Introducción

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Detente, si estas buscando un relato en el cual todos son felices gracias a la magia, esta no es tu historia. Lo que estás a punto de leer es el ascenso del tipo que nació para arrasar con la magia. Su nombre es Ethan Azureblade, hijo de dos grandes Archimagos, el único niño de su pueblo que nunca pudo canalizar maná para realizar hechizos elementales. Ahora, antes de saber que le pasó, debo contarte una pequeña historia:

En un principio, solo estaban los 7 grandes Avatares primigenios: Prygnio del fuego, Miracua del agua, Gaón de la tierra, Fujin del viento, Raijin del trueno, Lemy de la luz y Drono de las sombras. Estos estaban en una era de paz y armonía, donde la colaboración reinaba, y la fraternidad era ley. Todos procuraban proteger el maná, la fuerza de vida que mantenía a cada elemento unido. Hasta el fatídico día en que Gaón inició una gran discusión con Fujin, debatiendo por la primacía de ambos. Tales afrentas fueron la chispa que desató la primera guerra del mundo primigenio.

Gaón, apoyado por Prygnio y Drono, se enfrentó a Fujin, Miracua y Lemy, en una cruel y despiadada guerra de días incontables, donde los avatares hacían rugir sus ejércitos en el fiero ardor de la pelea, con el único objetivo de intentar probar su superioridad sobre los otros.

Raijin era el más sabio, ante los gritos de guerra y destrucción, despertó de su profundo sueño y decidió actuar. Detuvo la guerra en poco tiempo, enseñándole a los demás avatares que el universo no era de nadie, puesto que todos los avatares eran iguales, no había uno que primara sobre el otro, todos tenían las mismas capacidades. Gaón y Fujin se vieron iluminados por las palabras de Raijin, haciendo las pases y fundamentando la paz nuevamente. El único disgustado por esto era Drono, el cual sentía un profundo odio hacia Raijin.

Los avatares decidieron usar sus capacidades para hacer del universo un lugar mejor. El poderoso Gaón creó entonces, enormes esferas de tierra y piedra y las llamó planetas, para que la vida prosperara en ellos. Lemy, junto con Prygnio, crearon masas de fuego y luz, las llamaron estrellas, para que apartaran a la temible oscuridad de los planetas. Raijin tomó piedras, fuego y, con un relámpago suyo, creo bestias de todos los tamaños y formas, estas poblarían los planetas y los protegerían. Miracua, por su parte, dio sus aguas sagradas a los planetas, formando ríos y mares, para que las bestias no tuvieran sed nunca. Pero las bestias necesitaban algo más, morían al poco tiempo de ser creadas, entonces Fujin les dio una capa de aire a los nuevos mundos, para que los pulmones de las bestias nunca estuvieran vacíos.

El universo prosperó y la vida era su núcleo. Sin embargo, Drono sentía celos, todo su reino de oscuridad había sido arrebatado gracias a las palabras de Raijin. Entonces ideó un plan para crear un arma que fuera capaz de evaporar al maná que mantenía a los elementos juntos.

Mientras Raijin dormía, Drono le robó un relámpago y lo corrompió hasta su máximo potencial, creando así un nuevo avatar. Este avatar fue denominado por Drono como el señor del Vacío.

El nuevo avatar atacó a los demás, estos no podían defenderse, al momento de tocar a este nuevo ser, su maná desaparecía en un instante, así que recurrieron a un plan desesperado, se sellaron a sí mismos dentro de los humanos y elfos, que eran las bestias que mejor podían dominar el maná, para un día en el futuro lograr encontrar una forma de acabar con este avatar. Drono decidió hacer lo mismo para que no sospecharan de él.

Solo quedaba el avatar del vacío, el cual caminó solitario por la tierra de Gaia, en donde los demás avatares buscaron refugio. Durante siglos no tuvo más que vagar por el planeta, siendo repudiado por todo ser viviente. Hasta que un fuerte golpe lo derribó, haciendo que perdiera su memoria, lo único que recordaba era que los demás avatares se habían sellado dentro de otros seres, así que él hizo lo mismo, encerrándose en una mujer que estaba en embarazo.

Las razas comenzaron a prosperar. Crearon grandes imperios a lo largo de los tres parches de Gaia: Ulteon, Oreshiam y Élvastin. Hombres, Elfos, orcos, gnomos, enanos y dragones crecieron en multitud, cayendo en conflictos y guerras a lo largo de la historia.

Un imperio se levantó por encima de los otros, el Sacro Imperio de Celestia, una nación de poderosos humanos que lograron prevalecer frente a las dificultades. Los magos, como se llamaron quienes controlaban el maná, fueron el núcleo de Celestia, llegando a ser reconocida como el reino de la mejor magia. Pero Celestia era arrogante, con su poder logró hacerse con el dominio de Ulteon, lograr casi extinguir a los orcos, forzar a los elfos de regreso a su tierra y desterrar a Gnomos y Enanos de sus territorios. Entonces marcaron un antes y un después, su nuevo director, Agamenón Aurión, proclamó que los calendarios tomarían su victoria global como el primer día del primer año. Y aquí es dónde comienza la travesía de quien nació para arrasar con la magia.



Arrasando con la Magia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora