Arrasando con la Magia.

Capitulo 22 - Amperial, El Señor de los Truenos -

Una cierta duda invadió a los hermanos Azureblade, no sabían si creer o no lo que Zack acababa de contarles. Se miraron entre sí, como si buscasen respuestas en los ojos del otro, pero nada vino. Sin embargo, había algo que realmente les causaba curiosidad, algo que en parte era muy conocido.

— Espera, ¿Tu hermano se llama Red? — pregunta Ethan.

— Exactamente. Red Blazer — reafirma Zack.

— Ah, qué irónico — agrega Miguelangel —. Aquí también hay un Red Blazer, al parecer con las mismas características que el de tu tierra.

— Hmmm... Tengo dos teorías de cómo podría ser eso posible — dice Zack sentándose en el piso con los brazos cruzados —. Una es que estemos metidos en alguna especie de historia creada por un puberto de unos diecisiete años que no tiene creatividad para los nombres y casualmente se llame Miguelangel, o estoy en una dimensión paralela.

El subterráneo se llena de un silencio incómodo.

— Probablemente sea la segunda... — dijo Miguelangel.

Zack encoje los hombros con una sonrisa, se pone de pie y acompaña al par de hermanos afuera de aquellos túneles. Mientras iban subiendo, Miguelangel intentó explicarle lo mejor que pudo en dónde estaban, lo que ocurría actualmente y por qué estaban allí, Zack escuchaba atentamente, aunque su mente parecía estar en otro lado.

Una vez en la superficie, el grupo entero se reúne en el centro del pueblito, primero llegan el general y la capitana, seguidos de Red y Sam, y por último Ethan, Miguelangel y Zack. El cazador de demonios se mostró perplejo al ver al pelirrojo delante de él.

— Vaya, sí que es idéntico a mi hermano — dijo con una sonrisa.

— ¿Y este tipo es...? — preguntó Red.

— Zack Helionhunter, cazador de demonios — respondió el otro extendiéndole la mano.

Red le corresponde mientras lo miraba con un poco de desconfianza en sus ojos. Miguelangel procede a explicar con detalle toda la historia de Zack.

— Bien, dejando temporalmente de lado lo de Zack, según lo que Elizabeth y yo hemos encontrado, este era un pueblo de cazadores de dragones, yo encontré una cimitarra dentada y verifiqué su precedencia con un Rastreo de Iones.

— Yo por mi lado, fui emboscada por uno de esos cazadores, su nombre era Rogan, dijo que no quería matarme, solo estaba asustado, en cuanto lo liberé salió corriendo al bosque — agregó la capitana.

— Miguelangel y yo encontramos un túnel subterráneo en la casa de dos plantas — explica el ojiazul sacando su libreta, donde tenía anotadas las marcas rojizas que vio anteriormente —, tenía las paredes llenas de letras, creemos que podría ser dracónico. Ahí fue donde hallamos a Zack.

— Esperen, yo encontré un diario — dijo Sam sacando el desgastado librito —, dice cuando este pueblo fue atacado, al parecer fue antes de ayer, se enfrentaron a Amperial...

— ¡¿El señor del trueno?! — interrumpe el general.

— Ese mismo, al parecer se les salió de las manos y corrieron hacia el bosque.

De repente, sin previo aviso y con fuerte entrada, un poderosísimo rugido azotó aquel devastado lugar. Tan fuerte, de hecho, que todo el grupo tuvo que taparse los oídos para no caer ensordecidos.

— ¡¿Qué rayos fue eso?! — preguntó Zack con notable preocupación en sus ojos.

— Rugido de dragón, no hay duda — respondió Miguelangel.