Le pregunté a Valentín si podía ayudarme, pero no especifiqué con qué. Quedamos en juntarnos en el lago, pero han pasado como veinte minutos desde que llegué y él ni siquiera ha llamado. Me preguntaba si se había arrepentido de ayudarme, pero sería extraño dado la buena voluntad del brujo. Además, sé que le emocionan las cosas que requieren riesgos a pesar de no poder usar magia negra.
Di media vuelta asustada y me puse en alerta cuando escuché pasos apresurados acercarse hacia mi. Suspiré aliviada cuando vi que era Valentín quien venía con la respiración agitada y la chaqueta en la mano.
—Perdón — dijo recobrando el aliento —. Tuve que resolver un problema a ultimo minuto.
—Está bien — dije divertida por su reacción—. Respira y luego hablamos.
Él asintió y después de un par de minutos en el que respiró lentamente, decidió hablar.
—¿Qué pasó? ¿Por qué necesitas mi ayuda?
— Lo que quiero pedirte esta fuera de los limites y no quiero que pienses en los demás. No quiero que pienses en nuestra familia.
Él frunció el ceño.
— Sabes que es difícil que me pidas algo así.
— Lo que voy a hacer requiere discreción. Nadie puede enterarse — dije.
—¿Qué pasa?
— Necesito poner mi parte de la maldición en otra persona.
Él se alejó un poco para mirarme mejor como si eso fuera a ayudarle a entender lo que le dije.
— ¿Por qué?
— Algo malo va a pasar y cuando eso ocurra, necesito estar desconectada de mis amigos. Si yo muero, que es lo más probable, no puedo estar conectada a ellos. No pueden morir.
—¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? ¿Qué le diré a Christopher o a Mia? ¿Que maté a su hermana y a su mejor amiga?
— Ellos no deciden por mi vida, Valentín. Planeo matar a Arturo y eso es poner mucho en riesgo. ¿Cuál sería el punto de matarlo si en el proceso mato a mis amigos?
— Pero...
—Necesito tu ayuda, por favor — dije.
— Ese hechizo requerirá mucha magia, puede que la de un hechicero incluso.
— ¿El hechicero de la academia? — pregunté.
— No, él no acepta tratos de ese tipo. Trabaja para la raza y ya.
—¿Conoces a algún otro?
— Sí, pero, de todos modos, yo no podría ayudarte
—¿Por qué?
—Porque requerirá magia negra y sabes perfectamente que no puedo ocuparla. Podría tener consecuencia para ustedes y las marcas.
— Le pediremos ayuda a Kenneth o a Eric — dije.
— ¿Ya encontraste a alguien que quiera tomar ese sacrificio?
Abrí la boca para decir algo, pero la cerré inmediatamente. Él tenía razón. No tenía a nadie en mente y dudo que alguien me quiera lo suficiente como para ayudarme. No podía poner en peligro deliberadamente a alguien más.
Esa persona debía estar dispuesta a ayudarme a como de lugar aunque significara dar su vida por la mía. Las únicas personas dispuestas a dar su vida por mi a ojos cerrado son Julietta o Clemente, pero ambos tienen tantos enemigos y están en constante peligro que sería mortal para mis amigos. Siempre estarían en peligro.
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Los Caídos #2- Elementales
FantasyCon la repentina desaparición de su amiga, Camille y sus amigos idean un plan para recuperarla a como de lugar. Por otro lado, Camille se ve atormentada por las verdades que le han sido reveladas, lo que la conducirá a hundirse en su propio mundo y...