Como estrella fugaz

By Maggmon

110K 13K 1.9K

Para Gia Beckman, y su atareada agenda, no hay lugar para la diversión. De hecho, rara vez se da un respiro d... More

S i n o p s i s
P r ó l o g o
N o v i e m b r e
G i a - S t e v e n
H o y
C a p í t u l o 1 : El resfrío.
C a p í t u l o 2: Maldito seas, Steven Fry.
C a p í t u l o 3 : El canal de Steven.
C a pí t u l o 4 : Ha comenzado a seguirte.
C a p í t u l o 5: Entre emojis, corazones y mensajes.
C a p í t u l o 6: La mejor pizza.
C a p í t u l o 7: Distracción.
C a p í t u l o 8: Corazón acelerado.
C a p í t u l o 9: Invitación a la ¿tranquilidad?
C a p í t u l o 10: Un nuevo camino.
C a p í t u l o 11: El arriesgo.
C a p í t u l o 12: el chef y la autora best seller.
C a p í t u l o 13: Cuando lo intenso es bueno.
C a p í t u l o 14: Fuegos artificiales.
C a p í t u l o 15: Un baile por la sala, y un te quiero al final.
C a p í t u l o 16: Al ritmo del te quiero.
C a p í t u l o 17: Valió la pena esperar.
C a p í t u l o 18: El destino lo quiso así.
C a p í t u l o 19: Culpables.
C a p í t u l o 20: la burbuja y el insulto.
C a p í t u l o 21: Ponte cómoda, aún queda mucho.
C a p í t u l o 22: Nora y Ross.
C a p í t u l o 23: Nuevas sonrisas
C a p í t u l o 24: Una nueva yo.
C a p í t u l o 25: La prueba.
C a p í t u l o 26: Noche de amigas, y una canción.
C a p í t u l o 27: Los resultados.
C a p í t u l o 28: Retos y selfies con Edward Cullen.
C a p í t u l o 29: Super alegría y la reina unicornio.
C a p í t u l o 30: Inspiración.
C a p í t u l o 31: Maratón de Crepúsculo.
C a p í t u l o 32: ¿Qué haría yo sin ti?
C a p í t u l o 33: Avenida Atlas.
C a p í t u l o 34: La lista.
C a p í t u l o 35: Ser fuerte.
C a p í t u l o 36: La mejor estrella.
C a p í t u l o 37: El deseo de la estrella.
C a p í t u l o 38: Un brindis por Steven Fry
Momentos finales.
C a p í t u l o 40: Lo que hicimos.
C a p í t u l o 41: Vamos a estar bien.
C a p í t u l o 42: Tanto amor.
E p í l o g o
A g r a d e c i m i e n t o s
A n u n c i o : El deseo de la estrella.

C a p í t u l o 39: Una sonrisa al cielo.

1.3K 184 19
By Maggmon



—¿Diga? —atiendo la llamada que escuché de pura casualidad.

—Buenos días, ¿hablo con Gia Beckman?

—Si, ella habla.

Me siento en el sofá, Penélope se acomoda a mi lado y pide por mi atención.

—Señorita, ¿cómo le va? Soy Ruby, la llamo por parte de su compañía telefónica. Hemos notado la ausencia de su falta de pago, y queremos hacer un seguimiento de su caso. Ya que, como bien me he informado, no es algo que ocurra.

Respiro profundo. Me he olvidado de todo esto, y la boleta de esta compañía no es la única que no he abonado.

Ruby sigue hablando, quiere saber el motivo de mi falta de pago, y demás. No me da tiempo a responder nada de lo que me pregunta, sólo tiene interés en saber si voy a abonar y cuándo.

—¿Puedes enviarme por mail lo que debo? —pregunto.

—¡Claro que si! Lo tenemos registrado.

—Bien. Haré mi pago el día de hoy. Gracias, Ruby. Que tengas un buen día.

—Gracias a usted, señorita. Buen día.

Ruby corta la llamada, y yo dejo el móvil sobre la mesa de café. Lo observo con atención, y cuando pienso en el reto que me trajo hasta este llamado, sonrío.

Vuelvo a coger el móvil, y me dirijo hacia mi casilla de mail personal. Y no sólo me ha escrito Ruby con el informe que le pedí, sino que también me han escrito las otras dos compañías a quienes les debo dinero.

Me río un poco mientras le respondo a todos, pidiendo información para ponerme al día con las cuentas. Y, tal como le dije a Ruby, realizo mi pago online y quedo al día con la compañía telefónica.

Mis ojos caen en Penélope, quien me ronronea.

—Sí, lo sé, se debe estar riendo de mí —le digo, con una sonrisa.

El día de hoy tiene todos los puntos a favor para ser el más agradable. En el cielo no hay ninguna nube, y los rayos del sol no son lo suficientemente fuertes como para ser dañinos para la piel, lo he comprobado cuando salí por un momento a acompañar a Penélope, que muy gustosa se acostó un buen rato bajo el sol.

Pienso en salir un poco de aquí, eso es algo que puede dejar tranquilos a quienes me quieren y se preocupan por mí.

Pienso en que sería una buena idea ir al lago Fills, lugar donde se dió mi primera cita con Steven.

Y pienso también en que no quiero ir sola, una parte de mi... bueno, una gran parte, teme por sentir demasiado, al punto de entrar en crisis, y no sería algo bueno de pasar, no sola. Así que vuelvo a coger el móvil, y llamo a Lisa. Podría haberle dicho a Will, pero ha salido con sus amigos. Y vaya que tuve que insistir para que lo hiciera, casi que se pierde la salida por mí, para cuidarme.

—¡Gia! —dice al atender. No sé si se alegra, o se aterra por mi llamada repentina—. ¿Pasó algo? ¿Estás bien? —fue un grito de alerta entonces.

—No paso nada. ¿Estas ocupada?

—No, Carl se ha ido y había decidido hacer día de limpieza. Pero cualquier cosa es mejor que eso.

Sonrío.

—¿Quieres venir conmigo al lago Fills? Tengo ganas de hacerlo, pero no quiero ir sola.

—Claro que quiero, amiga. Pasaré por ti en cuanto me prepare, ¿de acuerdo? ¿O quieres manejar tú?

—No, ven por mi.

Al cortar la llamada, subo hasta la habitación. Desde la ventana puedo ver mi auto, Randall pudo alcanzarlo hasta aquí un día después del accidente, y desde entonces, no lo he encendido, ni tampoco me he subido. No me atrevo, fue el último lugar donde Steven estaba conmigo, y es por eso que no puedo.

Mi padre, cada vez que viene, lo enciende. Dice que puede ser muy malo para un auto si no se enciende por días, o semanas. A decir verdad, no es algo que me importe, aún así, acepto su ayuda.

El maullido de Penélope capta mi atención, y cuando volteo, la veo sentada sobre la cama.

—No voy a tardar, te lo prometo. Además, Will llegará pronto —acaricio su cabeza—. Puedo traerte atún al volver —me siento a su lado y ronronea—. ¡Si? Eso te gustaría, ¿verdad? —sonrío.

Escucho el claxon de Lisa, así que me despido de Penélope, cojo mi abrigo y salgo de la casa. Cuando me subo al auto, mi mejor amiga me rodea fuerte con sus brazos, y agradezco que no opine sobre mi delgadez, ni tampoco sobre mi vestimenta. Lo único puesto que llevo mío son las zapatillas, y la ropa interior. El pantalón de algodón negro, la camisa a cuadros roja, y el cardigan gris, son de Steven.

Mi madre si ha opinado al respecto, y sé que no lo ha hecho con malas intenciones, pero aún así, su comentario no me cayó muy bien que digamos. Por suerte estaban mi padre y Will para hacerle entender que son mis tiempos, y decisiones. Will dijo que no hay nada de malo en lo que hago, y lo agradecí, estaba empezando a convencerme de que había enloquecido.

En el trayecto, le escribo a mi hermano, le aviso que salí con Lisa, y se alegra por eso. Tanto que tiene ganas de cocinar esta noche.

—¿Quieres quedarte a cenar luego? —le pregunto a Lisa—. Will cocinará.

—¿En serio?

—Ha estado viendo algunas recetas, y soy su conejillo de indias.

Se ríe.

—Me gustaría sumarme al club de conejillos.

—Dile a Carl que venga.

—Se lo diré.

Suspiro.

—Cuando no estoy sola puedo comer bien, ¿sabes?

—Me alegra oír eso, amiga. Y también me ha alegrado tu llamado.

—He pagado una de mis deudas —digo y se ríe—. Luego debo ponerme al día con las otras dos.

—Creí que ya lo habías hecho, hace rato.

—No está tan mal. Sin embargo, no lo volveré a hacer. Menos ahora que no estoy trabajando. Por suerte tengo ahorros.

—Sabes que si necesitas dinero, puedes pedirme, ¿cierto?

—Sí, lo sé. Randall me ha dicho lo mismo. Pero estoy bien, gracias de todos modos.

Lisa me mira y sonríe. Sus ojos se llenan de lágrimas, y cuando frunzo el ceño, niega con la cabeza sin dejar de sonreír.

—Sólo me pone feliz escucharte, eso es todo. Te he echado de menos.

—Oh... yo también. Lo siento por alejarme.

—No, nada de eso, lo entiendo.

Nos sonreímos. Amo a Lisa, y mucho. Es la mejor amiga de todas las mejores amigas que existen.

Llegamos al lago Fills, y al bajar del auto, la carga de recuerdos se hace presente. De repente, no estoy aquí con Lisa, sino que estoy con Steven, diciéndome que este lago es mucho más hermoso que Trevi. Lo veo con una sonrisa hermosa, instalando nuestras cosas frente al agua cristalina, rodeado de familias. Y hasta parece que lo escucho tocar canciones de James Bay, sólo porque sabe que es mi favorito.

