Capítulo 58 - Desesperación -

4.3K 239 25
                                    

Erguido fuertemente, con mirada templada, seria pero amistosa, bruscos cortes en su rostro, todo el castaño cabello, que había comenzado a blanquecer, recogido en una cola de caballo no muy larga. Mirándolos con certeza de sí, el antiguo rey de Celestia, Agamenón.

Ethan y su hermano, con la sorpresa recorriendo sus cuerpos, yacían paralizados ante aquella visión, el hombre a quien vieron estallar hace años seguía con vida. Preparándose para lo peor, Ethan activó sus fieles sables, Níveo y Cerúleo, posicionándose para la batalla. Miguelangel retrocedió pasos largos, flexionando sus piernas invocó a Heiligen: Gewitter, esperando la reacción del ex rey.

-          Detengan su violencia, calmen su ímpetu y relajen sus espíritus — Recitaba tranquilamente Agamenón — Que de este ser, violencia alguna u otro método de muerte, no saldrá

El ojiazul volvió su mirada a su hermano, el otro asintió con la cabeza, ambos guardaron sus armas. Agamenón les dio la espalda, indicándoles seguirle, los guió hasta el interior de la floristería.

-          ¡Marie, he traído a viejos amigos de Celestia! — anunció el ex rey - ¿Te importaría preparar té?

-          ¿De Celestia? — preguntó una voz femenina, madura y suave proveniente de la parte posterior del mostrador - ¿Te refieres al grupo ese que me contaste?

Una mujer se asoma, tenía rostro gentil, cabello color cobre y fuertes ojos verdes, parecía rondar los treinta años.

-          Así es, Marie, ¿Dónde está Claire? — pregunta Agamenón acercándose a la mujer - ¿Tú madre ya terminó con las caléndulas que ordenó el señor Marco esta mañana?

-          Está regándolas atrás — responde la mujer, luego mira a Ethan — Ojos azules, cabello negro, usualmente vestido de negro, ¿Tú has de ser Ethan Azureblade, no?

Ethan asiente ligeramente con la cabeza, luego desvía la mirada. La mujer dirige su atención a Miguelangel.

-          Cabello negro, ojos café oscuro, tez clara, casi siempre vestido de blanco, beige o dorado, supongo que tú eres Miguelangel Divineblade ¿No?

-          Ehmmm... yo también soy Azureblade — Responde el chico con ligera confusión

-          ¡¿Son hermanos?! — preguntó con exaltada emoción la mujer

-          A-así es... - responde Miguelangel

-          ¡Aggy, no me contaste que eran hermanos!

Ethan y Miguelangel se miran al mismo tiempo, se ponen una mano en la boca e intentan contener la risa. Agamenón los miró de reojo y volvió a mirar a la mujer.

-          Marie, ¿podrías, por favor, dejar de decirme ¨Aggy¨ frente a mis amigos de Celestia? — replicaba Agamenón con tono noble

-          ¡P-pero, Aggy!

-          ¡¿Aggy?! — gritó Ethan riéndose como loco - ¿El gran rey de Celestia es ahora Aggy?

-          Marie suele acortar nombres así, casualmente todos terminan en ¨y¨

-          ¡Eso no es cierto, Aggy!

Agamenón se ríe recelosamente, guía a Ethan y a Miguelangel hacia una habitación en la segunda planta y se sientan en una gran mesa.

-          ¿Qué los trae por aquí? — pregunta el Rey — Llegué a pensar lo peor ese día

-          ¡Nosotros haremos las preguntas aquí! — grita Ethan azotando la mesa - ¡¿Qué rayos te pasa, por qué rayos intentaste absorber a los avatares e invocaste a Tenebrarum en Celestia, en qué rayos estabas pensando?!

Arrasando con la Magia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora