Narra ________:
Mi madre siguió hablando, explicándome todo sobre la llegada de Emma. Sobre su progreso en sus terapias y su disposición para viajar hasta aquí. Estaba claramente emocionada con la idea. Pensaba que sería hermoso que le compráramos un pastel de bienvenida; me pidió que le ayudara con eso. Sin embargo, no quería hacerle una fiesta de bienvenida. De hecho, no quería que se lo contara a nadie aun.
-No queremos abrumarla con tanta gente, ¿verdad? -me miró con aprensión- Solo... No le menciones nada a tus amigos o conocidos. O a Lily. No le digas nada de esto a Lily, ________.
-¿Lily?
-La hija de Meredith. -me miró con exasperación- Vinieron a cenar hace dos meses con nosotras. Pensé que Lily se había hecho amiga tuya.
-Ni siquiera le hablo. -repliqué con sequedad.
Mi madre frunció el ceño.
-¿Qué te sucede? Parece como si nada de esto te emocionara.
Cierto.
Suspiré.
-Solo... estoy cansada. -admití- Aun tengo tarea que hacer y... no me siento muy animada ahora.
-Pero Emma vendrá. -me miró como si fuera la persona más extraña del mundo y tal vez también era cierto- Es todo lo que siempre has querido.
Me estremecí.
-Lo siento. No me siento... -me encogí cuando no encontré la palabra adecuada. Finalmente, susurré-: No sé como me siento.
-¿Qué es... ?- hizo una pausa y me miró con cautela- ¿Necesitas que llame al doctor Dalton?
Intenté no parecer afectada por su propuesta. Ella solo estaba preocupada por mi. Incluso cuando rara vez intenta mantener alguna conversación normal conmigo o saber lo que hago o siento. Tengo que recordarme que ella es mi madre y no debo de sentir incomodidad o rencor por su repentina preocupación.
Incluso cuando casi nunca se preocupa.
Basta. Deja de ser tan dramática.
-No. No llames a Jimmy. -me encogí de hombros- De todas formas lo veré en una semana. Puedo esperar.
-No me gusta que lo llames por su primer nombre. -hizo una mueca.
-Se pone insoportable si no lo hago. -rodeé los ojos, tomando este cambio de tema para poder huir a mi habitación. La rodeé y me dirigí hacia las escaleras- Prefiero hacerlo a su manera.
-Si, lo sé. Pero tal vez sería mejor si...
-Tengo cosas que hacer. -dije y me arrepentí de inmediato por sonar tan dura- Lo siento, pero, ¿tienes algo más que decirme?
-¿La noticia de Emma no es suficiente? -me miró con clara molestia.
Respiré profundamente.
-Créeme, lo es.
Subí las escaleras, sin pararme a esperar una respuesta de su parte. Aun así, ella dijo:
-Jamas te entenderé.
¿Si quiera lo has intentado?, quise gritarle.
En su lugar, fingí no escucharla.
***
Zayn no respondió mis mensajes al día siguiente. Las chicas hablaron durante el receso sobre el baile de graduación y lo emocionadas que estaban por buscar vestidos este fin de semana. Se desanimaron cuando les dije que lo más probable era que no fuera.
-¡Pero es nuestro ultimo baile contigo! -se quejó Kenia.
-No sé si sea... prudente ir a una fiesta donde probablemente todos beberán. -admití.
Su actitud molesta fue rápidamente reemplazada por una más preocupada.
-Por supuesto, lo entendemos. -Mariana se mordió el labio- Solo... piénsalo. No tenemos que beber para divertirnos.
Todas estuvieron rápidamente de acuerdo y las amé por eso, pero no quería que cambiaran sus planes por mi. Así que negué con al cabeza y dije:
-No tienen que hacer eso. Además, todavía faltan unas semanas. Tal vez las cosas cambien para entonces. Por ahora solo... no quiero presionar nada, ¿de acuerdo?
No estuvieron muy convencidas con eso, así que dejé caer la bomba de que Emma vendría en un par de semanas. Lucieron sorprendidas.
-¿Y cómo te sientes? -preguntó Valeria, mirándome como si quisiera leer mis pensamientos.
Me encogí de hombros.
-¿Honestamente? -respiré con lentitud- No me importa tanto como pensé que lo haría.
-Pero...
-Emma no viene por mi. -interrumpí a Mafer- Así que no quiero preocuparme por esto más de lo debido. Así que, ¿podemos no hablar de esto? ¿Por favor?
No les gustó, pero respetaron mi decisión.
***
No había visto a Zayn en todo el día y no me atrevía a preguntarle a Valeria sobre él, así que solo le mande mensajes durante el resto del día.
Yo: Lo siento tanto, Zayn.
No respondió ninguno.
Ya estaba limpia, con mi pijama puesta y mi tarea hecha. Eran alrededor de las doce de la noche. Mi madre me había avisado desde temprano que saldría con sus amigas y no llegaría hasta muy tarde. Aun no regresaba, lo que significaba que estaba sola.
Antes no me molestaba, la soledad.
Ahora la siento como un agujero oscuro y silencioso dentro de mi pecho. Eres insoportable y me vuelve loca.
Pocos minutos después de mi ultimo mensaje, Zayn me escribió. Inhalé con brusquedad y tomé mi celular con una gran sonrisa que se borró tan pronto terminé de leer su mensaje.
Zayn: No estoy molesto contigo. No quiero que pienses eso. Pero tampoco puedo estar contigo ahora. Dame unos días. Quiero ser el amigo que necesitas. Solo dame tiempo.
Mi corazón se estrujó.
¿Tiempo? ¿Él quería que nos diéramos un tiempo?
Yo: ¿Ya no quieres que nos veamos?
Zayn: Solo un par de semanas.
Me hundí en mi cama. No quería esto. No quería que se sintiera con la necesidad de alejarse de mi. Por eso no quería darle falsas esperanzas, pero no sé medirme cuando estoy a su alrededor. Si me abraza o mira de la forma en la que lo hace, se me hace completamente imposible alejarlo. Que lo vea a diario no ayudó en absoluto, mucho menos que sea mi vecino, ya que todas las tardes me hace compañía. Sabía que hacia mal en mantenerlo así, pero no quería que pensara que estaba intentando alejarlo de mi de nuevo. Ahora parece que haber tomado esa decisión fue un error.
No quiero que él se alejé de mi.
Pero...
Pero lo había herido. Mucho. Tantas veces.
Esta vez no era yo la que lo alejaba de mi. Esta vez era su decisión. ¿Cómo podía quitarle eso? Recordé una de las tantas promesas que le hice. Una de las más importantes:
No volveré a apartarte de mi, no si eso es lo que deseas.
Yo: ¿Es eso lo que deseas?
Escribió una respuesta por lo que parecieron minutos, horas. No aparté la mirada de la pantalla, sintiendo tanto en esos instantes. Y entonces...
Zayn: Sí.
Incluso él necesitaba un tiempo lejos de todo lo que soy. Todo lo que le hice.
Justo como Emma.
Así que, a pesar de que dolió, escribí:
Yo: Esta bien, Zayn.
Solo quiero que seas feliz, quise agregar.
No lo hice.
Zayn no respondió.
Cerré mis ojos.
¿Cómo?
Me puse de pie, mi pecho subiendo y bajando con respiraciones irregulares. ¿Un maldito ataque de ansiedad? Quise reírme, llorar. Gritar. Caminé por mi habitación, pero no podía tranquilizarme. No podía controlarme.
¿Cómo?
Giré y mi cadera golpeó la esquina de mi escritorio. Gemí del dolor y me doble. Mis manos se sostuvieron con fuerza de mi silla giratoria mientras intentaba empujar aire por mis pulmones.
¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo?
Abrí los ojos. Frente a mi se encontraba un tarro gigante con dulces.
Pero no cualquier clase de dulce.
Eran dulces rojos, de distintas marcas y sabores.
Fue uno de los regalos de forma anónima que alguien me dio en San Valentín. Tiré las tarjetas y rosas. Pero no esto. Incluso cuando estaba tan perdida y triste como en ese entonces, no pude ser capaz de tirar esto. Porque sabía que no era de alguien al azar. Solo alguien que me conocía de verdad sabría que mis dulces favoritos son los rojos, sin importar su marca o sabor.
Y sabía quien había sido.
Nunca se lo pregunté, incluso después de que volvimos a hablar. Incluso después de que le contara la verdad. Nunca se lo pregunté.
Estaba tan asustada.
Tan perdida.
¿Cómo?