Jamás me hubiera imaginado nada de lo que nos pasó luego de ese paseo, pero estoy enormemente agradecida por cada momento, por cada segundo junto con él.

Steven ha pedido mis sábados para demostrarme todas las cosas que me estaba perdiendo por estar ocupada. Me ha enseñado lo hermoso de la vida, sin darse cuenta de que él estaba comenzando a hacer hermosa mi vida.

Los paisajes que he visto no tienen comparación alguna luego de haber visto su sonrisa. El cantar de los pájaros no se compara con el sonido de su risa, o de su voz al cantar.

Steven ha logrado que hasta el objeto más insignificante sea algo hermoso. Estar con él era ver grandeza en las cosas simples. El mundo era un lugar más maravilloso debido a él, y a su magia.

En su cuaderno, en el que ha escrito cosas para mí, ha dicho que yo soy una maga. Y no puedo estar de acuerdo con eso. El mago siempre fue y será él.

—Oh, Gia —dice Lisa, y me abraza cuando nota que estoy llorando. Y mientras lloro, ella permanece en silencio, ambas mirando hacia el lago.

Nos sentamos sobre la arena, sin dejar de mirar el reflejo del sol en el agua. A unos cuantos pasos de nosotras, hay una pareja de adolescentes. Se están riendo a carcajadas, y cuando los observo, el chico la alza entre sus brazos, la hace sonreír con lo que le dice y la besa. No sé cuál será la forma de beso pero, desde donde estoy, puedo notar que es de esos besos que te hacen sentir único en el mundo.

Suspiro y vuelvo a poner mis ojos sobre el agua, luego detengo mi atención en el paisaje. Jamás podré volver a este lugar sin pensar en él. Es suyo, siempre será suyo al haber sido nuestro.

—¿Voy a poder ser feliz sin él? —lanzo la pregunta, por el rabillo del ojo puedo ver que Lisa me mira. Le comento acerca del deseo de Steven, para que entienda a lo que me refiero.

—¿Cómo puedo ser feliz sin él, Lisa? No lo veo como algo posible. Fue fácil haberlo escuchado decir que sin él seguiría siendo yo. Pero ahora no encuentro la facilidad en eso, no tiene sentido.

—No le busques el sentido ahora, no lo vas a encontrar.

—Temo por nunca hacerlo.

—Lo harás, a tu tiempo, y forma lo harás.

Seco mis lágrimas, y dibujo garabatos en la arena con la pequeña rama de árbol que está a mi lado.

—En mi vida hay un antes y un después luego de Steven —agrego.

—Ya lo has dicho, hay un después. Tal vez ahora no lo veas como una posibilidad, pero con el tiempo lo harás. No te presiones, y no busques respuestas ahora, no te hagas esto —Lisa entrelaza su mano con la mía—. Te prometo que hay un después, le daremos sentido a eso.

Apoyo mi cabeza sobre su hombro, y le cuento una de mis anécdotas con Steven, una que nos hace reír a ambas. Luego de las risas, vino el suspiro y se instaló el silencio. Y es ahí cuando pienso en mi siguiente aventura.

—¿Lisa?

—Dime.

—¿Me harías el favor de acompañarme a los lugares que visité con Steven?

Lisa me da un apretón fuerte de manos.

—¿Cuál es nuestro próximo destino?

Le sonrío. Me alegra sentirme acompañada en ese deseo. Y ojalá, algún día, pueda hacer cada paseo en soledad, con los recuerdos abrigando a mi corazón.

Mis ojos se alzan hacia al cielo, en verdad que es un bonito día. Una brisa  se levanta, trae consigo el aroma del bosque que hay alrededor del lago. Una serie de memorias se instalan en mi mente, y sonrío por eso. Sonrío por él.

Siempre voy a sonreír por Steven Fry. Una sonrisa hasta el cielo, para ti.

Lali - Tu sonrisa.

Una muy hermosa canción que se acopla al capítulo.

¡Hola! Aquí les dejo el último capítulo de la semana, como les prometí. Y les aviso que he llegado al epílogo de la historia, ni bien actualice, me pongo con ello. 

Es una mezcla enorme de sensaciones, todas llenas de nostalgia. Fue una hermosa historia, y prometo un hermoso cierre. 

En la nueva semana que se aproxima, se termina esta historia. Son 42 capítulos en total. Así que si, esta semana actualizo el resto y el epílogo que luego voy a escribir.

La idea en mente me hace sonreír. Ojala ustedes sonrían también.

¡Gracias por leer!

Continue Reading

You'll Also Like

8.1K 286 14
Acenix y Mike últimamente, se han comporntado muy extrañamente, tartamudean mientras hablan, y Aceves piensan cosas raras ¿quieres saber que les est...
2.7K 295 32
me llamo tharcia tengo 19 años vivo en miami con mi mejor amiga Alejandra de 18 años nuestra vida es común y nos divertimos mucho juntas tenemos tamb...
689K 42.5K 46
Violet se muda a Londres con el alma hecha pedazos y sin grandes expectativas, lo último que espera es enamorarse, pero Park tambaleó su mundo con un...