El color de la inocencia

By LinaAcaria

764K 48.5K 7.8K

James ni siquiera tenía pensado que volver a casa de su madre le traería consigo una responsabilidad semejant... More

N/A
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
00
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
0
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
!!
58.
59.
60.
61.
62.
63.
64.
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
73
74.
N/A
75.
PEQUEÑA JADE
76.
77.
78.
79.
...

39.

6.4K 593 113
By LinaAcaria

Jade está ebria.

Encerrada en el baño con la música retumbando en mis oídos. La cabeza me da vueltas y recién ahora me preguntó en que momento ví esto como una buena idea.

Intento contar con los dedos cuantas tapitas de vodka tomé pero no logro hacerlo y pierdo la cuenta después de las trece. Creo que estoy un poco ebria.

Dejo de recargarme en la puerta y me acerco al espejo del baño. Sonrió sin ningún motivo frente a mi reflejo, quizás realmente este un poco ebria pero no voy a pensar mucho en eso.

No puedo parar de mirarme y reír, es la primera vez en la noche que observó como estoy. Peyton había insistido en maquillarme y arreglar mi cabello y la había dejado después de tanta insistencia y la verdad es que me encantaba. Por lo menos ahora que me miraba frente al espejo. Pasó mis manos por mi cuerpo, el vestido se ajusta en mi cintura y caderas. Me siento sexy y no siendo vergüenza ante eso.

Alguien golpea la puerta con insistencia y salgo tan rápido como puedo llevándome un empujón por parte de una chica que entra corriendo con su mano en la boca y se aferra al retrete.

Hago una mueca de asco y cierro la puerta para que nadie más vea a la pobre chica.

Camino por la casa buscando a Peyton entre las personas pero termino varada en la cocina sin éxito.

—¿No te estás divirtiendo?—Gritan en mi oído a causa de lo alto de la música.

Volteo a verle y lo examino descaradamente.

Pelo negro azabache, ojos azules, tatuaje en el cuello, argolla en la nariz. Se me hacía parecido a alguien pero no me daba cuenta a quien...

—Estoy buscando a mi amiga—Le cuento.

Él sonríe y toma una botella de la mesada.

—No sé dónde está tu amiga pero me encontraste a mi.

Sirve dos vasos y me ofrece uno. Lo acepto sin pensarlo mucho y me voy con él cuando me tiende su mano.

No parece una mala idea.

                                 •

Volteo en la cama y atiendo el celular con fatiga.

—¿Hooola?—Gritó en mi oído la persona del otro lado sin esperar que conteste. El sonido de la música tras su voz se me hacia sumamente molesto—, ¿papi? ¿Es el número correcto? Papá teeeeengo un problema.

Fruncí el ceño viendo la pantalla del móvil, no tenía agendando ese número.

La persona del otro lado chillaba o quizás estaba ¿Cantando? Mientras intentaba explicarme su "problema".

—¿Quién mierda habla?—Respondí con mi peor ánimo.

—Tu no eres mi papá—Se quejó—, ¿Por qué tienes el móvil de mi papi?

Observé el teléfono a punto de cortar ya fastidiado, pero la dueña de la voz volvió hablar.

—Aunque tienes una voz muy linda—Se rió escandalosamente—, se parece a la de mi vecino.

La chica volvió a reír y corto.

Me senté en la cama confundido. ¿Vecino? ¿Cuántas posibilidades hay de que...?

Me levanté de un brinco de la cama y mire la hora. 04:36 AM. Marqué de inmediato el número del que me había llamado y después de insistir unas cuantas veces ella atendió.

—¿Jade?

—¿Ssssi?—Arrastró su voz—¿Quién me llama?

—Jade, soy yo niña—

—¡¿Jamees?!—Chilló emocionada.

—Dime dónde estás.

Quería sonar calmado pero me era imposible. Es que acaso ¿¿Estaba ebria??

—¿Vendrás por mi?

Apenas podía oír su voz por culpa de la horrible música.

—Dime dónde estás y voy a buscarte.

—Mhm... Espera—Dijo y su voz comenzó a oírse lejana. Por alguna razón esa situación me ponía demasiado nervioso—. ¿James? ¿Me oyes?

—¿Es que acaso no sabes dónde te encuentras?—Comencé a perder la cordura.

Jade colgó y antes que pudiera insultar al aire me llegó un mensaje del mismo número por WhatsApp. 
Me compartió su ubicación junto con algunos mensajes ilegibles.

Me vesti lo más rápido que pude y salí sigilosamente de la casa de Evan no sin antes sacar las llaves del auto de su cuarto.

Jade estaba como a veinte minutos de ahí. Maldita niña, espero que no se atreva a moverse de ahí hasta que llegue.

Después de manejar lo más rápido que pude comencé a oír música, se oía hasta tres calles antes de dónde se encontraba la casa.

Cuando llegué estacioné en la acera y bajé dirigiendome a paso rápido entre la gente en la calle. La puerta principal de la casa estaba abierta a cualquiera que quisiera pasar.

Había personas por todos el lugar, dentro y fuera de la casa.
Adolescentes vomitando en la acera, otros peleando y otros manoseandose.

Siempre odie estás fiestas estúpidas.

Ya dentro de la casa empecé a buscar a la niña pero no la veía por ningún lugar.

La multitud de gente y la poca luz no ayudaba para nada.

—¡Viniste!

Me tambalee pero logré atajar a la niña que saltaba sobre mi eufórica. La bajé de encima de mi con un solo brazo y me concentré en la rubia detrás de Jade.

—Hola, yo soy—

—¿Estás con ella?—Le corté borrando su sonrisa de presentación.

—Si, yo—

—Podrías haber cuidado que no bebiera.

Le dediqué mi peor cara y la rubia me miró de arriba abajo sobrandome.

—¿No te parece que es un poco grande para decidir por ella lo que bebe o no?

Mire a Jade quién jugaba con mi cabello fascinada como si hubiese descubierto la cosa más genial. Ella rió cuando se percató que la observaba y pellizco mi nariz.

Corrí mi cara enfadado. ¿Es una broma verdad? Ella ni siquiera estaba completamente consciente.

Bufé ignorando a la amiguita de Jade y me fui dejándola ahí, no perdería mi tiempo.

Llevaba a la niña tirando de su muñeca para no perderla entre la gente pero al salir de la casa, tiroñeo de su brazo alejándose de mi.

—¡Jaaaames!—Chilló como niña pequeña. Cuando voltee a verla tenía sus brazos hacia arriba—, abrázame.

—Sube al auto, Jade.

La niña pataleo en un intento de berrinche.

—No quiero—Se quejó como si tuviera cinco años.

Refregué mis ojos perdiendo la paciencia.

No estoy echo para esto.

—Jade, sube al maldito auto o—

—¿O qué?—Rió mientras caminaba hacia mi tambaleándose—, ¿Me vas a castigar?

¿Se está burlando de mí?

Ella llegó hacia mi y se colgó de mi cuello enrollando sus dedos en mi pelo.

Debería regañarla pero no puedo dejar de observar lo hermosa que se ve.

Su cabello alisado parecía aún más largo que comúnmente, casi por su trasero, sus labios pintados de rojo a juego con su vestido ceñido de tirantes.

Apostaría cualquier cosa a qué ese vestido luciria como cualquier trapo sobre otra que no sea ella.

A Jade le faltan los cuernos para ser una perfecta postal que viene desde el infierno invitandome a ir.

—Estoy esperando que me castigues desde que entraste a mi habitación esa noche y me dijiste que lo ibas a hacer—Soltó muy cerca de mi cara aún jugueteando con mi cabello.

Podría fácilmente saltarle encima por decir aquello de no ser que en primero lugar; está borracha. Y en segundo: acabo de quedar paralizado como un maldito imbécil.

Jamás me hubiese imaginado que de la niña saldría aquello ni siquiera fantaseando.

