Capítulo 30. Te amo, por favor despierta.

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Hoy es la cena especial entre Matthew y yo, por cumplir meses de novios estos últimos días ha estado mucho conmigo y merece una recompensa. Le he dicho a Matthew que llegue a las 8 pm a la cabaña, le dije que le iba hacer una cena especial por nuestros meses de novios. Son las 4 pm, comenzaré por limpiar la casa, no está muy sucia pero aún así la limpiaré.

[...]

Termino de limpiar son las 6 pm, comienzo hacer la cena, termino más o menos a las 7:30 pm, eso me da sólo treinta minutos para bañarme, peinarme, vestirme y maquillarme.

Me baño rápido para alcanzar hacer lo demás, escojo un vestido morado pegado a mi cuerpo, con unos tacones negros. Me maquillo y por último peino mi cabello, en sí lo dejo suelto, ya que es lacio no le pasa nada. Bajo las escaleras aprisa pero con cuidado de no tropezar, pongo la cena en la mesa, unas veladoras en ella y pongo una botella de vino tinto, junto a con dos copas, pongo los platos y cubiertos, son las 7:53 pm, me miro por último al espejo y veo que quedé perfecta.

Estoy sentada en el sillón esperando que Matthew llegue, tocan la puerta y me levanto para abrirla, “debe de ser Matthew” pienso. Llego a la puerta y acomodo mi vestido, paso mi cabello hacia atrás, abro la puerta. La persona que está enfrente de mí no es Matthew, no sé cómo pudo encontrarme.

—Hola Fabiola — dice muy sínico, mirándome de pies a cabeza.

—¿Qué demonios haces aquí? — lo miro enojada.

—Vine a darte una visita — trata de pasar a la cabaña, no lo dejo pasar —. Veo que esperas a alguien.

—No es de tu incumbencia, lárgate — trato de cerrarle la puerta, pero él es más fuerte que yo y la abre de nuevo.

—Fabiola, hace tiempo que no nos vemos y ¿es así como me recibes? — dice sonriendo.

—Lárgate, ¿no has escuchado o estas tarado? — pasa a la cabaña haciendo que camine para atrás — lárgate, antes que le hable... — me interrumpe.

—¿A tu noviecito? Sé que él no está aquí y también sé que lo estas esperando — ¿quién le ha dicho todo eso? —. Te preguntarás quién me ha dado toda esa información... pues ha sido Octavio, Octavio me dio la dirección de tu cabaña y por cierto es muy acogedora.

Se acerca a mí, me agarra los brazos con fuerza y comienza a besar mi cuello; trato de zafarme pero es inútil es más fuerte, comienza a subir y trata de besar mis labios, me quito, me mira con enojo, me toma por la cintura y me carga como si fuera un costal de papas, mientras yo pataleo y lo golpeo con mis manos. Me lleva a mi recámara y me tumba en mi cama, se sube a mi cuerpo; continua con sus besos, comienza a morder mi cuello, sube a mis labios, trato de esquivarlos, pero él me jala del cabello haciendo que pueda besarlos.

—¡Ayuda! — grito, comienzo a llorar — ¡Por favor, ayúdenme! — grito así por mucho tiempo pero nadie me escucha.

Sigue besando mi cuello, grito y lloro pidiendo ayuda, pero nadie viene ayudarme. Desgarra el vestido y comienza a bajar, cada vez más y más, escucho gritos y pasos, pero no puedo seguir gritando ya que Daniel me tapa la boca para callarme, trato de moverme pero no puedo, me mueve hacia un lado, pegándome en la cabeza con la mesita de noche que tengo a lado de mi cama, trato de seguir despierta pero todo se nubla y sólo veo a Daniel saltar por una de las ventanas.

“NARRA MATTHEW”

Fabiola me ha dicho que llegue a las 8 pm, llego justo a tiempo. Estaciono mi auto enfrente de la cabaña de Fabiola y camino hasta la puerta. La puerta está abierta completamente, “Fabiola a lo mejor quiere darme una sorpresa” pienso, camino hasta la sala, pero no hay nadie, escucho gritos de Fabiola pidiendo ayuda, pero no sé de donde vienen, se dejan de escuchar y corro hasta su recámara. Esta ahí tirada con un vestido morado desgarrado, con maquillaje corrido, su cabello despeinado, chupetones en su cuello e inconsciente. Corro hasta ella y la abrazo, la muevo pero esta inconsciente.

—Fabiola, despierta por favor — no responde y la tomo en brazos, salgo de la cabaña, la subo a mi auto y la llevo al hospital.

