12. Negro profundo

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Todo era negro profundo para mí y tan solo escuchaba voces acercarse cada vez más. No sentía control sobre mi cuerpo, ni si quiera podía abrir los ojos. Lo último que recuerdo es que Mia murió y luego todo se fue a negro.

Al poder abrir mis ojos lentamente, lo primero que vi fue a Adam a mi lado. Era de noche y por el frió, me di cuenta de que seguíamos en aquel abandonado hospital.

— ¿Qué pasó? — pregunté apenas.

— Básicamente, volviste de la muerte — dijo Adam mientras me ayudaba a sentarme.

Miré a mí alrededor y vi a los hermanos Bravhe mirando a Mia totalmente desconcertados. Mi amiga, por otro lado, los miraba sin saber qué decir.

Blas, quien estaba a mi lado, estaba igual de sorprendido que yo. La verdad no entendía nada.

— ¿Por qué estamos vivos? — preguntó Blas.

— Mia resucitó  — dijo Tristán.

— ¿Eso es posible? — pregunté desconcertada.

Cristal y los demás se encogieron de hombros sin saber que decir, ya que todo es muy extraño. Mientras recuperaba fuerzas para poder levantarme, vi lo que sucedía entre Mia y Christopher porque no sabía si mi amiga ya sabía la verdad.

— Recuerdo todo — dijo ella mirando a su padre.

— ¿Cómo? — preguntó Valentín, ya que Christopher estaba sin palabras.

— Después de que desperté es como si el hechizo que hizo Isabella desapareciera y todos esos recuerdos llegaron a mi cabeza — Mia apretó su puño nerviosa e incluso mordió su labio intentando no llorar.

— ¿Qué recuerdas? — preguntó Christian cauteloso.

— Absolutamente todo. Mi infancia, mi familia, el tiempo que pase en aquella enorme casa blanca y también el cuento de cada noche. Recuerdo cuando Isabella me secuestró — mi amiga miró a Christopher a punto de llorar.

Fue ahí cuando él, con una inexplicable expresión en su cara, corrió a abrazarla.

— Estás conmigo ahora — la abrazó y acarició su pelo —. Siempre te he amado, Mia.

— Siento que lloraré en este momento — susurró Blas.

Sonreí ante aquella especial escena y me sentí feliz por mi amiga. Ahora entiendo absolutamente todo respecto a ellos dos. 

Me puse de pie lentamente y caminé hasta ella para abrazarla fuertemente.

— No puedo creer por todo lo que hemos pasado — susurré.

— Yo tampoco — dijo ella riendo —. Te amo, Camille.

— También yo — la abracé aún más fuerte.

Durante aquel abrazo, recordé algo muy importante, así que me separé un poco y la miré seria.

— ¿Dónde está Will? — pregunté asustada.

Ella negó con la cabeza.

— Mia, ¿dónde está? — moví sus brazos un poco para que reaccionara.

— Adentro. Murió, Camille — dijo en un susurro.

Aquella felicidad que sentí se esfumó por completo al escuchar esas palabras. Sentí como si el aire se fuera de mis pulmones y se me dificultara respirar.

— No — susurré alejándome de ella —. ¡Él no está muerto!

Comencé a respirar cada vez más rápido y mi cabeza dolía mucho. Miré a todos lados desconcertada. Jamás sentí este tipo de dolor, es algo que no puedo soportar.

Los Caídos #2- ElementalesWhere stories live. Discover now