21. Visita inesperada

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Mia

Estaba furiosa, pero también triste. Todo iba tan bien con Christopher, pero saber que por mis padres sufro de este poder me da mucha rabia. No tenían derecho a decidir por mí. Sé que todo lo harían por mi bien, pero claramente ser banshee no es un regalo de Dios. Lo odio y no sé qué hacer para estar mejor. A pesar de acostumbrarme a esto, aun es difícil para mí no sentir que me vuelvo loca.

Caminé sin saber bien a donde iba. No era consciente del lugar en donde estaba porque eso es lo que pasa cuando estoy realmente enojada, comienzo a caminar sin rumbo alguno y eso es debido a mi poder como banshee.

Me adentré en el bosque sin saber por qué, hasta que me topé con la cabaña de Will. Me acerqué y todo estaba muy oscuro, así que busqué la llave bajo una maceta y abrí la puerta. Al encender las luces, todo se veía impecable e intacto, como si alguien hubiese estado aquí hace poco.

Decidí que me quedaría aquí porque, la verdad, no creo que le moleste a alguien y esperaba que nadie me encontrase. Encendí la chimenea porque el frió que hacía era horrible. Me quedé pensando un instante en que estaba con vestido y necesitaba cambiarme. Miré el armario que había a la izquierda y sin pensarlo lo abrí. Toda la ropa de Will estaba allí y me sentí terrible porque recordé cómo pasó todo.

Dejé esos pensamientos a un lado y saqué un suéter y un pantalón a pesar de que sabía que me quedarían enormes. Me acerqué a la chimenea envuelta en una manta y me quedé observando el fuego un instante hasta que una extraña sensación me recorrió el cuerpo.

— Mia — susurró alguien.

Volteé rápidamente y puedo jurar que en ese momento la sangre abandonó mi cara. No podía ser verdad.

— ¿Cómo? — dije sin más.

— Eres una banshee, la única con la que me puedo comunicar.

— Will — sentí un nudo en la garganta.

— Debemos hablar — dijo.

Asentí y ambos nos sentamos en el sofá. No entendía como él era capaz de hacerlo porque literalmente es un fantasma, pero considerando todas las cosas que han pasado, a esta altura ya nada me sorprende en absoluto.

— He intentado comunicarme con Camille a través de algún sueño.

— ¿Pudiste hablarle o verla?

— No. Está preocupada y por eso su mente está muy cerrada. Es como si estuviera bloqueada.

— ¿Puedo hacer algo para que eso se detenga?

— No — dijo él encogiéndose de hombros —. Solo darle tiempo.

Asentí lentamente.

— ¿Cómo estás? — pregunté.

Choqué la palma de mi mano contra mi frente y él rió.

— Estoy bien — dijo —. Pronto volveré.

— ¿Qué? — dije sorprendida.

— Los arcángeles me devolverán a la tierra porque aún no termino mi misión, pero primero debo sanar.

— ¿Sanar? — pregunté confundida.

— Mi muerte fue traumática, pero más que eso es por el arma que utilizó Isabella.

— ¿Qué pasa con eso?

— Es por lo que estoy aquí. Debes encontrarla antes de que lo hagan los demonios, Mia.

Lo miré sin entender nada.

— Esa cuchilla fue creada para asesinar ángeles caídos y de esa manera ellos no pueden volver jamás. A mí me mató, pero soy capaz de volver porque soy un ángel. Es un arma muy peligrosa Mia y lo es aún más con tu sangre y mi sangre en ella.

— No puedo creerlo — apreté los labios algo nerviosa —. ¿Qué pasa con nuestra sangre?

— No se sabe las cosas horribles que puedan hacer con ella. Tu sangre es poderosa y también la mía. Solo imagínalo.

— La encontraré.

— Cuando lo hagas debes esconderla donde nadie pueda encontrarla.

— Sé el lugar perfecto — dije pensando en aquel baúl.

— Por favor no le digas nada a Camille nada de esto — suplicó.

Asentí y suspiré.

— ¿Qué sucede? — preguntó él.

— Nada.

— Algo te atormenta. Dime, ¿de qué se trata? ─ pregunto amablemente.

— Es Christopher.

— Debes entenderlo, tu padre siempre ha sido algo extraño — rio.

— ¿Sabías que era mi padre?

Él asintió.

— Desde siempre — dijo él.

— ¿Por qué no dijiste nada?

— Porque al ser el único que Isabella no pudo hechizar por ser un ángel, me amenazó con asesinar a Daniel si decía algo. En el fondo sabía que algún día se encontrarían. Solo había que esperar.

— Es tan terco e impulsivo — dije frustrada —. Él y Cora suprimieron mis otros poderes dejando el de banshee y es horrible. No entiendo cómo fueron tan irresponsables.

— Christopher y Cora te amaban mucho. Ellos estaban dispuestos a dar sus vidas por ti y si eso fue lo que ellos creyeron correcto, debes entenderlo. Cuando seas madre, lo entenderás, por ahora perdónalo. Imagina por todo lo que ha pasado.

— Lo intentaré — dije en un susurro.

— Conozco a Christopher mejor que nadie, fui su guardián. Sé porque te digo todo esto — se puso de pie —. Debo irme, no puedo estar aquí por mucho tiempo.

— Hasta pronto — dije parándome frente a él —. No nos abandones.

Él me miró sonriendo y desapareció sin más.

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¡Capitulo extra! <3

Los Caídos #2- ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora