Custodio

Por Karla5SOS1D

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Si no sigues las reglas, hay un castigo, si no comes tus verduras, hay un castigo, si no haces tu tarea, hay... Más

Custodio
Prefacio
Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
CapÍtulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capitulo XXV
Capitulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Aviso
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Capítulo L

Capítulo XLIII

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Por Karla5SOS1D

Lunes 16 de mayo del 2016

Habían sido unos días muy estresantes para todos luego del encuentro con Alec en casa de Jayden.

Ver a Skyler aquel día me hizo darme cuenta de que pese a que el conflicto era entre los dos bandos, la pelea de Alec iba también contra mí. Y desde aquel día he estado mucho más aterrada que antes.

En mi desesperación llamé a Franny para que volviera a su casa y le pedí a Sean que no fuera de visita un tiempo. Luego de eso, estuve un poco más tranquila.

Los chicos habían vuelto tan pronto supieron lo que pasó y Sky se había quedado con nosotros por su seguridad.

Nos encontrábamos a las afueras de Alberta en una pequeña casa que los chicos habían conseguido. 

El aire de la mañana llenaba el interior de la casa, los ventanales dejaban entrar el sol de una forma suave y cálida. Los chicos se encontraban en la sala de estar, sentados todos alrededor del televisor viendo cómo Finn estaba a punto de derrotar a Scott en FIFA. Sky y yo los mirábamos desde el comedor.

—¿Todos los hombres están embobados por los videojuegos?

Voló su mirada hacia mí.

—Son hombres.

Nos reímos pero a los pocos segundos Sky se detuvo para mirar sus dedos. Mi amiga aún se encontraba en un ligero estado de shock luego de lo que había pasado. Compartíamos una misma habitación, todos los días se despertaba con lágrimas en los ojos y tardaba mucho tiempo en poder conciliar el sueño.

—Sky... —tomé su mano y ella me apretó con fuerza.

—¿Cómo lo soportas?

Negué ligeramente.

—No creo que ya me haya acostumbrado, no puedo dormir, cada vez que me voy a la cama tengo miedo de que a la mitad de la noche entren por nosotros. Y en todo el día, el miedo no se va. Cada vez que los veo irse, tengo miedo de que no vayan a volver —suspiré y miré de reojo a Jayden—. Pero tengo la confianza de que un día todo esto terminará y ellos podrán tener vidas normales. Él lo hace más llevadero.

Asintió—: Extraño a Ethan.

—Sí, lo sé, yo también.

Extrañaba a Ethan, y a Sky, aunque la tenía conmigo la extrañaba como antes, en la escuela, en el centro comercial, en una fiesta, en nuestras casas; así la quería y no a mi lado temblando de miedo porque hay hombres persiguiéndonos por el país dispuestos a matarnos. Extrañaba lo que solíamos ser.

A los pocos segundos escuchamos toques en la puerta principal y en un abrir y cerrar de ojos Jayden se encontraba a mi lado junto con Jake mientras los demás empuñaban un arma que apuntaba hacia la puerta. Cielos.
Aaron se acercó con cautela a la puerta y se asomó por la mirilla, abrió la puerta y todos suspiraron de alivio pero yo no sentía ninguna razón para estar aliviada.

—¿Me extrañaron? —sonrió con anchura entrando a la casa y cerrando la puerta tras ella.

La maravillosa Sage Hogan estaba de vuelta.

—Con un carajo, Sage, casi nos matas del susto —se quejó Scott tirándose de espalda al sofá.

—¿No pudiste avisar que venías? —preguntó Mason sentándose al lado del pelirrojo.

—Ustedes me dijeron dónde estaban, creí que era obvio que iba a venir.

—Un mensaje no le haría daño a nadie —agregó Finn retomando el control del suelo.

—¿Y arruinar la sorpresa? Para nada.

No podía evitar sentir un remolino en el estómago, estaba casi segura de que iba a vomitar.

—¿Y esa quién es? —me susurró Skyler.

—Esa es la competencia de Kelsey.

Skyler volteó su mirada confundida hacia Jake pero luego de unos segundos pareció haber comprendido.

—¡Miren nada más a quién tenemos aquí! —se giró a mirarme— La princesa de Canadá nos honra con su presencia.

No pude evitar hacer una nueva de disgusto.

—Canadá no tiene una princesa, Sage.

—No, pero Jayden sí.

Scott y Aaron chocaron el puño mientras Sage rodó los ojos con evidente molestia. Bueno, ya somos dos personas molestas.

—Creí que la dejarías en tu casa con tu madre.

—No es de tu incumbencia lo que haga, Hogan.

—¿No crees que complica un poco más las cosas?

—¿Seguimos hablando de mí? —arqueé una ceja.

Retiró su mirada castaña de Jayden para ponerla sobre mí y sonrió con desdén.

—Por supuesto, todo siempre se trata de ti.

—¡Bueno! Entonces hay que dejar de hablar y ponernos a trabajar.

Estaba segura de que si Jake no hubiera interrumpido le pude haber estampado el puño en la cara. Realmente no estaba de humor para soportar sus aires de grandeza.

Rodé los ojos mientras Jayden se abría paso para ponerse frente a mí y acercarse a mi oído.

—¿Te he dicho que eres adorable cuando te fastidias?

Apenas lo escuché los sentimientos de molestia hacia Sage se esfumaron y fueron reemplazados por un cosquilleo en el estómago.

—Eres insoportable, Callaghan —me reí.

Me sonrió con anchura.

—Tú no tienes competencia, ángel.

Besó mi mejilla, lo suficiente para estremecerme y se retiró de la sala junto con todos los demás para dejarnos solas a Skyler y a mí.

Era, sin duda, el hombre más inesperado del universo. Y estaba loca por él.

Una vez que desaparecieron de nuestra vista, Skyler bufó.

—Cielo santo, que pesada.

—Y eso que es la segunda vez que la veo.

—Bueno, creo que está un poquito celosa.

—Mhm.

Le resté importancia y me senté en el lugar donde antes estaban los chicos, tomé el control y se lo extendí a Sky. Tanteó un poco antes de tomarlo.

—No soy muy buena en eso, Kel.

Me encogí de hombros—: Ellos tampoco.

Nos reímos, y por primera vez, lo sentí real.

Habían transcurrido ya varios minutos que se habían convertido en poco más de una hora cuando los chicos bajaron para seguir su conversación un poco más cerca de nosotras, Skyler y yo nos encontrábamos sentadas en el sillón hablando sobre cosas triviales cuando Jake se despegó del grupo para unirse a nuestra conversación.

—¿No tienes algo más importante que hacer, Seid?

Se encogió de hombros—: Mis servicios no son requeridos por el momento.

—Aquí tampoco.

Desde que se habían conocido Jake y Skyler habían tenido una conexión instantánea, se hablaban como si se conocieran desde mucho tiempo atrás y él era la segunda persona del grupo con la que pasaba más tiempo después de mí.
Su conexión era muy palpable, pero no era necesariamente del tipo romántica, sabía que Skyler estaba más que enamorada de Ethan y Jake no hacía insinuaciones de ningún tipo. Sólo tenían esa extraña conexión.

¿Qué demonios le pasa a esa loca?

Regresé a la realidad cuando escuché a Skyler soltar aquellas palabras con fastidio hacia mí.

—No lo sé, la primera vez que la vi destrozó la parte lateral de mi auto.

—¿¡Esa es la loca que te chocó!? Diablos, creo que en serio no le agradas nada.

—Bueno, Sage siempre ha sido así de intensa —terció Jake—, especialmente con cualquier mujer que se le acerque a Jayden.

La curiosidad en mi interior me estaba carcomiendo las entrañas, necesitaba saber por qué.

—¿Ellos... — dejé la pregunta al aire sin saber cómo terminarla.

Jake negó frenéticamente.

—Cielos, no, Jayden y Sage no es algo que pueda pasar.

No quise preguntar a qué se refería, pero sí quería saber la historia.

—Jake, si vas a contarnos un chisme, por favor cuéntalo bien —se quejó Skyler cruzándose de brazos a lo que Jake respondió con una risita divertida.

—El padre de Jayden tenía un... socio, o algo así, el padre de Sage. Básicamente ellos crecieron juntos, y todos sabemos que ella siempre a estado enamorada de él, sus padres esperaban que terminaran juntos, pero Jayden nunca se sintió de esa manera. Y bueno, él se lo dejó en claro y Sage dijo que estaba bien con eso. Pero siempre ha estado sobre él, entró a esto por él aunque Jayden le pidió que no lo hiciera, en la preparatoria se encargó de alejar a cada mujer que intentó acercarse a Jayden, siempre había estado en paz porque a él nunca le interesó nadie en particular. Y es aquí donde entras tú —tomó un segundo para respirar—. Cuando Sage se enteró de que Jayden estaba trabajando de custodio de una chica casi se volvió loca, en la primera reunión que tuvimos luego de que supiera intentó convencer a Jayden de dejar el trabajo y que alguno de nosotros lo reemplazara.

—¿Y entonces?

—Obviamente Jayden se negó, fue la primera vez que lo vimos enojarse en serio con ella, le pidió que no se metiera y que si intentaba hacer algo contra ti iba a sacarla del equipo. Después de eso le pidió que se fuera. No la vimos hasta aquella vez que te interceptó antes de llegar a casa de Heron, había estado rogándole a Jayden que la dejara volver y, bueno, ya sabes la historia después de que le dijo que sí.

—No está tan loca para en serio hacerle daño a Kelsey, ¿o sí?

Se encogió de hombros.

—Sage es... Inesperada. Pero no hay de que preocuparse, Kelsey puede defenderse por sí misma.

Rodé los ojos, pero en cierta parte me alegraba que Jake pensara que podía cuidar de mí misma sin necesitar a Jayden o a alguien más.

Continuamos hablando un rato más antes de que Jayden se sentara junto a nosotros, tomó mi mano disimuladamente, sonreí.

—¿Disfrutaron su plática? —preguntó fulminando a Jake discretamente con la mirada.

—¡Por supuesto! Pudiste unirte si querías.

Jayden soltó una risotada llevando la cabeza hacia atrás, música para los oídos de cualquiera.

Ahora con Jayden junto a nosotros seguimos hablando sobre temas banales hasta que sentí la noche caer de golpe a mis hombros.

—¿Quieres irte a la cama? —me susurró al oído mientras Jake y Skyler hablaban animadamente.

En cualquier otro contexto pude haber malinterpretado la pregunta, porque, vamos. Pero la dulzura de su voz jamás me lo permitiría.

—Está bien, sólo estoy un poco cansada.

—No quiero interrumpir su plática secreta pero, ¿cómo vamos a dormir?

La casa contaba con tres habitaciones en las cuales nos habíamos repartido Sky y yo en una, Jayden, Jake y Scott en otra y Mason, Finn y Aaron en la última.

—¿Qué? ¿Ella va a quedarse aquí? —pregunté con evidente disgusto. Jayden me miró con ternura y apretó mi mano con suavidad.

—Claro que sí, ¿esperabas que viniera sólo de visita?

—¿Tus papás no te enseñaron a no meterte en conversaciones ajenas, Hogan? —espeté.

Miré a todos los chicos quedarse estupefactos luego de haber dicho aquello mientras Jayden sólo rió por lo bajo al igual que mi mejor amiga.

—¿Y los tuyos no te enseñaron a no ser una resbalosa?

Suficiente.

Me levanté del sillón de golpe y si no fuera por los brazos de Jayden sobre mi cintura me habría abalanzado sobre ella. Casi a la par que Jayden me sostuvo, Mason se encargó de mantener a Sage a una distancia prudente.

—Sage —soltó con firmeza—, vete de aquí.

—¿Qué carajo estás diciendo, Jayden?

—Te estoy pidiendo —dijo— que te vayas.

—¿De verdad? —se rió— ¿En serio vas a preferir a esa niña mimada antes que a mí?

Reforcé mi agarre a sus brazos.

—Sí.

Lo dijo así, sin pensarlo dos veces, sin titubear. Y casi creo que ví a Scott dar un brinquito de emoción.

La cara de Sage mostraba la más profunda indignación, de pronto se exaltó.

—¡No puedo creerlo, Callaghan! ¿Después de todo lo que he hecho por ti? ¿Después de toda nuestra historia juntos?

—No hay historia, Hogan —espetó—. Te dije que no te metieras con ella.

—Eres increíble, en serio, eres... —dejó la frase al aire y voló su mirada hacia mí.

Soltó una carcajada y en un instante intentó abalanzarse sobre mí. En una milésima de segundo Jayden me dió media vuelta y Mason interceptó a Sage a la mitad de su salto.

—¡Eres una maldita resbalosa! ¿Crees que abriéndole las piernas así como lo has hecho lo vas a tener para siempre?

Sentí la sangre hervirme el cuerpo, quise soltarme del agarre de Jayden sobre mi cuerpo pero aunque no era lo suficiente fuerte para lastimarme sí lo era para detenerme.

—No tienes ni la menor idea de lo que estás diciendo —dijo con dureza—. Sal de aquí, ya.

Me estremecí, nunca lo había escuchado tan furioso. Miré su mandíbula tensa y sus ojos destellaban chispas, su cuerpo temblaba y podía sentir la ira emanando de él.

Sage detuvo sus movimientos bruscos, se acomodó la chaqueta, me lanzó una última mirada fulminante y se encaminó hacia la puerta, la abrió y antes de salir de giró hacia nosotros dos.

—Tú eres una cualquiera y tú —señaló a Jayden—, eres un idiota por caer por unos simples ojos coquetos como los suyos, estás condenado y todo gracias a eso —escupió con furia y luego nos miró a todos—. Están acabados.

Azotó la puerta detrás de ella y luego de unos segundos escuchamos las llantas de su auto rechinar contra el asfalto. Se podía respirar la tensión en el ambiente, era casi palpable. Sentía mi respiración pesada y aunque la de Jayden estaba igual, sentí su agarre transformarse en un abrazo.

—¿Qué acaso nunca podemos tener un día sin drama?

Eso quisiera, Aaron.

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