Fue casi sin pensarlo. Una acción tomada por el nudo de emociones en mi interior. Un impulso. Un castigo. Levanté la mano y tiré el tarro con fuerza. El ruido que ocasionó fue fuerte y caótico y se asemejaba al enjambre de pensamientos en mi mente.
Pero no era suficiente.
Caí de rodillas y estas se astillaron por los trozos de cristal, pero no me importó. Acerqué mis manos al desorden y tomé los fragmentos con fuerza. Inhalé con brusquedad ante las punzadas de dolor. Exhalé cuando la sangre se deslizó entre mis dedos.
Entonces, lo vi.
Era tan pequeña. Al principio lo confundí con una moneda, pero esto parecía más brillante. Mas hermoso. Tuve que acercarme para enfocarlo bien, para entender lo que era.
Una plumilla de plata.
Me quedé helada.
¿Cómo?
Con mi mano temblorosa, levanté la plumilla del desorden del suelo. Estaba impecable. Entonces la deslicé por mi palma y se cubrió de pequeñas gotas de sangre. La giré entre mis dedos.
Sollocé.
Tenía un grabado. Pequeñas y preciosas letras en cursiva que decían:
Don't stop believin.
-Zayn. -susurré.
¿Cómo logré alejarte de mi?
Narra Rebeca:
-Honestamente, ya me da igual si estas o no con mi hermano. Simplemente resuelvan sus problemas antes de que cometa asesinato en contra de mi propia familia. Lo juro, es como convivir con un perro rabioso, Diana.
-¡No tendríamos ningún problema si tu no le hubieras dicho que me gusta Dylan! -Diana exclamó con irritación.
-¡Pensé que él ya lo sabía! -Fanny se quejó- Deberían de tener más comunicación dentro de su relación.
-Por amor de Dios, no tenemos ninguna relación, Estefania. -Diana la miró con exasperación- ¡Solo follamos!
-¿Quieres un micrófono, Diana? -Marifer dijo entre dientes- Creo que los niños del salón de juegos no te alcanzaron a escuchar.
Las personas a nuestro alrededor nos miraron con interés y disgusto. Saqué mi celular y fingí que escribía un texto como si fuera lo más importante del mundo. Escuché a un niño a dos mesas de distancia preguntarle su papá sobre lo que mis amigas hablaban. Tuve que hacer un gran esfuerzo por no soltar una carcajada.
-Deberíamos simplemente dejar de venir a McDonald's para hablar sobre estas cosas. -Kenia le frunció el ceño a una mujer y su hijo pequeño, quienes recogieron sus cosas para cambiarse a una mesa más alejada de nosotras- Ademas, ahora estaremos demasiado inflamadas por comer comida chatarra como para ir a buscar nuestros vestidos. Enserio, esta es la peor idea que hemos tenido.
-Tu fuiste la que pidió una nieve de postre. -le recordé con burla.
-La peor idea que hemos tenido. -repitió con extrema tristeza.
-No podemos posponer esto de nuevo. -Mia espetó- En tres semanas será el baile de graduación y si no comenzamos a buscar ahora, terminaremos usando algo que al final odiaremos y no quiero que en el futuro me de vergüenza mostrar mis fotos de graduación solo porque elegí el color o ajuste incorrecto.
-No elegirás nada que no quieras usar. -Mariana, quien estaba sentada en la mesa continua y tenía que girarse para poder hablar con nosotras, rodó los ojos- Por eso venimos juntas. No puede salir nada horrible de un nido de víboras como nosotras. Confía en mi, te diremos si nos gusta lo que elijas o no.
-No me importan las criticas siempre y cuando me mantengan alejada de cualquier vestido con olanes. -Fanny se estremeció- Odio esas cosas.
-A mi me gustaría algo azul marino. -Ximena frunció los labios por la concentración- Tal vez un vestido largo, aun estoy indecisa sobre eso.
-Todas deberíamos de usar vestidos largos. -Natalia, quien llevaba meses intentando persuadirnos de seguir su idea, hizo un puchero- Nos veríamos tan elegantes.
-No llevo meses corriendo diariamente cinco kilómetros solo para terminar usando algo que oculte mis piernas. -Kenia negó con la cabeza.
-¿_______ ya no corre contigo? -preguntó Diana- Ya nunca lo volvieron a mencionar.
