Mia
Estaba furiosa, pero también triste. Todo iba tan bien con Christopher, pero saber que por mis padres sufro de este poder me da mucha rabia. No tenían derecho a decidir por mí. Sé que todo lo harían por mi bien, pero claramente ser banshee no es un regalo de Dios. Lo odio y no sé qué hacer para estar mejor. A pesar de acostumbrarme a esto, aun es difícil para mí no sentir que me vuelvo loca.
Caminé sin saber bien a donde iba. No era consciente del lugar en donde estaba porque eso es lo que pasa cuando estoy realmente enojada, comienzo a caminar sin rumbo alguno y eso es debido a mi poder como banshee.
Me adentré en el bosque sin saber por qué, hasta que me topé con la cabaña de Will. Me acerqué y todo estaba muy oscuro, así que busqué la llave bajo una maceta y abrí la puerta. Al encender las luces, todo se veía impecable e intacto, como si alguien hubiese estado aquí hace poco.
Decidí que me quedaría aquí porque, la verdad, no creo que le moleste a alguien y esperaba que nadie me encontrase. Encendí la chimenea porque el frió que hacía era horrible. Me quedé pensando un instante en que estaba con vestido y necesitaba cambiarme. Miré el armario que había a la izquierda y sin pensarlo lo abrí. Toda la ropa de Will estaba allí y me sentí terrible porque recordé cómo pasó todo.
Dejé esos pensamientos a un lado y saqué un suéter y un pantalón a pesar de que sabía que me quedarían enormes. Me acerqué a la chimenea envuelta en una manta y me quedé observando el fuego un instante hasta que una extraña sensación me recorrió el cuerpo.
— Mia — susurró alguien.
Volteé rápidamente y puedo jurar que en ese momento la sangre abandonó mi cara. No podía ser verdad.
— ¿Cómo? — dije sin más.
— Eres una banshee, la única con la que me puedo comunicar.
— Will — sentí un nudo en la garganta.
— Debemos hablar — dijo.
Asentí y ambos nos sentamos en el sofá. No entendía como él era capaz de hacerlo porque literalmente es un fantasma, pero considerando todas las cosas que han pasado, a esta altura ya nada me sorprende en absoluto.
— He intentado comunicarme con Camille a través de algún sueño.
— ¿Pudiste hablarle o verla?
— No. Está preocupada y por eso su mente está muy cerrada. Es como si estuviera bloqueada.
— ¿Puedo hacer algo para que eso se detenga?
— No — dijo él encogiéndose de hombros —. Solo darle tiempo.
Asentí lentamente.
— ¿Cómo estás? — pregunté.
Choqué la palma de mi mano contra mi frente y él rió.
— Estoy bien — dijo —. Pronto volveré.
— ¿Qué? — dije sorprendida.
— Los arcángeles me devolverán a la tierra porque aún no termino mi misión, pero primero debo sanar.
— ¿Sanar? — pregunté confundida.
— Mi muerte fue traumática, pero más que eso es por el arma que utilizó Isabella.
— ¿Qué pasa con eso?
— Es por lo que estoy aquí. Debes encontrarla antes de que lo hagan los demonios, Mia.
Lo miré sin entender nada.
— Esa cuchilla fue creada para asesinar ángeles caídos y de esa manera ellos no pueden volver jamás. A mí me mató, pero soy capaz de volver porque soy un ángel. Es un arma muy peligrosa Mia y lo es aún más con tu sangre y mi sangre en ella.
— No puedo creerlo — apreté los labios algo nerviosa —. ¿Qué pasa con nuestra sangre?
— No se sabe las cosas horribles que puedan hacer con ella. Tu sangre es poderosa y también la mía. Solo imagínalo.
— La encontraré.
— Cuando lo hagas debes esconderla donde nadie pueda encontrarla.
— Sé el lugar perfecto — dije pensando en aquel baúl.
— Por favor no le digas nada a Camille nada de esto — suplicó.
Asentí y suspiré.
— ¿Qué sucede? — preguntó él.
— Nada.
— Algo te atormenta. Dime, ¿de qué se trata? ─ pregunto amablemente.
— Es Christopher.
— Debes entenderlo, tu padre siempre ha sido algo extraño — rio.
— ¿Sabías que era mi padre?
Él asintió.
— Desde siempre — dijo él.
— ¿Por qué no dijiste nada?
— Porque al ser el único que Isabella no pudo hechizar por ser un ángel, me amenazó con asesinar a Daniel si decía algo. En el fondo sabía que algún día se encontrarían. Solo había que esperar.
— Es tan terco e impulsivo — dije frustrada —. Él y Cora suprimieron mis otros poderes dejando el de banshee y es horrible. No entiendo cómo fueron tan irresponsables.
— Christopher y Cora te amaban mucho. Ellos estaban dispuestos a dar sus vidas por ti y si eso fue lo que ellos creyeron correcto, debes entenderlo. Cuando seas madre, lo entenderás, por ahora perdónalo. Imagina por todo lo que ha pasado.
— Lo intentaré — dije en un susurro.
— Conozco a Christopher mejor que nadie, fui su guardián. Sé porque te digo todo esto — se puso de pie —. Debo irme, no puedo estar aquí por mucho tiempo.
— Hasta pronto — dije parándome frente a él —. No nos abandones.
Él me miró sonriendo y desapareció sin más.
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¡Capitulo extra! <3
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Los Caídos #2- Elementales
FantasyCon la repentina desaparición de su amiga, Camille y sus amigos idean un plan para recuperarla a como de lugar. Por otro lado, Camille se ve atormentada por las verdades que le han sido reveladas, lo que la conducirá a hundirse en su propio mundo y...