C a p í t u l o 28: Retos y selfies con Edward Cullen.

1.4K 214 13
                                    

—No puedo hacerlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—No puedo hacerlo. Lo que me estás pidiendo es una completa locura.

En cuanto lo digo, Steven se muerde el labio inferior, intenta no reírse, pero se ve vencido y estalla en una carcajada.

Me cruzo de brazos, y al menos en mi mente, lo insulto por su burla. No entiendo la gracia de lo que está pasando.

Steven respira profundo, calma su risa, seca las lágrimas que ésta le provocó, y me mira.

—¿Entiendes que sólo te he pedido que pagues las cuentas un día antes de vencer, cierto?

Sí, sólo eso me pidió. Pero lo que para él es una simpleza, para mí no.

Cuando Lisa escucha lo que Steven me pidió, se echa a reír.

—Stev, ¿sabes con quien estás tratando? —le pregunta.

—Con alguien que, apenas recibe la boleta, ya la abona —le contesta—. Por cierto, ¿nunca te has quedado sin dinero? ¿Como es que no tienes problemas en pagar al instante?

—Se llama ahorrar —le contesto—. No derivo mi dinero en cosas insulsas —me mira fijo, y sonríe—. No voy a hacer una compra estúpida, Steven Fry.

Se ríe.

—Pero te has dado el gusto en algunas cosas, ¿verdad? Quiero creer —indaga y le saco la lengua. Se vuelve a reír frente a mí—. Y yo que pensaba que sólo eras la chica agenda.

Lo cierto es que sí, me he dado algún que otro gusto. Pero soy más de ahorrar, por si acaso, uno nunca sabe que puede pasar.

Mi padre me enseñó desde pequeña a saber administrar el dinero, por lo tanto, eso hago. Y por eso no se me complica, por suerte, llevar las cuentas al día. Bueno, muy exageradamente al día.

—Sólo te pido que abones las boletas mañana —pide Steven.

—O en una semana —interviene Lisa.

—O ahora —digo.

—Pero eso es lo que haces normalmente —comenta Steven.

Suspiro, observo las boletas frente a mí, y vuelvo al hombre que amo y me enloquece de mil maneras posibles.

—Si yo lo hago, tú debes hacer algo que no es propio de ti.

—Uh, amo este juego —comenta Lisa, y se acomoda en el sofá. Nos mira como si estuviera viendo un programa de entretenimientos. Se frota las manos, y espera a que hable.

—Cómprate una agenda, y anota tus actividades por dos semanas.

Lisa se ríe y festeja. Steven frunce el ceño y niega con la cabeza.

—No soy de ese estilo.

—Y yo no soy del estilo que deja todo para último momento.

Sonríe.

Como estrella fugazWhere stories live. Discover now