Kenia resopló. Hace una semana le propuso a _______ la idea de correr juntas, ya que nuestra amiga nos había expresado que este ejercicio la relaja después de tener pesadillas. Había escuchado que salieron juntas un día entre semana, pero nunca volvieron a hablar del tema.
-Se dio por vencida después del primer intento, la cobarde. -se rio- Dijo que le gustaba correr, pero no tenia la condición de Flash como yo para seguir mi ritmo.
-Hablando de ella, ¿realmente no va a venir? -pregunté con el ceño fruncido- Se que aun no esta segura de ir al baile, pero pudo ayudarnos a elegir, por lo menos.
-Esta nerviosa por lo de Emma. -Valeria, como siempre, fue en su defensa- Solo no esta de humor.
Ayer en la hora de receso ________ nos dijo que su hermana vendría de visita. No parecía contenta o triste. De hecho, parecía demasiado... tranquila. Casi como si no le importara, o como si quisiera que nosotros creyéramos que no le importaba en absoluto. Y en realidad no la culpaba.
¿Cómo podrías sentirse por ver finalmente a alguien que claramente hizo todo toque estuvo en su poder para que te alejaras de su vida?
________ estaba en todo su derecho de estar... desanimada.
-¿Se dan cuenta de que cada vez que ________ hace progresos le mencionan algo de Emma y vuelve a decaer? -Marifer preguntó con amargura.
Ximena suspiró.
-No me mal entiendan. Ya era de hora de que se volvieran a ver, pero una parte de mi desearía que aun no lo hicieran. Emma fue horrible con ella.
-No podemos juzgar lo que no conocemos. -Valeria dijo con brusquedad.
Todas la miramos fijamente.
-¿Hay algo que sepas tu, pero nosotras no? -Maf la miró con sospecha.
Valeria hizo una mueca.
-Nope. -llenó su boca de papas fritas, como si eso pudiera salvarla de nosotras.
-¿Qué te dijo? -Mariana entrecerró sus ojos en su dirección.
Valeria suspiró y tomó su celular para ignorar nuestras miradas. Mia maldijo, exasperada.
-Valeria, realmente esta comenzando a ser estresante esta actitud suya de guardar secretos grandes. ¿Y si lo que ocultan es grave y... ?
-Es grave, pero no es nuestro asunto. -ante las miradas incrédulas de todas, Valeria se encogió de hombros- Miren, no es un secreto de __________, sino de Emma. Ambas... tuvieron una gran discusión y por eso Emma fue... así. No la estoy excusando, pero estoy de acuerdo en que deben verse para resolverlo entre ellas. Sin nuestra ayuda. _________ esta nerviosa porque dejó su relación realmente mal antes de regresar a casa y creo que tiene miedo de que Emma siga enojada con ella. Eso es todo. ¿Podemos ir ahora a comprar vestidos o prefieren ir por una segunda ronda de postres?
-Jódete, yo me llevaré una malteada para llevar. -Diana murmuró.
***
Estábamos entrando a la primer tienda de vestidos cuando Natalia me pellizcó el brazo. Siseé del dolor y la alejé de un manotazo antes de verla hacerme señas, con expresión sorprendida, hacia el interior de la tienda. Giré para ver lo que le había llamado la atención. Probablemente algún vestido o...
Carajo.
-¡Mira este! -Tamara, mi ex mejor amiga, acercó un vestido color verde esmeralda, que contrastaría de forma maravillosa con su piel oscura, hacia el rostro de una chica de cabello negro y lacio.
Tiffany. Y, a un lado de ellas se encontraba Kim. A la distancia podía ver a Rachel, quien conversaba animadamente con Naomi y Megan. Parecía que el grupo selecto de las animadoras había tenido la misma idea que nosotros.
Simplemente genial.
Y, como si la vida nos odiara en absoluto, Celina salió de uno de los vestidores usando un vestido rojo con corte de sirena que se ajustaba a cada una de sus curvas, luciendo impresionante y hermosa.
-Hija de su...
-Solo venimos a ver vestidos. -interrumpí a Mia, quien lucía como si sufriera- Solo... ignorémoslas.
-Ahora si me siento mal por haber comido las papas restantes de Mariana. -murmuró Fanny mientras miraba a las animadoras, quienes tenían cuerpos tonificados por nuestro arduo entrenamiento.
-Ignóralas. -repetí, tal vez con más aspereza de lo debido.
Diana hizo una mueca al ver a Kim, la chica que solía ser la antigua amiga con beneficios de Josh.
-Podríamos ir a otra tienda o...
Demasiado tarde.
Las animadoras nos habían visto.
Tamara palideció ligeramente al verme. Intentó sonreír, pero fue algo tenso y falso. Fingí no verla. Mia suspiró.
-Supongo que solo vamos a ignorarlas. -dijo en voz baja, solo para que nosotras la escucháramos.
Y fue la cosa más difícil del jodido mundo.
Nos separamos alrededor de la tienda. Mia se mantuvo a mi lado, concentrada únicamente en buscar el vestido perfecto. Estaba inspeccionando la sección de vestidos cortos cuando escuché las indudables voces de Naomi y Tamara.
-Niall se va a morir cuando te vea con esto.
Rodeé mis ojos y fingí seguir en mi búsqueda.
-No me gusta que esté tan suelto del busto. -Tamara murmuró.
-Creo que el punto de este vestido es el escote largo, tonta. -Naomi se rio- Tu hombre no sabrá que hacer.
-¿Pudes parar? -siseó- No todo es sobre Niall.
-¿Aun están pelados?
¿Qué?
-No es eso. Él es bueno conmigo, solo... no siento tanta conexión como antes. Se ha vuelto muy aburrido, ya lo sabes. Y el buen sexo ni siquiera lo compensa... -Tamara respiró entrecortadamente, lo que me hizo sospechar que ya me había visto.
Para mi suerte, escucharla no me había hecho detenerme. Me encontraba sacando un vestido de una bolsa de platico transparente cuando me vio. No me detuve, saqué el vestido, el cual no me gustó y lo regresé a su lugar. Seguí como si nada hubiera sucedido y solo un par de minutos después, la escuché decir, con voz fuerte y clara:
-Niall y yo estamos bien. Lo resolveremos, como siempre.
No me detuve por ella, ni por nadie.
Naomi se rio.
-Niall esta tan enamorado de ti. Lo tienes prácticamente envuelto alrededor de tu dedo, así que te creo. Tuve un novio parecido hace un par de años. Era un poco tonto, pero bueno. No era mi estilo, pero que bien lo hacia. Supongo que ellos solo son buenos para eso, ¿me entiendes? -su voz chorreaba de la burla, mucho más alta que la de Tamara. Incluso Mia frunció el ceño- ¿Usaste la lencería que compramos hace unas semanas? Esto no es nada que una buena follada no pueda...
-Absolutamente nadie merece escuchar esta clase de porquerías, Naomi. -una voz femenina la interrumpió. Mis ojos se ampliaron- Guarda tus anécdotas sexuales para tu diario o el pobre diablo que sea tu novio ahora.
_________.
Estaba a unos pasos de ellas, viéndose aburrida y tranquila. Demasiado tranquila. Tamara tenía el rostro rojo de la vergüenza. Naomi parecía molesta.
-¿Y a ti que carajos te importa? -dijo entre dientes- ¡Este es un país libre! Puedo gritar lo que se me venga en gana, maldita perra. ¿Crees que puedes callarme solo porque se te da la puta gana? No me importa si tu trasero virgen no sea...
-Ya basta.
Celina apareció de una sección de vestidos primaverales. Esta vez usaba ropa sencilla. Miró a Naomi con cansancio, como si acabara de encontrar a su mascota orinando dentro de su casa.
-¿Otra vez haciendo el ridículo, Naomi? -preguntó.
La mencionada frunció el ceño.
-La única que hace el ridículo es...
-Me da igual. -la cortó con frialdad- Vinimos de compras. Ahorranos la vergüenza de ser expulsadas de la tienda y cierra la boca por una vez en tu vida.
-Celina, ella no...
-¿Qué? -Tamara parecía nerviosa de que ahora Celina concentrara su atención en ella. Negó rápidamente con la cabeza, como si se disculpara- Bien, ¿tienen algo más que decir o seguirán obstruyendo el pasillo? La gente quiere pasar.
Me miró entonces. Fingí no escucharla y seguí en lo mío. Tamara y Naomi se movieron rápidamente. Me pregunté, no por primera vez, porque siempre se dejaban mangonear por Celina.
________ pareció pensar lo mismo, porque lo siguiente que dijo fue:
-¿Si quiera las vez como tus amigas o solo son estas chicas que te lamerían el culo si se los ordenaras?
Mia soltó una carcajada, ignorando la mirada fría que Celina le lanzaba. Regresó rápidamente con ________, alzando la ceja y cruzándose de brazos.
-¿Lo dices tu, la misma que cambia de amigas cada mes?
_________ sonrió, pero fue algo frío y cruel. Estaba impresionada. Jamás había visto este lado suyo.
-No sabía que me seguías el rastro después de salir de tu secta. -inclinó ligeramente la cabeza- Que tierno. Casi parece como si tuvieras corazón o comprendieras las emociones humanas.
Pensé que Celina la insultaría o le respondería algo igual de hiriente, en su lugar, nos sorprendió a todas al reírse entre dientes.
-Siempre es un placer hablar contigo, ________.
Ella la vio con los ojos entrecerrados, sin dejarse engañar.
-Dile a tus perritos falderos que dejen en paz a mis amigas. -espetó.
Celina sonrió y fue como un felino mostrando sus dientes antes de soltar runa mordida asesina.
-¿O qué?
-No necesito hacer nada. -______ resopló- Ellas claramente se humillan por su cuenta.
-¿Quien lo diría? -Celina la rodeó para salir del pasillo- No eres tan inocente como todos piensan. Que gran alivio, pensé que solo tenias complejo de mosquito muerta.
-Jódete.
Celina sonrió como si quisiera decir algo ingenioso, en su lugar, solo canturreó:
-Nos vemos luego, ________.
Y nos dejó, contoneando las caderas con cada paso que daba. ________ rodó los ojos y nos miró. No. Solo me miraba a mi. Ya no parecía tan fría como antes, sino un poco preocupada cuando preguntó en voz baja:
-¿Estas bien, Rebeca?
Me encogí de hombros. Mia, bendita sea, me rodeó con uno de sus brazos y le dio una sonrisa alegré a nuestra amiga.
-¿Desde cuando le perdiste el miedo a Celina? -se rio- Pensé que la chica te ponía nerviosa.
-Ya no es mi capitana. Se puede ir directamente al carajo. -frunció el ceño- ¿Esto sucede a menudo? ¿Siempre te molestan, Rebeca?
-¿Molestarme? -alcé mis cejas- ¿Te refieres a que Tamara me restriegue en la cara que se folla a Niall? Si, pasa una o dos veces a la semana durante los entrenamientos.
-Maldita perra. -murmuró- ¿Por qué no lo dijiste antes?
Mia frunció el ceño.
-Pensamos que ellas eran tus amigas.
_________ parpadeó y, por un segundo, lució un poco culpable.
-Ustedes son mis únicas amigas. -dijo con fiereza- A ellas ni siquiera las conozco y les importo una mierda, como podrán notar.
-Te sentaste con ellas por un par de semanas para almorzar. -le recordé.
-Entonces, ¿qué? ¿Debería comprarles un brazalete de la amistad? -resopló- Honestamente, no tengo nada contra ellas. Pero no me gusta la forma en la que las tratan a ustedes. Si vuelven a molestarte solo dímelo y yo me encargaré de ellas.
-Dios, ______. -me reí- Pareces un personaje de la mafia. No necesito que te "encargues" de nadie por mi. Estoy bien. Ademas... Ya casi perdí mi flechazo por Niall.
-¿Estas segura de eso? -entrecerró sus ojos- Hace unos minutos miraste a Tamara como si desearas partirle la cara.
-No lo hice. -murmuré.
-Lo hiciste. -Mia estuvo de acuerdo. Me alejé de su abrazo, lo cual la hizo soltar una carcajada.
-Honestamente, no sabía a quien defender de quien. -________ continuó.
-Cállate.
-Pensé que la destrozarías.
-¿Qué haces aquí? -me crucé de brazos- Pensé que no querías tener nada que ver con el baile.
__________ sonrió como si supiera que la usaba como distracción.
-Decidí que podría venir y burlarme de sus opciones de vestidos. Vi hace un rato a Diana cargando una monstruosidad enorme y llena de flores de colores. Bastante pintoresco, si me lo preguntan.
-Zorra. -Mia murmuró- No te preocupes, te buscaré algo igual de lindo. No puedes acompañarnos y no vivir toda la experiencia.