—Jade, t-te llevaré a casa—Mi intento de orden sonó a súplica y me sentí un miserable y patético hombre al tartamudear por su causa.

La demonia frente a mi dejo a la vista sus blancos dientes en una perversa sonrisa.

—¿Me llevarás a tu cuarto?—Ronroñeo en mi oreja.

Los bellos de todo mi cuerpo se erizaron.

—No—Carraspee alejándola de mi.

La niña se colgó de mi brazo bufando.

—Quieeeero dormir contiiigo.

Tiré del brazo de Jade hacia el auto pero la maldita no solo arrastraba sus palabras, si no también sus pies.

—No me ignoreees—Refunfuño—, dije que quiero que duermas conmiiigo.

—No, no quieres.

Volví a alejarla de mi borrando de mi cabeza los pensamientos más oscuros.

Le di la espalda unos segundos para abrir las puertas del auto y la niña me rodeo con sus brazos apoyando su cara en mi hombro derecho.

—Te extraño—Se quejó—, no sabes lo mucho que pienso en ti.

¿Qué es esa sensación en mi estómago? me tiene harto.

—Niña, estás borracha.

Tomé sus brazos y los separé de mi para subirla al asiento copiloto. Cuando me estiré para colocarle el cinturón de seguridad la niña me rodeo con sus brazos y me plantó un beso en los labios.

Me separé de ella dispuesto a regañarla pero comenzó a reír como una loca.

Cerré su puerta y tomé mi cara entre mis manos. Si controlar lo que me pasa con la niña es difícil cuando es un ángel ahora que parece un demonio me va a matar, lo hará.

Subí al auto y arranque ignorando la mirada de Jade clavada justo en mi. Tenía que pensar dónde la llevaría ahora. Elizabeth me había mencionado que ella ya no estaba más durmiendo en casa y eso significa que sus padres ya volvieron de viaje. Lo que también significa que no puedo llevarla a su casa en ese estado y aunque quisiera tampoco podría porque no tengo cómo entrar. Tampoco la casa de Evan era una opción, después de nuestra discusión con respecto a la niña no podía llevarla.

—¿James?—Me llama sacándome de mi transe.

—Dime.

—Quiero que me folles.

El volante resbaló de mis manos al oírla, el auto dió una vuelta solo logrando que nos sacudamos dentro.

—¡Joder!—Grité asustado cuando logré enderezarlo. Si hubiera más vehículos en la calle eso hubiese sido muy peligroso.

—Te pusiste nervioso—Se burló de mi.

No conteste, ni siquiera la miraría hasta llegar a casa.

—No pases de miiiii—Lloriqueó.

No omití sonido. Quizás tengo suerte y si hago silencio ella se duerma.

—Jameeees—Canturreo bajito. Rodee mi ojos cansado. Quizás no.

—Jade—Le advertí mirando su mano sobre mi rodilla derecha.

—¿Qué pasa?—Pestañeo varias veces como si fuera inocente.

—Saca tu mano.

—¿Por quuué?

Jade reía mientras su mano subía por mi muslo. De un momento a otro comencé a transpirar.

Cuando la niña casi llega a su meta quité su mano rápidamente.

—Por favor, Jade. No hagas eso, estoy conduciendo—Pase mi mano por mi cuello sintiéndome incómodo y acalorado.

—Está biennnn, esperaré a que bajemos.

—Jade, basta.

—¿Por que tienes el auto de Evan?—Frunció sus cejas comenzando a revisar todo lo que tiene mi amigo.

—Lo tomé prestado.

Ella siguió curiosiando sin prestarme mucha atención. Agradecí mentalmente, lo único que me falta es tener un accidente porque la niña me intenta tocar la polla.

—Evan es realmente lindo—Suspiró observando la foto de los documentos de mi amigo que encontró.

Alcé una ceja pero no dije nada.

—¿Saaabes? Una vez creí que iba a besarme.

—¿Ahh si?—Dije interesado.

Bastardo.

—Si—Asintió repetidas veces—, pero luego no me beso.

—¿Por qué no?—Pregunté intentando apaciguar el enojo que me causaba enterarme aquello.

Maldito, cuando te vea...

Quizas solo lo imagine—Se encogió de hombros sonriendo.

¿Por qué está tan risueña? La niña logrará que cuelgue de las pelotas a Evan.

Estacioné el auto a una calle de la casa para así no despertar a Elizabeth. No me quedaba otra opción que dejarla dormir en su casa. Mañana le explicaría a mi madre la situación y estoy seguro que ella entenderá.

Saqué a la niña del auto y la subí a mi hombro para caminar más rápido. Ella solo reía y hablaba en un idioma que quién sabe cuál es.

No podía sacarme de la cabeza la imagen de Evan queriendo besar a la pequeña.

Así que después soy yo el que se mete con Jade, ¿Verdad?

Imbécil, mentiroso y asqueroso hijo de-

Pegué un respingo.

—¿Me estás tocando el culo?

Recibí una risa de su parte—. Es que tienes un lindo trasero.

No pude evitar sonreír.
Parece que a alguien le hace horriblemente mal el alcohol.

Le devolví el gesto con una nalgada de lo que me arrepentí al instante cuando su culo rebotó al lado de mi cara y la niña soltó un ruidoso jadeo haciendo que mi cuerpo reaccionara de inmediato.

Carraspee sintiéndome ahogado.

—Necesito que hagas silencio—Le pedí bajandola de mis hombros. Ella asintió aguantando una risita.

Acortamos juntos los centímetros que nos faltaban hasta la entrada de la casa y abrí la puerta lo más rápido que pude.

Jade me seguía por la oscuridad con una mano aferrada a mi ropa y la otra tapando su boca, evitando reír de que sabe que cosa.

Al llegar a la entrada de su habitación la voltee de los hombros haciendo que me prestará suma atención.

—Cambiate, duérmete y hagas lo que hagas no despiertes a Elizabeth.

Jade asintió y voltee dispuesto a irme a mi cuarto pero Jade tiroñeo de mi volteando mi cuerpo—, ¿Y tú?

Suspiré con cansancio.

—Jade, es muy tarde, duérmete—Susurre enfadado porque la niña no soltaba mi brazo.

Intenté separarla pero Jade me tiró con fuerza hacia su cuarto pegandome contra ella.

—Quiero dormir contigo—Curvo su labio inferior hacia abajo metiendo sus manos debajo de mi playera.

Pasó sus palmas por mi abdomen y subió hasta mi pecho acariciando con la yema de sus dedos mis pezones.

Dejé salir el aire que aparentemente estaba conteniendo cuando bajó hacia el botón de mi pantalón.

La voltee sin pensarlo.

—No—La regañé tomando sus muñecas. Jade chilló enfadada y se tiró hacia atrás de golpe. Chocando de espaldas contra mi cuerpo.

—¿Por quuuué me dices que no?—Bufó.

Tape su boca evitando que hablara más fuerte. Jade comenzó a forcejear contra mi y cuando notó que no iba a soltarla pegó su culo a mi pelvis y comenzó a moverse en círculos sobre mi polla.

Cerré mis ojos por inercia, me está matando, me está matando...

—¡Comportate!—Susurré algo fuerte alejándola por completo de mi.

La demonia me observó divertida y salgo sobre mi por segunda vez en la noche, aprisionandome entre sus piernas y brazos.

—Juguemos a un jueeego—Pidió sobre mis labios haciéndome recordar unas de las primeras veces que nos vimos.

Continue Reading

You'll Also Like

20.5K 3.6K 17
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantien...
40.2K 4.5K 45
Harry Potter x Reader
169K 5.1K 33
"pov Jungkook es tu profesor pero harás que se enamore de ti" ¡🔞! Leer a tu responsabilidad! Recuerda que esta historia está empezada en tiktok, par...
769K 2.6K 25
Es obvio lo que encontrarás aquí.