Capítulo XXXV

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Martes 3 de mayo del 2016

A primera hora de la mañana abrí la puerta de mi casa y subí a mi auto. Si Jayden no iba a explicarme qué pasaba tendría que buscar otra fuente.

El camino a casa de Ethan fue bastante tensionante, las cosas después de la gala estaban pasando tan rápido y tan lento al mismo tiempo que me daba dolor de cabeza. Los disparos, las amenazas, los golpes, todo parecía una pesadilla.

Está loco si cree que voy a irme de aquí con él sin siquiera saber qué es lo que está pasando.

—Kel, créeme, es la única opción.

—No sé por qué estás de su lado, Skyler. ¿Que no entiendes lo que está pasando? Mi exnovio me amenazó de muerte y mi excustodio que hasta hace poco creí que era un tipo normal y ahora resulta ser un criminal quiere que me vaya con él no sé dónde huyendo de algo que ni siquiera sé qué es.

Carraspeó.

—Al contrario, Kelsey, lo entiendo todo. Y es por eso que sé que es la mejor y única opción que tienes.

Cielo santo —bufé—, esto parece una película, una muy dramática.

Se rió.

—Sé que sigues enojada con él por lo de tus padres, pero no intentes llevarle la contra esta vez, ¿sí? Las cosas no son tan inocentes como lo eran antes.

Dejé de escuchar la voz de Skyler cuando miré por el retrovisor y me percaté de que un auto me había seguido desde varias calles atrás.

Y no era el momento más adecuado para no alterarme por ser perseguida por un auto, no después de la amenaza de Alec.

—¿Kelsey? ¿Sigues ahí?

—Creo que alguien me está siguiendo.

—¿¡Qué!? ¿En dónde estás?

—Cerca de casa de Ethan.

—Maldición, te dije que no era buena idea que salieras.

Tranquilízate —miré de nuevo por el retrovisor—, creo que ya se fue.

La escuché suspirar.

Creo que lo mejor es que regreses a t-

El impacto del auto que hace unos segundos estaba detrás de mí contra la puerta derecha de mi auto cortó por completo la oración que decía Skyler.

El cinturón de seguridad evitó que sufriera cualquier daño importante, pero no fue suficiente para evitar que mi cabeza se estrellara contra el vidrio de la ventana. Y aunque no fue suficiente fuerte para romperlo, sí lo fue para marearme.

—¡Kelsey, Kelsey, qué demonios, Kelsey! —la exaltación en la voz la voz distorsionada de Skyler retumbaba en mis oídos, gritó mi nombre un par de veces más hasta que la llamada se cortó por completo.

A través del vidrio roto de la ventana derecha miré el auto que se había impactado contra mí intentando ver al responsable, pero me fue imposible puesto que los vidrios estaban polarizados.

El acelerado latido de mi corazón comenzó a retumbarme en los oídos, no sabía si era peor quedarme en el auto o bajar.

Escuché otro motor aproximarse y al mirar atrás me di cuenta de que otro auto negro aparcaba detrás del mío.

Ahora fueron mis pulmones los que empezaron a estrujarse en mi caja torácica, mis manos temblaban y mi pecho se elevaba con rapidez.

Después de eso todo pasó muy rápido.

CustodioOnde as histórias ganham vida. Descobre agora