Para nuestra sorpresa, ________ aceptó.
-Tienes razón. -suspiró- Y aunque adoro tu sentido de la moda, prefiero mil veces buscar algo por mi cuenta. Gracias.
-Como quieras. -respondió Mia, demasiado satisfecha de tener a ________ abordo como para sentirse ofendida por su rechazo.
Yo no fui tan indulgente. Esperé a que Mia se alejara para finalmente acercarme a _______.
-¿Qué te hizo cambiar realmente de opinion?
Su sonrisa volvió, solo que no era cruel o burlona. Era algo suave y triste.
-Alguien me dijo que no dejara de creer. -murmuró- Fue una frase muy vaga, pero me recordó que debo de seguir adelante.
-¿Seguir adelante con qué? -pregunté, curiosa.
Ella solo se encogió de hombros antes de responder con suavidad:
-Con la vida. -me miró a los ojos- Solo... no quiero detenerme ahora. Las tendré solo por unos meses más. Quiero aprovechar cada minuto que nos quede juntas.
-Lo dices como si mudarte significara que ya nunca nos volverás a ver. -dije, intentando sonar bromista y despreocupada. Pero la mirada triste en sus ojos no desistió cuando dijo:
-Solo quiero... ser feliz. -sonrió un poco- Y ustedes me hacen muy feliz, ¿sabes?
-Por supuesto que si. -resoplé- ¿Qué harías sin nosotras?
-No lo sé. -murmuró y antes de que pudiera preguntar algo más, Valeria la llamó desde el otro extremo de la tienda.
Pronto el resto de nuestras amigas se enteró de su presencia. La obligamos a probarse varios vestidos y reímos cuando aceptó usar un trozo de tela amarillo neon que parecía de los ochentas.
Y, si.
Ella estaba feliz, pero ese ligero brillo triste no dejó sus ojos por un buen rato.
Nos movimos de tienda en tienda. Después de la tercera tienda ya tenia una idea clara de lo que quería usar. Tal vez este día no compraría mi vestido, pero ya me sentía más decidida que antes. Quería usar un vestido largo y oscuro. Tal vez algo sin tiras.
Cuando no mantenía mi mente ocupada en eso, pensé en Niall.
Por supuesto que lo hice.
Quiero decir, ¿realmente las cosas entre él y Tamara estaban así de mal?
Odie que ella lo tuviera y no se sintiera satisfecha. Escucharla llamarlo aburrido me hizo querer saltar sobre ella. ________ no estaba equivocada con eso. Suspiré. Realmente intentaba olvidar mi estúpido flechazo por él. No era nada sano, pero Niall era simplemente un chico increíble.
Odiaba que Tamara no lo viera.
Y, a pesar de todo, realmente deseé que ella no lo lastimara.
Niall no lo merecía, en absoluto.
Después de todo, él si parecía enamorado de verdad. Recordarme eso fue como recibir una patada en el estomago. Las cosas entre nosotros no habían pasado de ser corteses uno con el otro. No podíamos tener el mismo grupo de amigos y tratarnos mal. Ademas, yo no quería ser mala con él.
No era su culpa no... quererme.
Tal vez todo sería más sencillo si solo...
-Que carajos. -Ximena exclamó.
Salí rápidamente de mis pensamientos. Ya era de noche y solo Mariana, Natalia, Marifer, Diana y Ximena habían encontrado y comprado su vestido. Nos encontrábamos en el estacionamiento de una de las tiendas en el centro de la ciudad.
Entonces, empezó el caos.
Valeria jadeó del horror cuando se acercó a los autos.
-¿Qué pasa? -pregunté, alarmada- ¿Qué... ?
Mis ojos se ampliaron. Uno de los autos se encontraba con todas las ventanas rotas. Había pintura roja cubriendo gran parte de la superficie, escurriéndose dentro del auto.
El auto le pertenecía a _______.
Ella no había gritado o maldecido. Su rostro estaba claramente en shock mientras se acercaba al asiento de copiloto y abría la puerta. Entonces... algo cayó del asiento, rodando sobre sus pies.
Su grito nos alarmó a todas.
Corrimos hacia ella, solo para acompañarla en su horror.
Había un loro grande, sus plumas blancas estaban machadas de sangre. Tenía el vientre abierto y sus restos esparcidos entre el asiento y el suelo.
Había una nota clavada en uno de sus ojos. Estaba escrita en mayúsculas con un marcador rojo.
ESTO PASA CON LOS PÁJAROS QUE CUENTAN LO QUE SABEN.
_________ se estremeció violentamente hasta chocar contra Marifer, la persona que se encontraba detrás suyo. Nos miró, con sus ojos amplios y atormentados. Estaba pálida y pensé que en cualquier momento se desmayaría, pero solo fue capaz de mirarnos y susurrar:
-Isabela.
***
¡Hola!
Se que lo del tarro de dulces parece sacado de la nada, pero fue parte del capitulo 120 llamado "Broken pieces". Aquí les adjunto el fragmento donde lo mencioné:
A veces, permanecía lo que parecían horas y horas mirando fijamente el enorme tarro que se encontraba sobre mi escritorio. Alguna persona misteriosa lo envió a través del correo de San Valentín que el instituto organizó hace un mes atrás. Sin embargo, no fue lo único que recibí ese día. Me enviaron dos cajas de chocolates, un ramo de rosas rojas, tres tarjetas con diseños de San Valentín y ese enorme tarro de vidrio. Lo último fue lo que más llamó mi atención. Contenía dulces adentro, pero no cualquier clase de dulces. Desde Skittles, hasta osos de goma, chicles, regaliz de fresa, paletas de cereza y muchos otros más dulces.
Todos eran rojos. Mis favoritos.
Eso fue lo único de todo lo que me dieron que decidí no tirar a la basura. Tampoco comí ninguno. Había algo en ellos, algo que siempre capturaba mi atención. Algo que me impedía si quiera abrir el recipiente. Mirar el tarro por horas no perecía ser lo más normal del mundo, sin embargo, casi nada lo era últimamente.
Y eso ya no importaba.
Y el grabado que tiene la plumilla es de la canción de Journey. Este es por el capitulo 80 que se llama "#TeamZayn". Aquí les dejo algo del fragmento, porque es muy largo:
-¿Es una de tus canciones favoritas en general o de la serie?- inquirió, curioso.
-En general- hice una pausa, no muy segura de seguir hablando... Al diablo, él quiere que no guarde ningún secreto –De hecho, gracias a esta canción me di cuenta de que no está mal seguir mis sueños... y, además, me ayudo hacer unas cuantas cosas más...
-¿Qué cosas?
Hizo que la canción volviera a empezar.
-Sube el volumen y cuando acabe la canción te muestro.
-¿"Muestro"?
-Aun no escuchó bien la canción, Zayn- le recordé, divertida.
Rodo los ojos y subió todo el volumen.
Just a small town girl
Livin' in a lonely world
She took the midnight train goin' anywhere
Siempre he visto y disfrutado de la relación que hace la letra de una canción con mi vida. Pero esta canción... es como mi esencia. Me recuerda que no importa los obstáculos que me de la vida o los errores que llegue a cometer, porque al final no debo dejar de creer que en el futuro lograre todo lo que me proponga.
Debo de creer que es posible seguir adelante.
Zayn se vuelve a acostar a mi lado. Me sonríe y yo le devuelvo el gesto, solo que el mío es por la emoción que las notas musicales causan sobre mi cuerpo. Así es como, sin importarme si quiera un poco el hecho de que enfrente de mi está el chico que logra desordenar cada uno de mis pensamientos desde el comienzo hasta el final del día, me paró sobre mi cama y comienzo a saltar, sintiendo el increíble sonido creado por Neal Schon sobre la guitarra eléctrica.
Espero que les haya gustado el capitulo, se viene mucho drama, como siempre.
He estado planeando la continuación de esta historia.
Si, habrá continuación y ya tengo mucho de ella escrita. Empezó como un experimento, porque antes pensaba terminar la historia de una forma abierta. Pero pensé que ustedes merecían un final mas detallado. Así que después de pensarlo mucho empecé a trazar la continuación. Me refiero a que antes era un final abierto porque sucederían algunas cosas importantes que cambiaran el trama por completo y no sabía si debería dejarlo así y dejar que ustedes se imaginen el resto o simplemente explicarles lo que en mi mente sucederá.
Así que haré la continuación.
Ya casi se acerca el final de esta segunda parte.
Que emoción, ¿no?
LAS AMOADORO
-Miranda