49.

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Mi vista está perdida en un punto en la cocina. El único sonido que se oye en el apartamento es el chocar de los platos y el agua cayendo. Evan lava los trastes con toda la tranquilidad del mundo, como si no me hubiese soltado el sermón de mi vida hace quince minutos, ni siquiera se muestra afectado.

Yo, por otro lado, siento que me tiembla el cuerpo y hay un vacío ansioso dentro de mi pecho y es que no hay nada más verdadero que el balde de agua fría que acaba de tirarme mi amigo.

—Esta sonando tu celular —me dice, sacándome de mi cabeza.

Cuando presto atención a mi alrededor efectivamente había algo sonando.
Mis ojos caen en él y no estoy interesado en fijarme quien llama, solo necesito hablar con Evan.

Me levanto de la silla en la que he estado los anteriores veinte minutos procesando sus palabras y me coloco a su lado. Evan me mira mientras lava un vaso.

—Tu celular —vuelve a repetir confuso—, te he dicho que está sonando.

Tomo a Evan de su nuca y lo atraigo hacia mi dándole un abrazo, la acción lo toma tan de sorpresa que lo que tiene en su mano se cae sobre los trastes y puede que se haya roto pero no importa. No recuerdo cuando fue la última vez que le di un abrazo o siquiera si en algún momento lo he echo.

Evan se sorprende y me corresponde el abrazo un poco indeciso.

—Lo sé —digo— sé que no soy un buen amigo, ni un buen hijo, ni tampoco... un buen hermano...

Trago grueso al decir aquello último.
Me separó de él y lo miro fijamente con mis manos en sus hombros.

—Pero no pienses ni un segundo que no te quiero. Jamás olvidaría todo lo que has echo por mi. Recibiría una bala por ti.

Digo haciendo énfasis en la última oración. Evan alza las cejas perplejo.

—¿Me estás queriendo llevar a la cama?

Voltee los ojos y lo solté.

Evan suelta una carcajada y remueve mi cabello excesivamente.

—Yo también te quiero, pero lo de la bala no lo diré. Es demasiado, todavía necesitas practicar como demostrar amor —comento haciéndome reír.

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—¿Y entonces que piensas? —digo, cuando termino de contarle a Ethan lo que pasó días atrás con mi padre.

Apenas mencioné la idea que tuvo Peyton de robarlos Ethan entorno los ojos e hizo una mueca con los labios como si no estuviera seguro.

—Creo que deberías esperar que Edward te los muestre por su cuenta, no creo que sea una una buena idea hurgar en sus cosas.

—¡No puedo esperar más! —chillo—, lo único que hago es pensar en que es lo que tienen esos papeles que puso a mi padre así, necesito saber Ethan. Necesito saber si tienen que ver con mi madre, si...

—Jade, quizás Edward tiene razón en no decirte, quizás es algo que realmente no quieres enterarte.

Ethan habla con una calma algo sospechosa en su voz. Por nada del mundo preferiría no enterarme antes que estar intranquila, yo necesito saber la verdad, lo necesito para estar bien.

—Ethan... —titubee— ¿Tú sabes algo que yo que yo no?

Lo observo encogerse en su sitio y negar con su cabeza.

El color de la inocenciaWhere stories live. Discover now