El reencuentro no salió como esperaba. Más allá de que sabía que Vegeta tenía otra mujer en su vida, jamás esperó que él huyera de ella. Esa situación la dejó muy sensible, tanto así que dejó de comer y se encerró en su cuarto.
Parsley se sentía devastado por no poder hacer algo al respecto para ayudarla. Investigó en sus libros mágicos prohibidos, hasta dar con una solución algo riesgosa, pero era la única salida para hacer feliz a la señorita.
Llamó a la puerta de la habitación de Leticia, pero no recibió respuesta, lo que lo puso en alerta. Buscó entre sus llaves y abrió la puerta, al entrar se encontró con la mujer durmiendo impasible. Estuvo llorando y bebiendo alcohol hasta quedarse dormida.
Parsley se apresuró a despertarla, le preparó un baño y una vez repuesta, fueron hasta el comedor y le dio algo de comer. El semblante de Leticia estaba inmutable. La tristeza ahondó en el fondo de su ser, ya nada le importaba. Ella esperaba que al menos Vegeta se alegrara de verla con vida, pero eso no pasó.
Una lágrima rodó por su mejilla, Parsley se apresuró a limpiarsela y le dijo: —Es posible que haya una solución a tu tristeza, mi señora. Pero sería como venderle el alma al diablo, una vez que tomes ese sendero no hay vuelta atrás.
Leticia lo miró incrédula de lo que acababa de oír. —Sólo dices eso para hacerme sentir mejor, es imposible cambiar los sentimientos de Vegeta.
Parsley esbozo una sonrisa y le dijo —Usted sabe que domino artes prohibidas, puedo obligar a Vegeta a amarla si fuera preciso. Todo depende de lo que usted me pida que haga.
Leticia se quedó pensativa. Mil ideas pasaban por su mente. Nunca tuvieron tiempo para ellos. Jamas tuvo la oportunidad de enamorar a Vegeta como lo hizo Bulma. Todo pasó tan rápido que no podía pretender que el aún la estimara siquiera.
—Te lo agradezco pero no es de buena mujer quitar esposo ajeno. Y mucho menos robarle el padre a niños pequeños. Ellos no tienen la culpa de mis sentimientos, mejor haz un hechizo para que lo deje de amar.
—Es muy noble su opinión. Pero si cambia de parecer sólo dígame y yo me encargo.
—Soy una tonta por ponerme así por un hombre. Soy una princesa saiyajin, y aún así tengo sentimientos dignos de seres inferiores. ¿Como dejé que esto me pasara?— preguntó con lágrimas en sus ojos.
Parsley no soportaba ver así a Leticia. Estaba indignado y a su vez le dolía, pero no podía demostrar lo que sentía. Tan sólo debía esperar que la princesa cambiara de opinión, sabía que tarde o temprano cedería.
Los días se volvieron grises para Leticia y la depresión era cada vez más intensa, tanto así que sólo dormía, ni siquiera comía o salía de su habitación.
El anciano resolvió llamar a un médico para calmar el sufrimiento de la chica. Este le dió algunas indicaciones y unas medicinas, pero antes de irse indicó: —De continuar en este estado morirá de hambre, sería mejor llevarla a mi clínica de reposo, para que mediante terapias y cuidados médicos salga adelante.
—Muchas gracias doctor si no veo mejoría lo haré.— El anciano desconfiaba un poco del diagnóstico, pero el médico insistió. —No pierda tiempo ya que su vida corre peligro.
—Gracias por venir doctor, en cuanto necesite sus servicios lo llamaré.
Se despidieron y dejó dormir a Leticia pero no quería esperar más, ya que si no hacía algo al respecto moriría. Se dispuso a maquinar un plan. Todo eso había sucedido por Vegeta, si hablaba con él en persona, tal vez lo hiciera entrar en razón y se comportaría con Leticia. Pero no estaba seguro. Debía meterse en la mente de Vegeta para saber que era lo que pensaba. No iba a arriesgar el corazón de Leticia nuevamente.
#########################
Quiero darles las gracias por el apoyo y el buen recibimiento que ha tenido esta historia. Me alegra que la disfruten. 🙌