Como estrella fugaz

C a p í t u l o 26: Noche de amigas, y una canción.

Desde que Steven volvió a cantar, se animó también a subir una serie de vídeos enseñando su talento.

Obviamente se generó una revolución entre sus seguidores, quienes en su mayoría son sus alumnos. Ignoraban eso de él, claro, y ahora están enloquecidos. Lo dejan muy en claro con sus comentarios.

A Steven lo veo cómodo con la atención, y muy feliz por haber liberado su voz después de tanto encierro. Si antes brillaba de manera única al tocar instrumentos, al llevar sus emociones a cada melodía, ahora brilla mucho más con su voz.

Y yo, al escucharlo, siento que caigo más en profundidad en el estado de enamoramiento. Lo amo, y mucho. Me enamora, y mucho, todos los días, a cada momento.

Cuando de Steven Fry se trata me siento en las alturas, vuelo. Y en lo alto que me encuentro, no me preocupo por ver hacia abajo. Todo me impulsa hacia arriba, hacia lo mejor, hacia él que sólo me hace sentir cosas buenas.

Lisa suspira profundamente cuando doy mención en voz alta de este pensamiento. Hace mucho no compartimos un pote de helado juntas, así que decidimos hacerlo, apagar el móvil de cada una, desconectar el timbre, y ponernos al día.

—Me siento igual con Carl —confiesa—. Pero yo sí me preocupo por la altura —me mira a los ojos—. Viene siendo todo tan bueno.

—Y piensas que es demasiado para ser real —asiente—. Te preocupa que algo malo suceda —vuelve a asentir—. Estás en estado alerta por tus otras relaciones.

—Soy una boba, lo sé. Hay días donde me siento muy insegura, y lo doy a conocer. Carl me ha visto en estados horribles por eso. Y sólo pienso que se va a hartar, y me va a dejar —se ríe, pero nada le causa gracia.

—¿Y Carl que hace en esas situaciones?

—Me escucha, me abraza y seca mis lágrimas. Carl sabe por todo lo que pasé.

Sonrío. Carl es bueno, lo sé. Recuerdo cuando Lisa compartió sus inseguridades con su último ex novio, recuerdo como él tomó todo eso para sólo lastimarla más tocando sus puntos débiles. Maldito. Aún lo odio.

Lisa sufrió mucho por él, al punto de hacerle mal a la salud tanto mental como física. Es por eso que entiendo sus inseguridades, y si Carl también lo hace, entonces no debo estar en alerta.

—Eso habla muy bien de él, amiga. Y entiendo tus miedos, tus inseguridades, pero dime la verdad, ¿alguna vez Carl hizo algo que te haya hecho sentir así?

—Para nada, es demasiado bueno conmigo —seca sus lágrimas—. Ya estoy llorando, otra vez. Soy una completa boba.

—Ya deja de decir eso, no eres una boba. Tus miedos no te hacen ser una boba. No revuelvas tus historias pasadas, ni aquellas emociones feas, vive el hoy. Te veo feliz, riendo, sonriendo como nunca antes. Así que cuando un miedo aparezca, piensa en una cosa buena que haya pasado entre ustedes. A ver, dime algo bueno que haya pasado.