[...]

Bajo del auto con ella en brazos, corriendo hasta las puertas del hospital, una de las enfermeras me ve y manda una camilla hacia mí, me pregunta qué le pasó y le contesto que no tengo idea, la he visto así cuando llegué. La meten a chequeo en el cual no puedo estar presente, quiero saber qué le pasa a mi princesa, a mi pequeña, no sé si podré vivir sin ella. Las horas pasan lentas y cada minuto se me hace un siglo, camino por la sala del hospital, de derecha a izquierda; he hablado con sus padres, me han dicho que en un par de días vendrán ya que están fuera del país. Es cierto sus padres no quieren a Fabiola, pero no la han dejado tirada. Sale un doctor y pregunta quién es familiar de Fabiola Barthory, me acerco a él.

—¿Usted, quién es? — me dice el doctor.

—Soy su novio, Matthew Brooks, pero dígame ¿qué le sucede?

—Está bien, joven Brooks — suspira —. La señorita ha caído en coma indefinido — mis lágrimas comienzan a caer —, también tuvo un intento de violación — la palabra “violación” resuena varias veces en mi mente, mis lágrimas caen más y más —. Usted ¿vio al agresor? — niego con la cabeza — Está bien, paso a retirarme.

—¿Puedo pasar a verla? — digo antes de que se vaya.

—Sí, en un par de minutos una enfermera lo vendrá a buscar para llevarlo a la habitación de la señorita — asiento con la cabeza, da un paso para irse, pero me vuelve a mirar —. Tú te pareces a mí, hace 30 años, a mi esposa le pasó un accidente y pues yo estaba igual que tú — me sonríe —. Ella estará bien, ya lo verás.

Se aleja, dejándome con una sonrisa nerviosa. Pasan los minutos muy lentos y por fin llega la enfermera a llevarme a la habitación de Fabiola, estoy nervioso, sé que lloraré al verla en esa habitación blanca llena de cables y aparatos, recostada en una camilla dormida en un profundo sueño del que no sabemos cuándo despertará. Llegamos a su habitación, la 720, entro a su habitación, mi corazón se rompe en pedazos muy pequeños, no sé si podré verla así por mucho tiempo sin llorar, camino hacia su camilla, hay una silla a lado de la camilla y me siento.

—Fabiola — tomo su mano y comienzo a llorar —. Preciosa despierta, no quiero verte en ésta camilla dormida, quiero verte bailando, cantando... pero por favor, en esa camilla no, por favor no — continuo llorando —. En ésta cena, te iba a decir lo mucho que te amo — la máquina que registra sus latidos comienza a sonar más fuerte, sé que está escuchando —. Fabiola, te amo, por favor despierta — digo llorando, tomando su mano con fuerza y delicadeza para no lastimarla.

MESES DESPUÉS”

Ya han pasado meses, cada día vengo a visitarla con la esperanza que despierte, pero esta esperanza se está acabando. Kevin, dos meses después que Fabiola cayera en coma, regresó y le avisé lo que sucedió; quiere matar al tipo que trató de abusar de ella, pero aún no sabemos quién trató de hacer eso. Los padres Fabiola, la visitan una vez al mes, que padres tan malos, pero quién soy yo para juzgarlos. Los amigos de Fabiola vienen a diario, al igual que yo, hay veces en que me quedo dormido inconscientemente a un lado de ella.

He llegado al hospital, Kevin estaba con ella, pero tuvo una urgencia y me ha hablado para que me quede con ella. Saludo al doctor Gael, que después de semanas descubrí cuál es su nombre. Llego a la habitación de Fabiola y como siempre ella solo está en ese profundo sueño del cual no sabemos cuándo despertará. La tomo de la mano como estos cuatro meses que ha estado en coma, y comienzo a acariciarle su mano.

—Fabiola, he llegado ya, por favor despierta — la máquina que registra los latidos comienza a trabajar más rápido —. Eres la chica más linda, eres mi princesa — comienzo a llorar —. Te amo, te amo tanto que quisiera que todo mundo lo supiera, pero sé que al mundo no le interesa y lo único que me consuela es que tú, mi pequeño mundo, sepas que te amo... aunque este estúpido secreto que llevo dentro no querrás estar conmigo ni un minuto más. Lo siento tanto. Te amo princesa.

Me limpio las lágrimas, no me importa que digan que soy gay, por llorarle a una mujer; pero esta mujer es la mujer que amo con mi vida y mi ser.

¿Enamorarme es un error? | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora