Capítulo 16 - El escuadrón de defensa Azureblade -

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Lentamente flotaba hacia el rey, su rostro no denominaba expresión alguna, únicamente dos pequeños rastros de lágrimas que le brotaban de los ojos. El rey parecía feliz con lo que estaba pasando, se reía con voz ronca y grave, levantando ambos brazos como si fuera una victoria increíble. Sin embargo, no solo Ethan y el rey estaban conscientes, el menor de los Azureblade seguía despierto, un poco aturdido por la onda expansiva, pero continuaba a la perspectiva, decidiendo no intervenir entre Ethan y Agamenón, solo cuando fuera sumamente necesario. El aura ébano del ojiazul comenzó a extenderse en su mano derecha, formando una pseudo-cuchilla, con la cuál cargó contra el rey, pero él no sabía usar espadas, por lo que solo lanzaba cortes a diestra y siniestra, sin técnica alguna, lo cual no era rival para la maestría elemental del señor regente de Celestia, quien solo esquivaba los tajos o los paraba con su bastón. Un sello mágico de color verde intenso se dibujó en el suelo, Agamenón citó unas palabras y cuatro poderosas zarzas restringieron el movimiento de Ethan, pero su aura anti-maná  incineró e hizo explotar la energía que las espinas contenían, aprovechando la conmoción del momento y el maná que ahora flotaba alrededor de él para realizar la Combustión del Vacío. Aún en ese estado desencadenado, él parecía seguir sus estrategias usuales de mana hunter: Siempre quitarle al mago su magia. 

El aura negra se acumuló en su palma izquierda y formó la esfera oscura, la emisión de maná no demoró en aparecer cual fuego salvaje que parecía brotar de la nada. Entonces se lanzó contra el rey, colocando la esfera negra dentro de la espada de aura, haciendo que esta se rodeara con maná en combustión. Agamenón parecía sorprendido por la reacción, pero ahora mismo eso no importaba, había confirmado un pensamiento que tenía, así que ya podía derrotar a Ethan. Envolvió sus dos puños en firmes rocas, esquiva el tajo de la cuchilla de aura del ojiazul y lo agarra del cuello, comenzó a sentir cómo su maná era vaciado lentamente, pero no podía permitir que él siguiera con ello, así que le asestó un poderosísimo golpe en la sien, noqueando a Ethan al instante. Miguelangel seguía observando lo que acontecía frente a sus ojos, no podía creer lo que ocurría, él sabía que tenía que investigar los poderes de Ethan en cuanto pudiese. Agamenón comenzó a disparar fuego en todas las direcciones, pero luego lo hizo desaparecer con poderosas ráfagas de viento, dejando las paredes chamuscadas. 

Las demás personas de aquella sala se recuperaron al poco tiempo, al parecer sus cuerpos habían absorbido el maná desperdigado por la sala, producto del fuego de Agamenón.

— ¿Q-que pasó?—Pregunta la capitana.

—A su hijo y a Blazer se les fueron las manos, hicieron un desastre de este lugar—Responde el rey.

—¿Ah, sí?—Duda Ethan—. No recuerdo siquiera haber peleado hasta el cansancio, que extraño.

—Precisamente, tú y Blazer se noquearon al mismo tiempo luego de que tu hicieras el... ¿Cómo se llamaba esa técnica que usaste contra mí?

—¿El combo magno?

— ¡Exacto, eso mismo!       

Lentamente, las personas que asistían a aquel suceso empezaron a levantarse, Miguelangel decidió seguir el juego y no hablar de lo que vio. El último en despertar fue Red, el cual dormía cual bebé.

— ¿Perdí? Bueno, eso fue más rápido de lo que pensé— Se vuelve a dormir.

—Perfecto, ahora solo hay que terminar el papeleo de  Ethan—Decía el Rey abandonando la habitación—. Te lo encargo, Carmelo.

— ¡¿Lo logré?!—Gritaba de emoción—. ¡En tu cara, hermanito, pasé!

Miguelangel tenía clavada una mirada fría en el rey en lo que este salía, el otro ni se inmutó por ello, puesto que siguió caminando como si nada, sin preocuparse por lo que había sucedido o lo que sucederá.

Arrasando con la Magia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora