Arrasando con la Magia.

Capítulo 18 - Luz vs. Luz -

Se podía sentir como el aire se calentaba, el tercer comandante supremo de Celestia y el portador de la luz se habían lanzado en batalla, liberando el profundo odio que se sentían mutuamente cual poderosos relámpagos que atizan la tierra y el cielo en una potente tormenta. El menor de los Azureblade cargó primero, tomando a la legendaria Úlgur con ambas manos, lanzó un tajo diagonal desde el piso, imbuido con la fuerza de la luz, dejando una brillante estela al oscilar del arma, pero a la vez dejándose un poco expuesto; Luxen dio paso atrás y esquivó el ataque, luego se reafirmó en su pierna derecha para darse impulso, dispuesto a ejecutar una puñalada horizontal a través de la apertura en el ataque de su comandante, apuntando a la sección de la axila, donde no había armadura que protegiese, pero una Égida se ubicó en este punto, deteniendo dicho ataque, Miguelangel lanzó un tajo de regreso, Luxen lo paró con el bastón de Alarcross, pero ambos sabían que mantenerse en ese fútil empuje era solo una pérdida de tiempo que los novatos solían hacer para lucir genial, así que retrocedieron, solo para volver a entrar en combate cercano.

Ethan solo los observaba, esa mirada fija que tenía era la de un halcón que analizaba a su presa, pensando en sus pasos, en los movimientos que hacían y el cómo respondían ante su adversario, Luxen siendo un poco tosco con los movimientos pero certero, su hermano un poco más elegante con sus pasos, pero precipitándose mucho, era como un vals de cuchillas que volaban y chocaban al ritmo de un suspiro.

Entonces se detuvieron, ahora un espacio de diez metros los separaba, ambos respiraban pesado, se reconocían como duros adversarios, pero no tenían la humildad de admitirlo, ambos eran arrogantes por su poder, en especial Miguelangel, quien desde el principio pensó que tenía la pelea ganada. Yacían en sus posturas básicas, las cuales eran ligeramente similares: Sus piernas estaban bastante separadas, con sus respectivas armas en una posición horizontal, la diferencia yacía en que Luxen mantenía a Alarcross un poco más abajo que Miguelangel con Úlgur. Y volvieron a cargar el uno contra el otro, las chispas que resultaban del choque entre las armas legendarias forjadas en el nombre de Lemy, era un espectáculo para la vista, eran azules, eran verdes, eran moradas, eran plateadas, como fuegos artificiales, danzaban alrededor de la contienda. Entonces Luxen saltó hacia atrás con una pirueta, Miguelangel aprovechó el momento y pisó con fuerza el suelo, invocando un círculo rúnico debajo del portador de la luz, este lanzaría un torrente de relámpagos sacros que potencialmente podrían desorientarlo. Todo fue como en cámara lenta, Luxen dando un paso hacia atrás para esquivar, a la vez perdiendo el equilibrio, Miguelangel extendiendo sus alas y convocando el Corpus Leve, dirigiéndose con destreza hacia el otro con la espada esgrimida hacia el frente, dispuesto a asestarle poderosa estocada en el pecho. Su vuelo fue rápido y poco predecible, era la oportunidad perfecta para terminar con su oponente, pero cuando la distancia entre la punta de la poderosa Úlgur y el pecho de Luxen se había acortado a poco más de diez centímetros, él cambió su trayectoria inesperadamente, apenas rasgando en traje del otro. Luxen no desaprovechó esto, giró a Alarcross y golpeó al chico alado con el bastón de la lanza, haciendo que el otro tuviese que retroceder, pero la sed de sangre del portador de la luz le indicó que continuara con su ataque, dando un paso al frente empuñando a su fiel alabarda con ambas manos, Miguelangel logró desviar el ataque y reponerse velozmente, pero su adversario seguía bombardeándolo con raudas estocadas. Entonces consiguió una oportunidad para atacarle, hizo que Alarcross chocara con la parte plana de Úlgur, se deslizó entre los brazos de Luxen y blandió con fuerza su mandoble, era otra oportunidad perfecta para un ataque letal, pero nuevamente cambió su trayectoria al final, haciéndole un largo corte en el rostro al portador de la luz, extendió sus alas y se mantuvo por encima de la pelea por un rato.

Ethan divisó esto, le parecía muy extraño, él más que nadie sabía lo buen espadachín que era su hermano, no era posible que él hubiese desaprovechado dos oportunidades tan importantes como esas, algo debía estarle preocupando, algo crucial, algo que tal vez él ignoraba, pero su hermano lo tenía presente.