C a p í t u l o 39: Una sonrisa al cielo.

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—¿Diga? —atiendo la llamada que escuché de pura casualidad.

—Buenos días, ¿hablo con Gia Beckman?

—Si, ella habla.

Me siento en el sofá, Penélope se acomoda a mi lado y pide por mi atención.

—Señorita, ¿cómo le va? Soy Ruby, la llamo por parte de su compañía telefónica. Hemos notado la ausencia de su falta de pago, y queremos hacer un seguimiento de su caso. Ya que, como bien me he informado, no es algo que ocurra.

Respiro profundo. Me he olvidado de todo esto, y la boleta de esta compañía no es la única que no he abonado.

Ruby sigue hablando, quiere saber el motivo de mi falta de pago, y demás. No me da tiempo a responder nada de lo que me pregunta, sólo tiene interés en saber si voy a abonar y cuándo.

—¿Puedes enviarme por mail lo que debo? —pregunto.

—¡Claro que si! Lo tenemos registrado.

—Bien. Haré mi pago el día de hoy. Gracias, Ruby. Que tengas un buen día.

—Gracias a usted, señorita. Buen día.

Ruby corta la llamada, y yo dejo el móvil sobre la mesa de café. Lo observo con atención, y cuando pienso en el reto que me trajo hasta este llamado, sonrío.

Vuelvo a coger el móvil, y me dirijo hacia mi casilla de mail personal. Y no sólo me ha escrito Ruby con el informe que le pedí, sino que también me han escrito las otras dos compañías a quienes les debo dinero.

Me río un poco mientras le respondo a todos, pidiendo información para ponerme al día con las cuentas. Y, tal como le dije a Ruby, realizo mi pago online y quedo al día con la compañía telefónica.

Mis ojos caen en Penélope, quien me ronronea.

—Sí, lo sé, se debe estar riendo de mí —le digo, con una sonrisa.

El día de hoy tiene todos los puntos a favor para ser el más agradable. En el cielo no hay ninguna nube, y los rayos del sol no son lo suficientemente fuertes como para ser dañinos para la piel, lo he comprobado cuando salí por un momento a acompañar a Penélope, que muy gustosa se acostó un buen rato bajo el sol.

Pienso en salir un poco de aquí, eso es algo que puede dejar tranquilos a quienes me quieren y se preocupan por mí.

Pienso en que sería una buena idea ir al lago Fills, lugar donde se dió mi primera cita con Steven.

Y pienso también en que no quiero ir sola, una parte de mi... bueno, una gran parte, teme por sentir demasiado, al punto de entrar en crisis, y no sería algo bueno de pasar, no sola. Así que vuelvo a coger el móvil, y llamo a Lisa. Podría haberle dicho a Will, pero ha salido con sus amigos. Y vaya que tuve que insistir para que lo hiciera, casi que se pierde la salida por mí, para cuidarme.

Como estrella fugazWhere stories live. Discover now