arreglar en privado los dos.

Así como lo acordamos, llego a la parte de atrás de las aulas, me siento esperando a que llegue. Lo veo a lo lejos, caminando hacia mí, me pongo nerviosa de lo que voy hacer.

—Hola, antes de que hables, discúlpame por lo que dije la otra vez por el celular no fue mi intención, creo que jamás harías lo que dije — dice sentándose a mi lado.

—La verdad que no me lo esperaba de ti, que tú me pudieras decir eso... me acabo de enterar lo que pasó en el viaje... — no puedo continuar cuando me interrumpe.

—Te contaron lo de Danna ¿verdad? — no lo interrumpo, espero a que continúe — lo siento llevo más de dos años de relación con ella, perdóname — dice eso y son como puñaladas, va cayendo una lágrima, no lo puedo creer, yo que me sentía como una mierda por no quererlo, ¿por qué tenía que hacer eso? — Fabiola dime algo.

—¡¿Por qué maldita sea me ilusionaste, por qué jugaste con mis sentimientos, por qué fuiste mi novio, por qué maldita sea me dijiste «te amo»?! ¡¿por qué?! ¡maldita sea responde! — estoy llorando mientras grito, nadie nos puede ver, ya que estamos en un lugar muy alejado de todos, lo peor no puedo creer que él me este haciendo esto. No contesta, sólo cae una lágrima, nada comparado con lo que yo he pasado — ¡maldita sea contéstame! — no me contesta, así que me voy de ese lugar, dejándolo sólo.

Corro a donde están mis amigas, no miro atrás, no me importa lo que murmuren de mí, es lo que menos me importa en este momento, porque en este momento quiero abrazar a Andrés, quiero golpear a Daniel hasta destrozarlo; quiero que sufra lo que yo sufrí por no saber qué hacer por no quererlo.

—Fabiola ¿Qué pasa? ¿Qué te hizo ese tipo? — dice Andrés enojado, abrazándome.

No puedo contestar nada, ya que tengo mucho coraje, odio hacia Daniel, estoy llorando por culpa de ese estúpido; quiero dejar de llorar pero no me puedo controlar, es algo tonto. Andrés me sienta a un lado de él, mientas que mi cabeza sigue en su pecho.

NARRA ANDRÉS”

No estoy tranquilo, no sé cómo es ese tipo, pero no me da buena espina pensar que él esta sólo con Fabby, ella no quiso que estuviera con ella en el momento que hablara con él. Más le vale a ese tipo que no le haga nada porque soy capaz de matarlo por un amiga como ella.

Miro al lado en donde se encuentra Fabiola y Daniel hablando, quiero acercarme pero no es de mi incumbencia escuchar. Me levanto decidido a ir, pero veo a Fabiola corriendo hacia conmigo ¿llorando? Actúo rápido y la abrazo acompañado de unas preguntas a las cual no me contesta.

La siento a un lado mío y su cabeza está en mi pecho, sigue llorando; me destroza verla así, ese tipo no se la acabará con la golpiza que le daré. Nadie se mete con mis amigas y menos con mi mejor amiga. Me han dado dos pases de salida, uno para mí y otro para Fabby, pero tengo que esperar a mis amigas, les dije que entraran a clase y yo me quedo con ella.

Está más tranquila, me abraza, la muevo un poco y me doy cuenta de que está dormida, así que no la muevo ya que ha quedado como el sábado... como una niña pequeña con su oso de peluche.

NARRA CARLOS”

Lo veo entrando al aula, algo triste pero aún así me da igual, aún no llega el profesor así que aprovecho el momento para ir con él para ajustar cuentas. Le digo a Stephanie que me espere un poco, en el momento que camino hasta Daniel, Steph me dice que pare pero ya es tarde ya estoy frente a él.

—Hola, Carlos — me saluda y lo miro enojado — ¿Te sucede algo?

—Maldito estúpido, ¿Qué le hiciste a Fabiola para que se pusiera a llorar? — le digo a Daniel mientras lo tomo del cuello y lo arrincono en la pared.

—Na-nada — trata de defenderse con esas palabras.

—No digas que nada infeliz, entonces ¿por qué estaba llorando? — digo tomándolo más fuerte del cuello.

—Le dije que la engañaba, yo tengo una novia desde hace más de dos años...

Escucho eso me dan ganas de romperle su cara, le doy unos cuantos puñetazos, entre Octavio y Esteban (un compañero) me separaran de él. Comienzo a forcejear, pero todo es en vano no puedo zafarme de ellos. Le dejo un ojo morado y sangrándole la nariz, me sueltan por fin; sólo porque llego el profesor. Me siento a un lado de Stephanie, mientras me calmo, el profesor le pregunta a Daniel qué le pasó, Daniel me mira y le contesta que nada, sólo se cayó.

¿Enamorarme es un error? | TERMINADAWhere stories live. Discover now