29.

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Te extrañaré.

Jade saltó de la cama en tiempo record alejándose de mi, su cuerpo temblaba nervioso.

Subió sus pantalones junto con sus bragas antes que la persona que nos había interrumpido se enterase de lo que estaba pasando, o al menos eso supongo yo.

Por mi parte me quedé duro sin voltear por dos razones:

La primera, a juzgar por la masculina voz de puberto tras de mí podría jurar que se trata del ñoño el cual no recuerdo cómo se llama, y la verdad no tengo intención de hacerlo. Juro que realmente podría arrancarle su cabeza por obligarme a perderme el orgasmo de la pequeña.

Y la segunda razón es porque ya me encuentro lo suficiente duro como para no moverme, joder, es que está hinchazón duele como un demonio.

—¿Jade?

El tono del puberto sonó ligeramente más preocupado que antes al ver a Jade sobresaltada.

—Estoy bien —aseguró todavía sin aire por la agitada situación de hace unos momentos.

Pasé los dedos por mi labios disfrutando aquello.

—No parece que lo estarás —corrió hacia la niña para examinarla— ¿Te hizo daño?

Tarado. Míralo nomás hablando como si no estuviera ahí. Cara de nada, estúpido, quiere que reviente su nariz? Desde que lo ví colgado de Jade en la playa quiero hacerlo, no necesito que juegue con mi paciencia.

Me paré al oír a la niña tranquilizarlo por lo bajo y me metí entre ellos dos, alejando al anteojudo de ella sin poder soportar que lo tenga tan cerca.
Sólo bastó tomarlo del hombro para que esté en la otra punta de la habitación.

Jade me miro con el ceño fruncido reprochando mi acción con su mirada, la ignore y también ignore al estúpido tras de mi que dijo algo pero de verdad no me interesa oírlo.

Busqué con la mirada una camiseta para colocarle a Jade, cuando la encontré camine hacia ella con la entrepierna molestandome. Se la coloqué delicadamente a Jade haciendo su cabello a un lado.

A puesto que no se había dado cuenta que estaba sólo en brasier. No quería que el de los anteojos horrendos la observara aunque no pareció notarlo demasiado, estaba muy preocupado pensando en las horribles cosas que le hice a la pequeña.

Si supiera...

—Ethan estoy bien.

Seguía frente a ella pero su mirada pasaba de mi, el punto se encontraba detrás y él era el dueño de la mirada preocupada de la pequeña.

Si este fuera un cuento de diney apuesto que mi lugar seria, sin temor a equivocarme el del villano.
Sacudí mi cabeza sintiéndome un imbécil.

En qué mierda me estoy fijando...

Eliot, Elián o quién sea chasqueó su lengua tras de mi al ver que no me movía de mi lugar y por primera vez me di el tiempo de voltear y observarlo de arriba abajo.

Su vista cayó con disgusto en mi entrepierna.

—Ya veo...

Susurró como si recién entendiera aquella situación. Realmente es un estúpido.

—¿Y hasta recién te das cuenta que estás molestando aquí? —escupo con enojo.

En su rostro se podía leer fácilmente lo decepcionado que estaba. Jade se acercó a él con el rostro rojo, con la intención de hablarle pero el estúpido volteo el rostro.

El color de la inocenciaWhere stories live. Discover now